Sermón sin título (2)
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Todos nacemos con el deseo de sobresalir, de no ser del “montón” o “igual que todos”. En la adolescencia se enfatiza esta etapa y queremos ser diferentes. En los 60’s se forma un movimiento contra la autoridad del gobierno, se rompen tabúes, y se empieza una cruzada por los derechos para todas las personas. Los adolescentes eran notorios por su cambio de vestuario, ropas con colores estridentes. Esa generación que empezó queriendo ser diferentes, terminó por homogeneizar a esa generación.
Después eran los estilos de peinados, estilo de ropa, con hoyos en los pantalones, y todos esos cambios fueron en su mayoría en gran parte moda y en una menor parte cambios de fondo.
Los que somos adultos de esa época, vemos atrás y nos damos cuenta que quizá no somos iguales, pero de adultos las cosas que anhelamos son muy similares. Porque esa época pasa, lo que en esos años pensamos que así será siempre, resulta que ¡no es así!
De adultos los temas son parecidos, bueno, eso era en la generación anterior. Aunque no es el tema lo quiero tocar de paso. Actualmente la sociedad se ha vuelto adolescente y lo que antes era una etapa, se ha perpetuado y ha traspasado lo etario. Ahora ser un perpetuo adolescente está de moda, hasta que cambie, pero las secuelas que dejará serán desastrosas.
Ahora el adulto quiere ser un adolescente eterno y llegó el momento que quiere volver a sentir lo que sintió de adolescente. Renovarse o morir, pensando que renovarse quiere decir hacer las cosas otra vez así que para escapar de la rutina hay que tomar decisiones drásticas, aunque lastimen a los cercanos.
Porque se ha pensado, si quieres cambiar hazlo ahora, pero por cambiar hemos pensado escapar.
Estoy cansado de la rutina familiar, cansado de mis padres, de mi pareja, estoy cansado de estas finanzas, de este trabajo ¡tengo que correr o terminaré siendo como los demás!
Así que decides llamar una antigua novia para recordar la chispa de esos años y que este matrimonio ya no tiene. O decides escapar, irte con los amigos, las amigas porque con ellos experimentas eso que tus padres no te permiten porque son anticuados, o para sentir la adrenalina de lo ilícito.
Por un momento sientes el rush, te apasiones, tienes sueños, el problema es que para que esos sueños se vuelvan realidad, tuviste que lastimar a alguien, herir corazones, romper promesas.
Además han traído consecuencias que no deseabas per
Sí ya has hecho esto en alguna ocasión te das cuenta que esas decisiones trajeron consecuencias, quizá a las que sobrevives, pero que dejaron una huella profunda en tu vida.
Porque tu pasado te persigue, es imposible romper con el pasado, este te persigue, no te lo puedes quitar. Esto es porque: No importa a donde vayas, ni lo que hagas, las cosas no van a ser diferentes porque ¡TÚ VAS A ESTAR AHÍ!. El único común denominador en todos tus problemas, no son las situaciones (estas cambian), no son las personas. ERES TÚ. Y eso complica la vida, así que para poder cambiar, pues hay que herir.
Vamos a leer en Romanos 12:2 “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente”
Pablo nos está diciendo que Dios quiere que seamos diferentes; no quiere que seamos del montón. No quiere que nos parezcamos a los demás; y en esto no podíamos estar más de acuerdo: ¡Eso es lo que yo quería cuando estaba en la prepa!
“NO quiero que te conformes a la forma del mundo, quiero que seas diferente, ¡NO QUE HUYAS DE TUS RESPONSABILIDADES! ¡La manera como estamos es el resultado de las decisiones que tomamos y la manera de salir no es que tomemos más decisiones otra vez!
La Biblia está diciendo que la manera de tomar decisiones diferente es solamente cuando pensamos de manera diferente.
La manera en que cambias tus resultados en la vida, no es que abandones tus obligaciones sino renovando, rehaciendo tu sistema de pensamiento y poniendo nuevos cimientos en tu forma de pensar. Para tener resultados diferentes, debo cambiar mi manera de pensar.
La primera pregunta que debemos hacernos es: ¿Cuáles son los pensamientos que me llevaron a ser lo que soy en mi matrimonio, en el trabajo, en las finanzas, en mi forma de enfrentar los problemas? ¿Cuáles son tus creencias que te llevaron a estar dónde estás ahora mismo?
Porque si no sabes cuál es tu manera de pensar que te llevó a tomar las decisiones para ser lo que eres. No sabrás qué es lo que necesitas o lo que vas a cambiar.
Si eres padre, y te gusta la manera que llevas tu matrimonio, y si te gusta la forma en que administras las finanzas, corres el riesgo el peligro de que le digas a tus hijos, lo que deben y lo que no deben hacer para que tengan un matrimonio, un trabajo, como el tuyo.
¡Nuestra responsabilidad como padres no es decirles que hacer y qué no hacer para tener éxito! Mi responsabilidad es decirles que lo que hago ¡es resultado de lo que creo! ¡Ayudarles a pensar y ver el mundo de manera que les ayude a tomar decisiones que les dé el éxito en la vida!
De igual manera: No es decirle a mi hijos, que hagan lo que yo hice, sino decirles: ¡Esto es lo que yo estaba pensando cuando tomé esa decisión! Y que me llevó a dónde no quise estar.
¡Tus pensamientos te llevan a tomar decisiones y las decisiones te tienen dónde estás!
Dios dice: “si quieres resultados diferentes, no se trata de cambiar de familia, o de tomar nuevas decisiones, o de cambiar el trabajo, o el banco, etc. TIENES QUE PENSAR DE MANERA DIFERENTE. Para poder hacer esto, necesitas sacar lo viejo y poner lo nuevo. EJEMPLO DE LA RENOVACIÓN DE UNA CASA. I. SIEMPRE ES UN DESASTRE. II.TARDA MÁS TIEMPO DEL QUE DICEN. III. PERO LOS RESULTADOS PUEDEN SER INCREIBLES.
Ahora, como le hago para cambiar mi manera de pensar. Cómo le hago para ser transformado. Y eso veremos en este día, y la primera parte es quizá algo muy obvio; no es nuevo para nadie, tanto lo que tienen una relación estrecha con Dios como para los que tienen tiempo en alguna iglesia.
a. DIOS SABE LO QUE ES MEJOR PARA TI: Esta verdad así de fácil y pequeñas, es enorme. SI REALMENTE CREES QUE DIOS SABE LO QUE ES MEJOR PARA TI. Qué harías o a quien irías para consultar: pues a Dios. ¿QUE PASARÍA SI REALMENTE CREYERAS QUE DIOS SABE LO QUE ES MEJOR PARA TI Y DE ALGUNA MANERA TE COMUNICA LO QUE TIENES QUE HACER PARA TENER MEJORES RESULTADOS EN TU VIDA?
Dios sabe mejor lo que es mejor para ti Vs Yo sé lo que es mejor para mí.
Pero nosotros nos las sabemos de todas; todas, y decimos: No, No, no; YO SE MEJOR QUE TÚ LO QUE PUEDE SATISFACER MI VIDA. Y Dios dice: ¡NO! Yo sé mejor que tú, lo que puede dar satisfacción a tu vida, sé que es lo que sueñas y cómo lograrlo, y qué decisiones te llevarán a dónde quieres llegar. ¿Quién sabe mejor?
Pensemos por un momento: ¿Cuántos de nosotros podemos recordar una vez en nuestra vida en que tomamos una decisión que estábamos absolutamente seguros, convencidos de que eso sería lo mejor, y que nos daría la felicidad? Ya sea con una pareja, con un socio, un trabajo, un banco, etc. y después de tomar la decisión y ver los resultados, ¡nos dimos cuenta de que estábamos absolutamente mal!
Has estado en una situación en que piensas que la decisión es la correcta, que te dará felicidad, que es lo que estabas esperando. Y justo antes de ejecutar la decisión sucede que se cancela la boda, o que te corren del trabajo, o que tus papás cambiaron de opinión. Y te frustras con Dios, te enojas y le reclamas: ¿Por qué se frustró tan pronto, si era mi felicidad? Tiempo después al ver los resultados dices: ¡Wow, gracias Dios que no me dejaste tomar esa decisión!
Cuantos hemos visto a un amigo a punto de tomar una mala decisión y en que les advertimos de que quizá no sea buena idea. Y ellos dice: ¡No; Yo sé lo que debo hacer! Es mi vida. Tiempo después ellos se dan cuenta de que “pensaban” que tenían el control, pero ahora se arrepienten de lo mal que les fue o de las consecuencias que están pagando.
La verdad es que algunas veces, no sabemos lo que nos conviene para ser felices.
Lo trágico es cuando hay una gran distancia desde el momento en que tomamos la decisión y el momento de los resultados. A veces pasan años. Una decisión que tomaste a los 15 años, ahora te persigue. Dices: “Esto no es lo que pensaba”, “No es lo que yo quería” y pasan años, capítulos de tu vidas que sencillamente se han esfumado. Tomas una mala decisión y años después de tas cuenta de que fue mala idea.
¡TU NO SIEMPRE SABES LO QUE ES MEJOR PARA TI. ¡DIOS SIEMPRE SABE LO QUE ES MEJOR PARA TI!
Al renovar tus pensamientos cambias: Yo siempre se; por: Dios siempre sabe.
Proverbios, es un libro de sabiduría. El autor es el rey Salomón, el hombre más rico y más sabio de su época. Era tan sabio que reyes de otros países llegaban a escuchar su consejo. EL podía decir: “Soy tan sabio, que puedo tomar decisiones y saber cuál será el resultado”. Aún con toda esa sabiduría, el escribió estas palabras: “Dios sabe lo que es mejor”.
Proverbios 3: 5 “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia”.
Y esto rompe con todo lo que hemos escuchado muchas veces: ¡Cariño, sigue los impulsos de tu corazón! ¡Escucha lo que dice tu corazón!
¿Qué te dice tu corazón? Pues francamente, depende del día en que le hable.
¡NO CONFIES EN TU CORAZÓN!, ¡CONFÍA EN EL SEÑOR CON TODO TU CORAZÓN! Porque algunas veces tu corazón tienen razón, otras ¡NO! Sucede algo así: El día de hoy te dice: “El es el indicado”, 3 años después: “El no era el indicado” y te separas; una semana después: “Quizá sí era el el indicado”. Al día siguiente: “Empieza a buscar un nuevo indicado”.
El libro de proverbios dice: “No confíes en tu inteligencia”; no confíes en tu propia prudencia. ¡NO DICE QUE NO PREGUNTES EL PORQUÉ; NO DICE QUE NO TIENES PORQUE ENTENDER!
Pero cuando llega el punto entre decidir entre tu conocimiento y el mandamiento de Dios, el mandamiento gana.
Cuando eras joven y querías convencer a tus papás, les dabas todos los argumentos posibles para que te dieran permiso; pero al final ellos tenían la última palabra: ¡NO!
¡DIOS SABE LO QUE ES MEJOR! Una vez que empiezas a aceptar que Dios sabe lo que es mejor, cuando tus razonamientos entran en conflicto con sus mandamientos entonces, el mandamiento, gana a tu razonamiento.
Proverbios 3:6 “Reconócelo en todos tus caminos, y el allanará tus sendas.
Al hablar de caminos, se refiere a todas las áreas de tu vida, matrimonio, finanzas, amistades, conflictos, en la ética, en tu profesión, con tus padres, con la disciplina.
Reconocerlo quiere decir: Dios, esta es la manera en que yo veo mi matrimonio, mis finanzas,
P E R O: ¿Qué dices tú? Eso es traer todo a Dios. Te estoy reconociendo en todas las áreas de mi vida. Te doy el derecho de gobernar mi vida.
“El allanará, enderezará tus caminos”. La palabra camino en el hebreo, significa: estilo de vida. En toda tu manera de vivir. En otras palabras Él te hará prosperar, serás bendecido.
Así que esta transformación empieza, no con tomar nuevas decisiones; empieza cuando reconoces que ÉL es Dios y tú no eres. Dios sabe mejor lo que necesitas. Así que voy a tomar decisiones creyendo en Dios. El resultado es asombroso, y más de lo que pudieras soñar, diferente, mejor.
SI por alguna mágica razón pudieras regresar a la etapa de tu vida en que cometiste el mayor error de tu vida; estoy seguro que se hubiera evitado si hubieras decidido en esa etapa, que Dios sabe mejor lo que te conviene. Ese momento de fin de semana, esa decisión en las finanzas; esa noche de parranda. Esos momentos se hubieran evitado.
Salomón que escribió estos versos, hizo algo que también nosotros somos tentados a hacer: ¡No siguió su propio consejo! 1ª. Reyes 11:1-4 LEERLO
La orden es no se casen con extranjeras, y el pueblo preguntó: ¿Por qué? Dios respondió, porque les harán pecar. Los judíos dijeron, ah, qué bueno que preguntamos.
Esa orden fue cuando Israel apenas se estaba formando; No había reyes. Pero ahora que Salomón es rey, el piensa. Bueno esa orden fue para los de antes, ahora son tiempos modernos, además, aunque estuvieran vigentes, seguramente es para otro tipo de personas. Yo soy Salomón. Esta es la modernidad, todo mundo sabe que los reyes se casan con hijas de reyes para hacer alianzas y evitar las guerras, que eventualmente evitan que muchas personas mueran. Seguramente yo soy la excepción a la regla. Así que Salomón no cumple con ese mandamiento. Además dijo Salomón: “Que una mujer me haga cambiar a mi DIOS, jaja”.
Salomón se casó con muchas mujeres extranjeras. LEERLO NUEVAMENTE.
Salomón tuvo 700 esposas, y eso de entrada asusta, pues junto con las esposas vienen las suegras. Esa era razón suficiente para no casarse con otras mujeres. Al envejecer Salomón, sus esposas voltearon su corazón hacia otros dioses.
Salomón dijo: “Yo puedo controlar la situación”, “eso a mí no me va a pasar”. Cuando crees que eres la excepción a la regla, porque eres diferente, esa es la receta para el fracaso.
¿Y sabes qué pasó con esa decisión? Por creer que era diferente.
Israel se dividió, y empezaron a pelarse entre ellos, los del sur y los del norte. Miles de Judíos murieron. La nación se debilitó de manera que los demás países lo invadieron y se los llevaron de esclavos. Y miles de personas más murieron y sufrieron.
Salomón quiso evitar muertes, pero debió reconocer que Dios siempre sabe lo que es mejor.
La pregunta es: ¿Ya tomaste una decisión en tu mente? Independientemente de la manera en que esté tu relación con Dios, o de que creas en Dios.
¿Has llegado al punto de reconocer que EL conoce lo que es mejor para ti?
¿Has tomado una decisión? Ya sea que entiendas o no. Eres capaz de decir: “Dios sabe lo que es mejor para mi, y cuando mi razonamiento entre en conflicto con Su Palabra: Obedeceré su Palabra; cuando mis ideas entren en conflicto con Su Palabra: Su Palabra tiene prioridad.
Si no lo has hecho, vas a ser como las demás personas que creen que ellos saben lo que es mejor para sus vidas. Personas que se guían con su propia inteligencia. Serás parte de la multitud, un conformista, vas siguiendo a la multitud. Yoooo creooo, Yoooo piensooo ummmm. Yo lo veo asíii.
Eso es lo que la mayoría de las personas hacen. Y sabes que eso te guía a resultados predecibles. Porque sabemos que nuestro corazón no siempre tiene la razón. DIOS SABE LO QUE ES MEJOR PA RA TI.
Ya tomaste la decisión de decir: “Voy a confiar en Dios aunque no lo entienda, voy a confiar en Dios en mis finanzas, en mis relaciones, en mi familia, en mis decisiones, hasta que lo entienda”.
Porque es hasta que vemos los resultados, que entendemos el por obedecer a Dios es mejor.
Esa es la mejor manera de romper de cambiar. CONFIAR EN EL SEÑOR CON TODO TU CORAZÓN Y NO CONFIAR EN TU CORAZÓN.
Entonces el te guiará a lugares envidiables, a sendas rectas.
Empieza a adoptar esta verdad: ¡Dios sabe lo que es mejor para mí! Tienes todos tus razonamientos, y dentro de tu mente hay una vocecita que te dice, “Espera”. Confía en Dios, EL sabe lo que es mejor para ti.
Tienes que tomar una decisión. Dejar todo en sus manos, eso no quiero echarlo a perder, porque sé que tú me puedes llevar a puerto seguro. ¿Estás dispuesto a levantar tu mano y decir: Yo sé que Dios sabe lo que es mejor para mí?
Yo creo que tú sabes lo que es mejor más de lo que yo sé.