Un hijo olvidado (1 Samuel 16)

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Introdución

En el día de hoy daremos comienzo a una nueva serie que tendrá como personaje principal al rey David. Como no podremos abarcar todos los episodios de la vida de David vamos a traer en esta serie de predicaciones los acontecimientos más importantes de David.
Al seleccionar este personaje para meditar en su vida lo hicimos por varias razones, pero sin lugar a duda Charles Swindoll en el libro que estamos cogiendo como referencia para preparar los sermones dijo lo siguiente acerca de este personaje: «David se distiguió como uno de los más grandes hombres de Dios. Él es el único llamado en toda la Biblia como un hombre conforme el corazón de Dios y es mencionado en el Nuevo Testamento más que cualquier otro personaje del Antiguo Testamento. En el campo de batalla, fue ejemplo de confianza invencible. En la toma de decisiones, juzgó con sabiduría y equidad. En la melancolía de la soledad escribió con candorosa sensibilidad y serena confianza. en la amistad, fiel hasta el fin. Aun al ocupar la posición más alta de su nación, David fue un modelo de integridad y humildad»
Este personaje lo podemos ubicar entre los personajes más importante del Antiguo Testamento, mientras que tanto a personajes tan importantes como Abraham como José se le dedican 14 capítulos a Jacob 11 y a Elías 10, en el caso del rey David existe 66 capítulos dedicados a hablarnos acerca de él.

Contexto histórico

Ahora bien, después de llamar vuestra atención dando datos interesante acerca de este personaje histórico, sería conveniente que repasaramos un poco el contexto en el que David vivió.
Israel en el primer libro de Samuel nos narra como comienza una nueva época caracterizada por la monarquía. Aunque al principio Dios no quería que el pueblo estuviera regido por un monarca como el resto de naciones vecinas, a causa de la insistencia del pueblo, ellos acabaron nombrando un monarca llamado Saúl.
Aunque Saúl vino de un lugar humilde y tuvo muy buenos primeros años, con el paso del tiempo empezó a desviarse de los caminos de Dios y caminar según su propia voluntad llenándose cada vez más de vanagloria buscando el favor de los hombres antes que el favor de Dios. El punto de inflexión en la vida de Saúl comenzó exactamente cuando Saúl fue a la guerra contra los amalecitas en vez de esperar a Samuel para que realizara los sacrificios a Dios, no supo esperar y sucumbió ante la presión de los hombres, por lo que se precipitó él mismo ha realizar aquelas funciones que les esteban privadas de hacer como monarca y que tenía que hacer Samuel.
Por motivos de esa pérdida del temor de Dios desobedeciéndo sus mandamientos, Samuel acabó profetizándole de que Dios lo había desechado como monarca y que levantaría a otra persona conforme el corazón de Dios y no conforme el corazón del pueblo de Israel, en esta ocasión el futuro monarca no sería elegido con el fin de agradar a la gente, sino que sería con el fin de agradar a Dios. Pero claro, la pregunta que se le viene al lector de esta historia cuando llega a este momento es ¿Quién será ahora la persona indicada como para reemplazar a Saúl? Y es ahí justamente donde entra el texto que vamos a meditar, en este capítulo Dios le dirá a Samuel la persona indicada y encargada de reemplazar a Saúl en su cargo cuando este deje la corona.
Y aquí ya tenemos la primera lección para nuestras vidas dado que aprendemos que Dios siempre tiene preparada a una persona para los cargos necesarios. No hay personas imprescindibles en la obra de Dios, cuando Dios tiene que cambiar a un obrero por otro lo hace y su obra sigue prosperando y fructificando. Aunque parecía que Saúl era irremplazable, Dios ya tenía pensado un reemplazo mucho mejor tal y como nos indica 1 Samuel 15:28 “Entonces Samuel le dijo: —Jehová ha desgarrado hoy de ti el reino de Israel y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú.”

Lamento de Samuel

Aunque Samuel profetizó la pérdida del trono de Saúl, eso no provocó que Samuel estuviera triste por la situación, el hacer duelo por la pérdida de lo que podría haber sido es completamente comprensible, cuando hay un plan y este se frustra es normal que haya en nosotros un sentimiento de tristeza y decepción, por eso es normal que Samuel estuviera triste porque había comprobado como el proyecto humano de tener un rey en Israel resultó ser un fracaso pudiendo haber sido una gran bendición para el pueblo de Israel y para el resto de naciones vecinas. Sin embargo, con el paso del tiempo hay que aceptar las realidades del presente y pasar a actuar si se quiere aspirar a influir y tener una buena repercusión en el futuro, no podemos lamentarnos toda la vida de lo que podría haber sido y al final no ha sido, es momentos de limpiarnos el rosto y avanzar en los caminos de Dios.
Dios le pide a Samuel que se ponga manos a la obra ya que aunque no lo parezca, Dios ya tiene preparada una persona para ese cargo que se encontaba en la ciudad de Belén. Aunque para nosotros Belén representa una ciudad importante porque fue allí donde nació nuestro Salvador Jesucristo, en aquella época esa ciudad era insignificante. Sin embargo esto también nos da otra lección y es que los lugares más insignificantes para los ojos del mundo son a veces los más importantes a los ojos de Dios.
Al recibirbir la revelación del lugar y familia a la cual Samuel tendría que ir, no acabó recibiendo toda la revelación divina en cuanto a la persona indicada. En ocasiones queremos conocer toda la voluntad de Dios en nuestra vida, pero lo cierto es que la voluntad de Dios se revela de forma progresiva miestras estamos andando en obediecnia, a Samuel no se le reveló la persona indicada hasta que no llegó al lugar que previamente Dios le había dicho que tendría que ir.

Ungimiento de David

Como sirvo fiel que era Samuel aceptó la misión encomendada por Dios, pero no sin antes poner una excusa y era que tenía miedo de lo que podía sucederle en caso de que Saúl se enterara de que había ido a esa tierra para nombrar a su sucesor. Por ello Dios le dio la indicación de que no solo fuera a ungir al nuevo monarca, sino que fuera también a realizar un sacrifico en aquella ciudad, por si algún seguidor de Saúl le preguntaba porque iba a esa tierra pudiera responder que iba ha realizar un sacrificio a Dios en esa tierra.
Al llegar a la ciudad de Belén, una ciudad tan insignificante como para que un profeta y juez tan importante estuviera en esa tierra, rápidamente provocó un pequeño temor en los habitantes de Belén dado que sus habitantes querían saber si su venida se debía a algún pecado que habían cometido o si había venido en son de paz, a lo que Samuel les tranquilizó informándoles que su llegada no se debía para emitir ningún tipo de juicio a esa ciudad, sino más bien que había llegado a esa tierra para ofrecer un sacrificio a Dios.
Mientras estaba elaborando el sacrificio a Dios, Samuel invitó tal y como Dios le había comisionado, a Isaí y a su familia para ungir al elegido de Dios como futuro rey de Israel. Sucedio que cuando pasó el primer hijo de Isaí llamado Eliab, Samuel pensó que esa sería la persona que Dios escogería para el nuevo cargo de monarca, Samuel pensó que sería él dado que era el primogénito de su familia y dado que era una persona alta.
Sin embargo, Dios que conoce los pensamiento de los hombres, tuvo que dar una lección a Samuel que se extiende a nuestros días. Tenemos que darnos cuenta que cuando Dios envía a Samuel a ungir al nuevo monarca también lo envió para que Samuel aprendiera una lección muy importante, y antes de continuar permitidme hacer un paréntesis y mencionar que cuando estamos sirviendo en los planes de Dios ese acto también se convierte en un momento de aprendizaje para nosotros, porque cuando estamos sirviendo a Dios, Dios nos enseña en ese proceso, y eso es lo que le sucedió a Samuel, él fue con toda su buena intención a nombrar y reconocer al futuro monarca y se encuentra que Dios quiere trabajar acerca de sus prejuicios dado que él juzga según lo que ve sus ojos y no según lo que hay en el interior de la persona. Samuel y cada uno de nosotros debemos de aprender que no debemos de juzgar a las personas por su apariencia exterior. Dios es el único capaz de ver más allás, Dios ve mucho más allá de lo que nosotros podemos ver y observar. Dios es capaz de emitir un justo juicio porque no lo hace viendo las apariencias, sino que que ves las motivaciones de los hombres. Lo que para Samuel parecía la persona idónea e indicada para el cargo para Dios no lo era y justamente en el siguiente capítulo tal y como se verá vemos que Eliab era una persona muy negativa.
La visión de Dios no es la misma que la del ser humano. Dios mira hacia dentro, el hombre ve por fuera. Dios no está interesado en las apariencias y en las grandezas humanas, en el mundo en el que vivimos gobernado por los criterios y juicios humanos los más capacitados son los que muchas veces reciben empelos y son ascendidos, pero en la iglesia del Señor no se buscan personas capacitadas, sino personas que tengan un corazón rendido a Dios, no se buscan personas capacitadas, sino personas santas que Dios capacite para el ministerio.
Después de recibir Samuel esa revelación, hizo pasar al segundo hijo para ver si sería ese el elegido, pero sucedió que Abinadab tampoco era la persona indicada, luego pasó Sama y tampoco así hasta que pasaron los 7 hijos presentes de Isaí sin ser ninguno de ellos. Claro eso dejó confundido a Samuel por lo que le preguntó a Isaí si por casualidad tendría otro hijo a lo que Isaí le dijo que sí pero que estaba pastoreando las ovejas.
Que interesante no se si os habéis dado cuenta pero cuando Samuel llegó a Belén invitó a toda la familia de Isaí para santificarlos con el fin de que pudieran participar del sacrificio, pero Isaí llamó a todos sus hijos para que fueran santificados menos a su hijo mejor David. Isaí no le daba importancia a su hijo, sin embargo aunque para los ojos de los hombres David fuera insignificante e irrelevante para Dios tenía un gran valor. Mientras las personas luchan con el fin de alcanzar alguna posición de liderazgo, mientras las personas se esfuerzan en que se les reconozcan el trabajo de varios años y obtengan su premio, vemos que David nos enseña a no afanarnos en esas cosas, sino en centrarnos en la tarea que nos ha sido encomendada. No obstante como diría Swindoll «Es en las pequeñas cosas y en medio de la soledad que sabemos si servimos para las cosas grandes. Si quieres ser una persona con una visión grande, primero tendrás que cultivar el hábito de hacer bien las pequeñas cosas»
David nos demuestra en este pasaje que además de ser una persona comprometida con su labor, también es una persona que no tiene problemas con la autoridad, dado que cuando su padre le llamo abedece y va, cuando el monarca lo llama el obedece y va, y ese era el monarca que Dios estaba buscando un monarca que no fuera autoritario, sino que supiera saber estar bajo autoridad porque aunque fuera a gobernar a Israel, dicho monarca estaría bajo la autoridad de Dios, como diría Kittim Silva «El que tiene problemas con estar bajo autoridad, le será difícil estar en autoridad»

David en la corte

Al ver Samuel a David, recibió la revelación divina de que esa era la persona que Dios había elegido y por lo tanto la ungió con aceite. Desde ese momento el Espíritu de Dios habitó en David y se apartó de Saúl.
Las consecuencias de ese hecho provocó que Saúl poco a poco fuera perdiendo la cabeza y viviera atormentado. Al ver los siervos de Saúl ese comportamiento en él decidieron buscar a una persona que pudiera tocar música para él con el fin de calmarle e irónicamente la persona indicada para tocar el arpa y traer calma a Saúl era David dado que él sabía tocar el arpa muy bien.
Y aquí es donde encontramos por primera vez que David entra al palacio real. Y en vez de reclamar lo que por derecho es suyo lo que hace es ponerse a servir y esperar en los tiempos de Dios, en vez de reclamar la corona y el trono lo que hace es servir tocando el arpa al que tenía la corona y el trono en ese momento.
David cuando fue ungido como rey de Israel no fue a reclamar el trono, sino que sabemos por el versículo 19 que lo que hizo fue volver a su trabajo habitual que era pastorear ovejas, pero incluso después de ser el que tocaba para el rey, en vez de presumir de ser el musico del rey lo vemos en 1 Samuel 17:14-15 “David era el menor. Siguieron, pues, los tres mayores a Saúl, pero David había ido y vuelto, dejando a Saúl, para apacentar las ovejas de su padre en Belén.” volviendose a su oficio de pastoerar ovejas. Ese era su trabajo y el quería seguir siendo fiel a su trabajo, la Biblia ya nos enseña que el que es fiel en lo poco ya Dios se encargará de ponerlo en lo mucho.
Termino esta parte de la enseñanza antes de pasar a la concluisión con esta última lección, la disposición de David no era la de entretener a Saúl, sino servirlo y ministrarlo con el fin de que el espíritu malo se apartara de él, de la misma forma que la alabanza y las predicaciones que realizamos cada domingo en la iglesia no tienen el propósito de entrenener a la congregación, sino más bien de querer honrar a Dios y ministrar a la congregación.

CONCLUSIÓN

Hermanos nos encontramos ante una serie de un personaje bíblico que tiene muchas cosas que enseñarnos a lo largo de todas estas semanas, os invito a que podáis ir leyendo en vuestras casas los capítulos de los cuales nos habla acerca de la vida de David para que os vayáis familiarizando con la vida de David y con lo que se predicará en futuros domingos.
Ya en este mensaje hemos aprendidos varios aspectos muy importantes para aplicar en nuestras vidas sacadas de las enseñanzas de 1 de Samuel 16, lo primero que aprendimos es que Dios tiene siempre preaprado a una persona para sus cargos, nadie de nosotros somos irremplazables y Dios hará que su obra no se detenga sino que continúe.
La segundo que aprendimos fue aprender a aceptar los sueños fracasados mirando hacia adelante sabiendo que Dios sabe todas las cosas y que al caminar en obediencia ya irá preparando todo lo necesario.
La tercera lección fue que los lugares más insignificantes para los ojos humanos en muchas ocasiones son lugares de suma importancia para Dios.
La cuarta lección está muy relacionada con la tercera dado que ahora no nos referimos a lugares, sino a personas, los seremos humanos vemos y juzgamos según las apariencias, según ven nuestros ojos humanos, pero Dios no es así, Dios es capaz de vernos con otros ojos, el ve nuestro corazón y por lo tanto es capaz de conocer cada una de nuestras intenciones, sean buenas o sean malas Dios ya las sabe a pesar de nuestras apariencias.
En quinto lugar vemos la paciendia, sumisión y fidelidad de David al ser ungido como rey no fue al palacio para reclamar el trono, sino que regreso a su trabajo de pastorear ovejas para esperar que llegara el momento indicado por Dios, es más cuando por primera vez David entró al palacio real no lo hizo para reclamar el lugar que le correspondía por decreto divino, sino que se puso a servir al actual monarca Saúl, David entró por primera vez en la corte para servir y no para ser servido, como nuestro Señor Jesucritsto cuando vino a la tierra que lo hizo para servirnos a cada uno de nosotros.
Y en último lugar, hemos aprendido que tanto los cargos de predicación, alabanza o cualquier otro ministerio que se desarrolle en la iglesia no está puesto con el fin de entretener a la personas y ofrecerles una oferta de ocio alternativo al mundo, sino que estamos sirviendo en primer lugar al Dios del universo y en segundo lugar estamos sirviéndonos mutuamente con el fin de ir creciendo en nuestra santidad.
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