Volveos

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Volveos Hermanos, me gustaría contarles acerca de una persona a la cual conozco, y que el Señor le dio la oportunidad de acercarse a él a pesar de qué desde su perspectiva, fue de las personas más tontas por haber desaprovechado lo que Dios le dio, prefiriendo el pecado y otras cosas, hasta que Dios lo regreso a él. No contaré muchos detalles de esta persona, pero me dio su permiso para contarles un poquito de su testimonio, solo para introducirnos en el tema. Hay muchas personas que nacen en cuna cristiana, y Dios le dio la oportunidad de haber nacido en un hogar cristiano, desde sus bisabuelos conocían a Dios, tiene familia que sirve a Dios desde hace mucho tiempo, y creció en la iglesia. Desde corta edad podía resolver las dudas de sus padres acerca de la Biblia; la gente elogiaba a sus padres por su "capacidad", y por lo que ellos creían alcanzar a ver; supongo que por su familia. Tenía tantas oportunidades de mejorarse como persona y como "cristiano" Pero eso era en el exterior; en el interior, su relación con Dios era inestable, supongo que en realidad no conocía a Dios. Nunca oraba, a menos que se lo pidieran, tampoco leía la biblia por su propia cuenta, pero intentaba seguir a Cristo, aunque obviamente no hacia lo suficiente A los 14 años, más o menos, con pleno conocimiento de lo que significaba y queriendo hacerlo, se bautizó. El gusto le duro poco, porque poco tiempo después, decidió apostatar en secreto su "fe" o lo que le habían enseñado desde niño. Su capacidad de sentir se fue deteriorando más y más, no sentía culpa por el pecado, no le importaba si alguien era salvo o si alguien estaba en pecado, ni si quiera le importaba su propia salvación, mucho menos la de los demás; vivía todo el tiempo enojado, aunque por fuera no lo pareciera. En sus propias palabras: estaba muerto. Y aunque conocía muchos versículos no era porque quisiera. Y él solo esperaba el momento en el que pudiera alejarse de su familia, de la iglesia y de todo lo que tuviera que ver con Dios, para no saber de eso nunca más. Citaré sus propias palabras: Cada vez estaba tocando más y más fondo sin darme cuenta y estaba en un camino sin retorno, estaba completamente segado y no podía entender nada, hasta que Dios me arrebato de ahí. Después de dos años de haber renunciado a Dios, y de que a pesar de que hayan sido dos años su vida dentro de sí mismo vinera a ser tan obscura, Dios lo sacó de ahí. No sabe en qué momento Dios comenzó a trabajar en él, ni si quiera se dio cuenta. Solo recuerda que una noche no podía dormir porque no podía dejar de pensar en que tenía que regresar a Dios, en que tenía que pedirle perdón. Y ese pensamiento fue tan, tan fuerte en su cabeza, y que no lo dejaba en paz, que tuvo que arrodillarse y pedirle perdón a Dios. Según él, ese fue el primer día en el que verdaderamente conoció a Dios. Y Dios le abrió los ojos y pudo entender muchas cosas. Desde ese momento hasta hoy, Dios sigue con él, enseñándole y no lo ha dejado. Él se rindió, pero Dios nunca se rindió con él. Dios le dijo: Vuélvete de tu mal camino. Y él se volvió y, Dios, en su gracia lo perdonó. Porque Dios no quiere la muerte del impío, sino que se vuelva de su mal camino. Nuestro versículo clave del día de hoy es Ezequiel 33:10-20 10 Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? 11 Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? 12 Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare. 13 Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo. 14 Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia, 15 si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá. 16 No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia; vivirá ciertamente. 17 Luego dirán los hijos de tu pueblo: No es recto el camino del Señor; el camino de ellos es el que no es recto. 18 Cuando el justo se apartare de su justicia, e hiciere iniquidad, morirá por ello. 19 Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello. 20 Y dijisteis: No es recto el camino del Señor. Yo os juzgaré, oh casa de Israel, a cada uno conforme a sus caminos. Esta es la última cena del Señor del año, gracias a Dios, nos ha permitido vivir un año más y poder participar de las 12 cenas en memoria del Señor Jesús, al menos algunos si han participado de las 12, pero quizás otros no. En la cena del Señor del mes pasado, nuestro hermano Gabi nos hablaba de tomar la cena del Señor indignamente, y proporcionó una vista diferente de lo que significa tomar la cena indignamente; un punto de vista que sinceramente yo no había podido ver. Mi punto de vista de tomar la cena del Señor indignamente era limitado. Cuando yo pensaba en lo que era tomar la cena del Señor indignamente solo pensaba en: Pecaste, no puedes tomar la cena del Señor, reconcíliate con Dios, esfuérzate y espérate al siguiente mes. Pero olvidaba la gracia y misericordia de Dios. Durante este mes, Dios me ha estado enseñando muchas cosas, pero dos cosas que puedo resaltar para este momento son: su justicia y su gracia. Y me gustaría hablar de ellas esta ocasión. #1 Dios esta airado Hay una frase muy común entre los cristianos que dice así: Dios odia el pecado, pero no al pecador. Es una frase muy bonita y romántica, pero la realidad es que Dios está enojado con el pecado, y airado contra el pecador, Dios está listo para atacar contra el impío. Salmo 7:11-13 11 Dios es juez justo, Y Dios está airado contra el impío todos los días. 12 Si no se arrepiente, él afilará su espada; Armado tiene ya su arco, y lo ha preparado. 13 Asimismo ha preparado armas de muerte, Dios esta airado con la humanidad, ¿Por qué? A las nubes del cielo les dice ven, y vienen, al aire le dice sopla de aquí para allá y así lo hace, al mar le dice hasta aquí llegaras, y no rebasa su límite, a los animales les dice que hagan algo y lo hacen. Cada una de su creación tienen leyes, cada cosa creada ha recibido un mandato de Dios y lo cumplen, saben que es lo que tienen que hacer y lo hacen. A ti y a mi Dios nos ha mostrado lo que debemos hacer, sabemos que es lo que Dios pide de nosotros, pero el ser humano, tú y yo, somos los únicos que tenemos el valor de saber qué es lo que tenemos que hacer, conocemos el poder y la deidad de Dios, conocemos su justicia, y aun así tenemos el valor de verlo a la cara y decirle: NO Por obvias razones Dios esta airado con la humanidad. Y hay que tener mucho cuidado, podemos confiarnos de más y no estar atentos a nuestros caminos, y terminar ofendiendo a Dios con nuestras acciones. 13 Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo. Esto es algo fuerte hermanos, podemos confiarnos en nuestras justicias y terminar haciendo iniquidad contra Dios. Cuando confías en ti o en que no te va a pasar igual que a otro, dejas de cuidar el camino, y al no cuidar el camino es 100% seguro que caigas, y a veces es tan sutil que ni te das cuenta de que ya no estas poniendo la mirada en Cristo, cuando empiezas a hablar de otros, murmurando, y hablando a sus espaldas, ahí te das cuenta qué ya no estas cuidando el camino, te das cuenta de que confiaste en tu justicia y dejaste de poner la mirada en Cristo, es un ejemplo. Me resulta interesante esta historia que Jesús relata. Lucas 18:9-14 9 A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: 10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14 Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido. Démonos cuenta de que solamente uno fue el que salió justificado, ¿Qué pasó con el otro? Confió en su "justicia", descuido el camino, y llego a hacer iniquidad, aunque él pensaba que estaba bien delante de Dios. Y si alguien es impío, la Biblia es clara al respecto: Armado tiene ya su arco. Pero, Dios tampoco quiere la muerte del impío. Entonces, ¿Qué quiere Dios? #2 No quiero la muerte del impío. Regresemos a nuestro texto clave, Ezequiel 33:10-11 10 Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? 11 Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? Primero veamos que es lo que Dios no quiere. Dios no quiere la muerte del impío, sí así lo quisiera, se los aseguro, ninguno de nosotros estaría aquí ahora mismo. Sin embargo, meramente por la gracia de nuestro Dios, estamos aquí, en memoria de lo que hizo por nosotros. Si Dios quisiera la muerte del impío, ni siquiera se hubiera molestado en venir a esta tierra y morir por nosotros. No estoy diciendo que Dios no quiera que el impío cambie, ¡claro que Dios quiere que el impío cambie! Pero no quiere que el impío muera siendo impío. ¿Qué es lo que quiere Dios? Sencillo y completamente hermoso. Para eso vamos a pasar al siguiente punto. #3 Volveos de vuestros malos caminos Es cierto, Dios tiene preparado ya su arco, pero está esperando, ¿Qué está esperando? Que el impío se arrepienta antes de que sea demasiado tarde. 14 Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia, 15 si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá. 16 No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia; vivirá ciertamente. Si el que cometió pecado se volviere de todo corazón a Dios, y humildemente pide perdón, no se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido. Será perdonado, pero esto no es por algún esfuerzo o mérito humano, el humano por sí mismo no tiene la capacidad de salvarse, sino únicamente por la gracia redentora de Dios manifestada a través del sacrificio de su único hijo, Jesucristo. Y lo que Dios quiere es que te humilles, reconozcas tu error, y le pidas perdón por haberlo desobedecido. Medita bien sobre tu camino, pide la dirección del Espíritu Santo, quizá habrás pecado contra Dios y ni cuenta te has dado. Piensa en todo lo que has hecho este año, reflexiona si confiaste más en tu justicia que en la gracia de Dios. Y si has hecho algo que desagrado a Dios, acude a su perdón, él es amplio en perdonar. 19 Y cuando el impío se apartare de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia, vivirá por ello. Ezequiel 33:19
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