EL OTRO GIGANTE DE DAVID

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«Volvieron los filisteos a hacer la guerra a Israel, y descendió David y sus siervos con él, y pelearon con los filisteos; y David se cansó. E Isbi-benob, uno de los descendientes de los gigantes, cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, y quien estaba ceñido con una espada nueva, trató de matar a David; mas Abisai, hijo de Sarvia, llegó en su ayuda, e hirió al filisteo y lo mató…» (2 Samuel 21:15–17).
INTRODUCCIÓN: En la vida de David encontramos dos gigantes. A Goliat de Gat, aquel lo venció, pero Isbi-benob venció a David. Es como si dijéramos que David venció al mundo, pero la carne venció a David. Hay cosas que el creyente vence, otras cosas vencen al creyente.

I. David no tenía fuerzas para pelear contra Isbi-benob, «… y pelearon con los filisteos; y David se cansó» (verso 15).

1. David no reconoce su cansancio.

2. Isbi-benob se da cuenta de lo débil que está David.

3. David quiere hacer lo que él sabe que no puede.

4. La lucha que libró contra los filisteos lo dejó sin fuerzas.

REFLEXIÓN: El creyente no debe permitir que cosas sin importancia o enemigos mediocres le quiten la fuerza que necesita para poder vencer al otro gigante que confronte.

II. David no podía vencer a Isbi-benob -«… trató de matar a David» (verso 16).

1. La experiencia que David tuvo contra Goliat la olvidó.

2. En vez de confiar en el poder de Dios (1 Samuel 17:45–46), confió en sí mismo.

3. La Biblia nos sugiere que Goliat era más fuerte y quizá más grande que Isbi-benob.

A. De la lanza de Goliat leemos: «y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro» (1 Samuel 17:7).

B. De la lanza de Isbi-benob se nos dice: «cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce» (2 Samuel 21:16).

REFLEXIÓN: El creyente que se olvida de su experiencia pasada con Cristo, y que deja de confiar en el poder del Espíritu Santo, tarde o temprano será víctima de Isbi-benob.

III. David necesitó a un Abisai -«Mas Abisai, hijo de Sarvia, llegó en su ayuda, e hirió al filisteo y lo mató» (verso 17).

1. Abisai era sobrino de David, ya que Sarvia era hermana de este último (1 Crónicas 2:15–16).

2. Para Isbi-benob Dios le tenía un Abisai.

3. La victoria no sería de David, sino de Abisai.

4. Para cada gigante, Dios le tiene un contrincante (2 Samuel 21:18–22).

A. A Goliat de Gat le tuvo a David.

B. A Isbi-benob le tuvo a Abisai.

C. A Saf le tuvo a Sibecai husatita.

D. A Goliat geteo le tuvo a Elhanan.

E. Al gigante de veinticuatro dedos le tuvo a Jonatan, el hermano de David.

F. Léase también 1 Crónicas 20:4–8 donde al gigante de Saf le llama Sipai y a Goliat geteo se le llama Lahmi. Es muy posible que Lahmi haya sido el hermano del gigante Goliat derrotado por David.

5. Es interesante que David, cuando se enfrentó a Goliat, tomó «cinco piedras lisas del arroyo» (1 Samuel 17:40). Y que se nos diga que los cinco gigantes eran de Gat (2 Samuel 21:22). ¿Serían hermanos? ¿Familia?

REFLEXIÓN: Dios siempre tiene a un Abisai para ayudarnos cuando más lo necesitamos. Pero depende de nosotros si dejamos que Abisai nos ayude.
CONCLUSIÓN: ¿Cuál es ese otro gigante en tu vida? ¿Por qué no lo puedes vencer? ¿Has reconocido que necesitas ayuda?
Kittim Silva, Bosquejos para predicadores, vol. III (Viladecavalls, Barcelona: Editorial CLIE, 1988), 29–31.
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