Isaias 6: 1-5 | Engrandenciendo la cruz
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Hombres que se enfrentaron a la santidad de Dios:
Moises (Éxodo 3: 1-6)
Isaias (Isaias 6: 1-5)
Job (Job 42: 5-6)
Pedro (Lucas 5:8)
Abraham (Génesis 17: 1-3)
Juan (Apocalipsis 1: 12-17)
Zacarías (Lucas 1: 11-13)
Idea Central: La visión de Isaías de la gloria de Dios nos enseña a honrar la santidad de Dios y reconocer nuestro pecado para poder
2 verdades que nos ayudan a engrandecer la cruz
2 verdades que nos ayudan a engrandecer la cruz
1. La santidad de Dios (v. 1-3)
1. La santidad de Dios (v. 1-3)
Santidad = Dios esta totalmente apartado y separado de todo lo profano, inmundo, impuro, vil y perverso de la creación.
Todo lo que el hace es santo, ese es un atributo que nos debería hacer temblar ante su presencia y que sea adorado por toda la creación.
4 ¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo; por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán, porque tus juicios se han manifestado.
5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.
13 Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él,
4 Cantad a Jehová, vosotros sus santos, Y celebrad la memoria de su santidad.
Isaías nos muestra cómo la visión de Dios en Su trono lo hizo temblar. La majestuosidad de Dios lo dejó sin palabras y lo llevó a reconocer Su santidad. Al igual que Isaías, necesitamos temer a Dios y reconocer Su santidad en nuestras vidas.
Aplicación: Debemos tomar el tiempo para adorar a Dios y meditar en Su grandeza. A medida que lo hacemos, Su Espíritu nos recordará nuestra necesidad de temerlo y honrarlo con nuestras vidas.
2. La pecaminosidad nuestra (v. 4-6)
2. La pecaminosidad nuestra (v. 4-6)
Isaias al estar en la presencia de Dios, es conmovido y hace conciencia tanto de su propia impureza e inmundicia, como la de su pueblo, ante tal Dios Santo.
Es solo al compararnos al estándar de Dios que de verdad nos encontramos con nuestra impureza.
23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,
1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. 2 Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
17 y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
4 Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley.
Juan Calvino : “Estamos tan completamente controlados por el poder del pecado, que toda la mente, todo el corazón, y todas nuestras acciones se encuentran bajo su influencia.
Isaías reconoce su pecado y la impureza de sus labios. La presencia de Dios lo lleva a arrepentirse y confesar sus faltas. Al igual que Isaías, necesitamos reconocer nuestros pecados y arrepentirnos de ellos ante Dios.
Aplicación: Debemos buscar la verdad de Dios y examinar nuestras vidas a la luz de ella. Cuando descubramos áreas en las que estamos fallando, debemos confesar nuestros pecados y buscar Su perdón y renovación.
Conclusión:
13 El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.