LA CERTEZA DE LA MUERTE
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· 31 viewsMuy pocos parecen pensar que hay necesidad de prepararse para la vida que viene, la que hay después de la muerte.
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Porque de cierto morimos, y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse; ni Dios quita la vida, sino que provee medios para no alejar de sí al desterrado.
INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
La muerte es cierta, escoge a cualquiera en cualquier parte: ésta es la enseñanza del Señor en la escritura.
La muerte es cierta, escoge a cualquiera en cualquier parte: ésta es la enseñanza del Señor en la escritura.
Porque:
Toda carne es como hierba,
Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba.
La hierba se seca, y la flor se cae;
OCURRE DE PRONTO
OCURRE DE PRONTO
Si lees las columnas de los periódicos notará cuántas personas han pasado a la eternidad.
Muy pocos esperan la muerte cuando llega.
Dios nos enseña que la vida es breve, y la compara con el vapor, con una flor del campo, con la hierba, ciertamente, no sabemos que será mañana.
¿LA MUERTE ES EL FINAL DE TODO?
Las vírgenes insensatas encontraron la puerta cerrada.
Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,
ES NECESARIO PREPARARSE:
ES NECESARIO PREPARARSE:
Todos se dan cuenta de que es necesario prepararse para enfrentar este mundo, pero muy pocos parecen pensar que hay necesidad de prepararse para la vida que viene, la que hay después de la muerte.
No acabamos de entender que: “las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas”.
Confiamos en nuestra fortaleza física y nos da la sensación de que podemos vivir aquí para siempre, sin acordarnos de la advertencia del Señor, que debemos prepararnos.
¿CÓMO HEMOS DE PREPARARNOS?
¿CÓMO HEMOS DE PREPARARNOS?
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?