Consejo y Oración para hoy

20 de abril

Job 19:25 RVR60

Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará sobre el polvo;

Job tenía un fundamento sobre el cual descansaba su fe, que aun en las peores condiciones él saldría bien librado.

Ese fundamento era una persona, su redentor personal, alguien muy cercano a él que en caso de necesitar auxilio acudiría a su auxilio, para levántarlo de en medio del polvo.

Ese redentor era su Dios, a quien había conocido personalmente, quien no era un dios muerto para él, quien intervenía en su vida directamente. Su Dios, que podía por medio de sus sentidos percibir su presencia con él, y experimentar su fortaleza cuando su corazón desfallecía.

Para Job, esto era posible porque él había desarrollado esa confianza basado en lo siguiente:

- El decía Yo se, porque tenía una conocimiento cierto de las promesas de Dios para su vida.

- El decía: Mi redentor vive, porque se había apropiado, por la fe, de la promesa de redención para su vida.

- El decía: Y al fin se levantará del polvo, porque tenía una confianza absoluta en el poder de Dios sacarlo de la situación difícil que se encontraba.

Job sabía que aunque su redentor estuviese muerto, tenía el poder para vencer la muerte y ayudarle a él a vencerla.

- El decía: En mi carne he de ver a mi Dios, porque tenía la esperanza firme de que un día su situación sería finalmente de felicidad. Una esperanza de la cual nunca se avergonzaba.

Solo hay algo que puede sostener nuestra vida en los momentos más difíciles y es una confianza puesta en Dios, saber que él vive y esta a mi lado, que tiene el poder para ayudarme en cualquier situación, y tengo claro que él me llevará finalmente a mi destino eterno.

No puedo alejarme de quien ha prometido no abandonarme jamás, y quién tiene todo preparado para que mi vida se sostenga en su poder.

Debo fortalecer cada día mi fe, conociendo más a quien se ha convertido en mi redentor.

Oremos,

Padre me has escogido para ser tu hijo, has puesto sobre mí el sello de tu redención, tu Espíritu me da la seguridad que estoy bajo tu cuidado.

Gracias porque al conocerte he encontrado una razón poderosa sobre la cual caminar con gozo aun en medio de la prueba.

Te pido para que pueda conocerte más cada día, y así ver crecer mi convicción de que tu ayuda vendrá en toda situación.

Oro por los que no tienen una persona que acuda en su ayuda, un redentor que los libere de sus situaciones difíciles.

Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

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