Clase 11. II Etapa

El Discípulo y la Palabra de Dios

La Palabra de Dios es la revelación de la voluntad y los propósitos de Dios para el hombre, la cual fue traída de forma infalible por el Espíritu Santo, a través de la inspiración de autores humanos. (2 Pedro 1:20-21; 2 Timoteo 3:16)

La Palabra contiene verdades absolutas y eternas y por tanto constituye el único estándar del creyente en materia de fe y práctica (Sola Scritura). (2 Pedro 1:20-21)

“Pero ante todo sabed esto, que ninguna profecía de la Escritura es asunto de interpretación personal, pues ninguna profecía fue dada jamás por un acto de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo hablaron de parte de Dios”. 2 Pedro 1:20-21

Dos conclusiones podemos extraer de este texto

“Ninguna escritura es asunto de interpretación personal”. Esto implica que la Escritura no tiene diferentes significados para cada persona; sino uno solo con diferentes aplicaciones.

“Hombres inspirados por el Espíritu Santo”…

Dios inspiró las Escrituras… Si la fuente es infalible, el resultado de su inspiración tiene que ser también infalible.

“Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia.2 Timoteo 3:16

El rol de la palabra: 1) Enseña al que no sabe / 2) Reprende al que está en pecado / 3 Corrige al que ha sido mal enseñado / 4) Instruye en todo lo que tiene que ver con la vida de fe.

Importancia de La Palabra.-

Juan 8:31-32 - Mecanismo de santificación.

Salmos 1:1-3 - Meditar en ella nos bendice y nos afianza.

Romanos 10:17 - Es el instrumento de la fe.

Lucas 4:1-13... Efesios 6:17 - El arma de ofensiva en la guerra espiritual.

Gálatas 1:8-9 - nos ayuda a identificar lo falso de lo verdadero.

Hebreos 4:12 - Nos confronta para vivir para Dios. .

Juan 8:31 - Obediencia a la palabra prueba que somos verdaderos discípulos de Cristo.

Los Beneficios de la Palabra

La palabra da vida

Hebreos 4:12 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón”.

Salmo 119:25 “Postrada está mi alma en el polvo; vivifícame conforme a tu palabra”.

Restaura el alma y alegra el corazón

Salmo 19:7-8 “La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo. Los preceptos del SEÑOR son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento del SEÑOR es puro, que alumbra los ojos”.

Me evita pecar

Salmo 119: 11 “En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti”.

Me liberta

Salmo 119:44-45 “Y guardaré continuamente tu ley, para siempre y eternamente. Y andaré en libertad, porque busco tus preceptos”.

Hace sabio al sencillo

Salmo 19:7-8 “La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo.”

Salmo 119:98-100 “Tus mandamientos me hacen más sabio que mis enemigos, porque son míos para siempre. Tengo más discernimiento que todos mis maestros, porque tus testimonios son mi meditación. Entiendo más que los ancianos, porque tus preceptos he guardado.”

Da Paz

Salmo 119:165 “Mucha paz tienen los que aman tu ley, y nada los hace tropezar”.

Un hombre que ama la Palabra de Dios según el Salmo 119.

V47: Y me deleitaré en tus mandamientos, los cuales amo.

V54a: Cánticos para mi son tus estatutos.

V62: A medianoche me levantaré para darte gracias por tus justas ordenanzas.

V97: Cuanto amo tu ley.

V103: Cuan dulces son a mi paladar tus palabras, más que la miel a mi boca.

V140: Es muy pura tu palabra y tu siervo la ama.

V143b: Tus mandamientos son mi deleite.

Dios describe Su Palabra como:

Semilla [Mateo 13:3-8] Lo que se planta germina.

Espada [Efesios 6:17] Es el instrumento de defensa por excelencia.

Martillo [Jeremías 23:29] Destruye en mi lo que no le agrada a Dios.

Fuego [Jeremías 23:29] Consume mis impurezas.

Proverbios 2:1-6 y Su Palabra

“Hijo mío, si recibes mis palabras,y atesoras mis mandamientos dentro de ti, da oído a la sabiduría, inclina tu corazón al entendimiento; porque si clamas a la inteligencia, y alzas tu voz al entendimiento,si la buscas como a plata, y la procuras como a tesoros escondidos, entonces entenderá el temor del SENОR, y descubrirás el conocimiento de Dios. Porque el SENОR da sabiduría y de su boca vienen el conocimiento y la inteligencia”.

Proverbios 2:1-6, Dios nos manda a:

Recibirla

Leerla

Escudriñarla

Entenderla

Atesorarla

Aplicarla

La Palabra de Dios es el estándar absoluto de la vida cristiana. No nos fue dada para cuestionarla, sino para obedecerla, nuestras opiniones y creencias culturales podrán cambiar más no su permanece sin variaciones.

La Palabra y la toma de Decisiones

Proverbios 3:5-7: “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócele en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas.No seas sabio a tus propios ojos, teme al Señor y apártate del mal”.

Al tomar decisiones, preguntémonos:

Si la Palabra tiene algo que decir con relación a este tema.

Si mi decisión es congruente con lo revelado en la Palabra.

Al tomar decisiones, recordemos:

No podemos basar la decisión en un solo versículo de la Palabra, aislado del resto del contexto bíblico. Un versículo aislado puede ser mal interpretado.

No podemos tomar decisiones porque abrimos la Palabra al azar y el versículo que leímos en ese momento nos llevó a una conclusión específica y por consiguiente a una decisión.

Lo que la Palabra diga es más importante que lo que nosotros pensamos, sentimos, creemos o tengamos que decir. Lo que importa es el veredicto de Dios y no nuestras opiniones.

Observaciones Finales

Cuando somos negligentes con la Palabra sufrimos consecuencias:

Permanecemos inmaduros (1 Corintios 3:1-3)

Continuamos con deseos y actitudes carnales (1 Cor. 3:1-3)

Nos volvemos liberales o legalistas (Gálatas 5 :1-13)

Somos fácilmente engañados por otros (Gálatas 1:1–10)

No podemos criar hijos morales (Deuteronomio 6:6-9)

Pecamos con frecuencia (Gálatas 5:16-26)

Perdemos interés por las cosas de Dios.

No sabemos cómo batallar contra el enemigo (Efesios 6:10-18)

La “Fórmula para no desviarnos del camino”

a) Permanecer en su Palabra: Para que Cristo viva en nosotros, es necesario que su Palabra sea parte de nosotros. (Juan 8:31-32)

b) Hacer uso de su Palabra para crecer: Sin la Palabra, nunca seremos los discípulos que Cristo quiere que seamos. (2Timoteo 3:16-17)