Siervos Valientes y Esforzados en la Oración
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Salmos 42:1-2 “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?”
Salmos 63:1 “Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas,”
Salmos 143:5-6 “Me acordé de los días antiguos; Meditaba en todas tus obras; Reflexionaba en las obras de tus manos. Extendí mis manos a ti, Mi alma a ti como la tierra sedienta. Selah”
En la obra hay dos tipos de personas, lo que lo van a lograr y los que no. Los que entrarán, se graduarán, liderarán algún ministerio y morirán sirviendo al Señor, cumpliendo su propósito de vida y están los que entrarán, quizás se gradúen quizás no, talvez lideren algún ministerio algún día, talvez no, pero definitivamente no morirán sirviendo en la obra tiempo completo, algunos llegarán un poco lejos, pero en algún momento saldrán y su llamado quedará botado.
La diferencia entre ellos no está en cuán capaces son, cuanto profesionalismo pongan en lo que hacen, cuanto trabajen y se esfuercen, ni siquiera es un tema de talento o liderazgo nato, no es porque sea parte de esta iglesia o de otra, porque venga de esta familia o de aquella. La diferencia entre los que lo lograrán y los que no es SU DEPENDENCIA DE DIOS.
Está profetizado 2 Timoteo 3:2 que en los postreros tiempos los hombres serían amadores de sí mismos, por crianza, por el sistema que empuja a eso, por la falta de corrección y disciplina, por las razones que sean el carácter de los hombres postreros sería egocéntrico, esto trae consigo autosuficiencia e independencia pues el hombre llega a considerar que no necesita de nada ni de nadie para alcanzar sus objetivos, simplemente tiene que luchar por lograrlo. Suena interesante pero es inútil en la obra de Dios.
Un hombre llamado Pablo, un un tipo muy capaz de hecho el dijo: Filipenses 3:4-6 “Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.”
Pero este mismo hombre el que dijo:
2 Corintios 3:5 “no que seamos competentes (“hikanós” suficiente, adecuado, que cumple los estandares adecuados para un propósito) por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,”
1 Corintios 15:10 “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy...
Romanos 15:30-33 “Pero os ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me ayudéis orando por mí a Dios...
2 Corintios 1:10-11 “...cooperando también vosotros a favor nuestro con la oración...”
Efesios 6:18-20 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;y por mí...
Colosenses 4:2-4 “Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también al mismo tiempo por nosotros...
1 Tesalonicenses 5:25 “Hermanos, orad por nosotros.”
2 Tesalonicenses 3:1-2 “Por lo demás, hermanos, orad por nosotros...
Pablo entendía que lo aue estaba haciendo no era una obra de humanos, con estrategias humanas, sino una guerra espiritual con armas espirituales. Por eso dice “las armas de nuestra milicia no son carnales”
Pero Pablo no solo lo encontramos pidiendo oración por él, como alguien que entiende el poder y la dependencia en Dios clamaba constantente y en todas sus cartas habla de este tema, es él quien nos dice ORAD SIN CESAR.
Pablo fue un hombre que lo logró pero lo logró porque dependió de Dios, y todos aquellos hombres y mujeres que hicieron grandes cosas para el Señor, todos aquellos que lo lograron, Moisés en Egipto, Daniel el Babilonia, Gedeón contra el ejercito, Elías contra el paganismo, Los apostoles contra el fariseismo, y cada uno de los que lograron cumplir su llamado fueron hombres y mujeres que dependieron de Dios.
DANIEL fue un hombre fiel a Dios, toda una vida de fidelidad, pasando por dos grandes imperios paganos y enfrentando toda clase de situaciones cumplio el llamado de Dios porque se sotenía dependiendo de Dios, la oración era la vida de Daniel. La oración le llevó al foso y del foso a la victoria y la gloria para el Señor.
Jesucristo nuestro maestro, tomando forma humana fue obediente en su vida terrenal al Padre Celestial y logró lo que nadie más hubiera logrado, poner su vida en rescate por muchos, muchos enemigos fueron reconciliados por su muerte y seguirán siéndolo, pero note a Jesús.
Marcos 1:35 “Levantándose muy de mañana, siendo aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba.”
Mateo 14:23 “Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.”
Lucas 5:16 “Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.”
Lucas 6:12“En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios...”
Lucas 9:28 “Aconteció como ocho días después de estas palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.”
Estos otros referentes al momento cercano a su crucifixión.
Marcos 14:32 “Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro.”
Lucas 22:41 “Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,”
Si Jesús, el Verbo encarnado, en su humanidad dependió del Padre en oración, QUIENES NOS CREEMOS NOSOTROS para levantarnos un día de guerra, un día en la obra y salir de casa como si nada, como nos agarre el día, QUIEN SE CREE USTED para venirse a estudiar y servir en su iglesia sin siquiera haber tenido un momento para rendirse al Señor y declarar su dependencia de él ese día. Hermanos ese camino ya tiene un final señalado y es ser eliminado, perdemos estudiantes, perdemos obreros, perdemos pastores no por falta de capacidades sino por falta de DEPENDENCIA DE DIOS por falta de oración.
Tenemos las rodillas muy firmes y la cerviz muy endurecida, la confianza en nosotros mismos muy alta y eso es sinonimo de derrota. Es tiempo de volver a la senda antigua de la oración, de doblar más las rodillas, de bajar más la cabeza de dejar de confiar en nosotros y depender de Dios, es ora de ganar la batalla a Satanás y a la carne.
Romanos 12:11-12 “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;”
Necesitamos ser valientes y esforzados en la oración no podemos perder más siervos del Señor, no podemos dejar que Satanás siga ganando terreno, humillese delante de Dios todos los días y usted estará seguro.