NO CODICIARÁS
los diez mandamientos • Sermon • Submitted • Presented
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No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Ex. 20:17
Introducción:
La abeja que se ahoga en un balde lleno de miel.
Un codicioso es como una abeja que se mete en un balde de miel y se ahoga.
Un codicioso terminará ganando el mundo, pero perdiendo su alma. Terminará ahogando su alma y muriendo espiritualmente.
Codicia:
Gr. Pleonexia: un deseo insaciable de obtener el mundo.
Gr. Philarguria: un deseo inmoderado del mundo.
El deseo no es malo en sí mismo. El de alcanzar, lograr y conseguir cosas no es malo (pecado), se vuelve malo cuando esos deseos son insaciables e inmoderados.
La codicia es desear más de lo que es suficiente.
Por eso Agur tenía en su oración un deseo por tener lo suficiente.
8 No me des pobreza ni riquezas; manténme del pan necesario;
9 No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? o que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios.
Agur tenía un deseo por alcanzar cosas, de alcanzar posesiones y dinero, pero solo lo necesario. No deseaba obtener más de lo necesitaba.
Es legítimo desear, adquirir y utilizar las cosas de este mundo. Pero es pecado cuando esas cosas que deseamos ingresan a nuestro corazón y le damos preeminencia.
No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Ex. 20:17
Palabra que se repite: No codiciarás.
Este mandamiento prohíbe la codicia en general.
Luego de forma específica comienza a nombrar algunas de las cosas que no se debe de codiciar.
Acción y deseo:
Cuando nosotros vemos la ley de los hombres, esa ley prohíbe acciones y castiga con pena de cárcel a aquel que comete esas acciones.
- Asesinato
- Violación
- Secuestro
- Robo
Pero cuando vemos la ley moral de Dios, la ley de Dios transciende, porque no solo prohíbe acciones, sino también prohíbe deseos.
- Un policía no te arresta por haber sentido enojo u odio por un prójimo, porque no has cometido ninguna acción. Pero sentir enojo u odio contra tu prójimo, delante de Dios ya has asesinado a tu prójimo en tu corazón y Dios te ve como culpable.
- Un juez no te sentencia culpable por haber sentido lujuria por una jovencita, pero Dios si te ve como adultero, como si ya hubieses tenido una acción sexual, porque has codiciado y has sentido lujuria en tu corazón por aquella señorita.
Dios no solo prohíbe y castiga acciones, Dios también prohíbe y castiga deseos.
¿La codicia es una acción o es un deseo?
¿El que codicia en su corazón es culpable o inocente delante de Dios?
1. La codicia es un pecado peligroso:
a. Porque es un enemigo de la gracia de Dios:
Gracia: un favor no merecido.
¿tú mereces seguir vivo? ¿tú mereces ser cuidado durante el día y la noche? ¿tú mereces las cosas que tienes (ropa, casa, comida, trabajo)?
Recibir todo eso, es gracia, porque sabemos que no lo merecemos y la codicia es un enemigo de la gracia.
Porque la codicia te dice:
- tú te mereces ese carro y otro carro más.
- tú te mereces …
La codicia te lleva a no estar contento con lo que Dios te da.
Con esto no digo que no emprendas un nuevo negocio, que no te desarrolles en tu ambiente laboral.
Lo que quiero que entiendas es que la codicia no debe de gobernar tu corazón (en un momento me entenderás un poco más). Porque si te ponen a escoger entre Cristo y tu trabajo, negocio, empresa, etc., deberías escoger a Cristo. Pero si escoges lo otro, entonces es evidencia de que la codicia ha logrado gobernar tu corazón.
Entonces, recuerda que la codicia es enemigo de la gracia.
Por eso:
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mt. 6:33
La codicia es un pecado peligroso:
b. Porque impide la eficacia de la Palabra de Dios:
El que fue sembrado entre espinos, este es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
Mt. 13:22
Muchos sermones de la Palabra de Dios pudieron haber llegado a tu vida, pero la codicia que habita en tu corazón por obtener más, ahoga la Palabra predicada.
Se te predica sobre ser generoso con tus bienes apoyando en la obra y a los hermanos, pero la codicia te lleva a no hacer caso.
Se te predica sobre ser los diezmos y ofrendas, pero la codicia te lleva a no hacer caso.
Se te predica sobre dedicar tiempo al servicio al Señor, pero el estar sumergido en tus afanes evidencia la codicia de tu corazón y eso ahoga la Palabra predicada.
La Palabra siempre busca llevar nuestros corazones y deseos al cielo, pero la codicia que esta en nuestros corazones nos sujeta a esta tierra.
Tienes que lidiar con la codicia que habita en tu corazón. La codicia es un sentimiento pecaminoso que ahoga la Palabra que se te predica.
La codicia es un pecado peligroso:
c. Porque se vuelve un pecado nodriza:
La codicia es un pecado que te guía a más pecado.
Te daré una muestra rápida de como el pecado de la codicia te lleva a quebrantar los 10 mandamientos.
Éxodo 20
- Primer:
v. 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí.
Aquel(lla) que codicia, algún momento dejará de lado a Dios y hará del dinero o de una persona su dios.
Si codicia las riquezas, Dios deja de ser su Dios y Mamón se convierte en su dios.
- Segundo:
v. 4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.
Aunque el codicioso no se incline ante una estatua, el codicioso inclina su corazón ante la imagen de un billete o ante la imagen de una persona. En el caso de que se este codiciando a un varón o una mujer, su corazón se inclina ante la imagen de esa persona.
- Tercer:
v. 7 No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
Veamos un ejemplo de como la codicia nos puede llevar a tomar el Nombre de Dios en vano:
7 Al cabo de cuatro años, aconteció que Absalón dijo al rey: Yo te ruego me permitas que vaya a Hebrón, a pagar mi voto que he prometido a Jehová.
8 Porque tu siervo hizo voto cuando estaba en Gesur en Siria, diciendo: Si Jehová me hiciere volver a Jerusalén, yo serviré a Jehová.
9 Y el rey le dijo: Ve en paz. Y él se levantó, y fue a Hebrón.
10 Entonces envió Absalón mensajeros por todas las tribus de Israel, diciendo: Cuando oigáis el sonido de la trompeta diréis: Absalón reina en Hebrón.
2 Samuel 15:7 – 10
Absalón sale delante de David diciendo que iría a pagar voto a Jehová.
¿Así lo hizo?
Absalón solo quería salir de la presencia de David, para ejecutar su plan de conseguir el trono.
El codiciaba el trono de su padre y por la codicia que tenía, no le importo alzar el Nombre de Dios en vano como excusa, para salir delante de su padre.
La codicia lo llevo a alzar el Nombre de Dios en vano. Quebrantó el 3er mandamiento.
- Cuarto:
v. 8 Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
El codicioso no guarda el día de reposo. Porque incluso utiliza este día para seguir trabajando, para arreglar algunas cuentas, para comprar ropa, para salir con la persona que codicia su corazón.
- Quinto:
v. 12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
El codicioso no honra a sus padres si es que estos no le benefician económicamente o de alguna manera.
El codicioso no honra a sus padres, porque prefiere quedarse con su dinero antes de alcanzar y ayudar a sus padres.
Incluso el codicioso pide su herencia, aún cuando sus padres están en vida.
- Sexto:
v. 13 No matarás.
La codicia puede llevar a un hombre al asesinato.
En la Biblia vemos a un rey que no se conformó con todo lo que tenía, incluso el reino era suyo, pero él deseaba la viña de uno de los hombres pueblo.
Hablamos de Acab y Nabot.
El rey Acab codicio tanto la viña de Nabot, que permitió a través de un juicio injusto matar a Nabot para quedarse con su viña.
13 Vinieron entonces dos hombres perversos, y se sentaron delante de él; y aquellos hombres perversos atestiguaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon, y murió.
14 Después enviaron a decir a Jezabel: Nabot ha sido apedreado y ha muerto.
15 Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Acab: Levántate y toma la viña de Nabot de Jezreel, que no te la quiso dar por dinero; porque Nabot no vive, sino que ha muerto.
16 Y oyendo Acab que Nabot era muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella.
1 R. 21:13 – 16
Hoy en día la codicia es más evidente en el mundo.
Familias casi matándose o matándose por una propiedad.
Ladrones matando a una persona, por apoderarse del celular de esa persona.
La codicia puede llevar a una persona al asesinato.
- Séptimo:
v. 14 No cometerás adulterio.
Un esposo o una esposa que fija sus ojos en una tercera persona y la codicia en su corazón, ya ha cometido adulterio. Llegue o no llegue al acto sexual, ha cometido adulterio.
- Octavo:
v. 15 No hurtarás.
Antes del robo, esta la codicia. La raíz del hurto es la codicia.
20 Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he hecho.
21 Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello.
Josué 7:20 - 21
Acán llegó a hurtar el lingote de oro y otras cosas más, porque primero codició en su corazón.
- Noveno:
v. 16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
Este mandamiento prohíbe la mentira y la calumnia.
Cuantos casos conocemos de personas que han calumniado a un inocente, solo para conseguir algo a cambio.
Cuantos han mentido, solo para conseguir algo.
La codicia te lleva a mentir y hasta calumniar.
- Decimo:
v. 17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Y obviamente, aquel que codicia cualquier objeto o persona, quebranta este decimo mandamiento.
Con esto acabamos de ver que la codicia es un pecado nodriza, un pecado guía que te puede llevar a más pecado.
El pecado de tu corazón puede ser codicia y el pecado en acción, el robo.
El pecado de tu corazón puede ser codicia y el pecado en acción, adulterio.
El pecado de tu corazón puede ser codicia y el pecado en acción, no asistir al culto de los domingos.
¿Me dejo entender?
2. ¿Cómo sé que soy codicioso?
- Cuando tus pensamientos están dedicados exclusivamente al mundo.
Siempre estás planificando cosas relacionadas con esta vida:
o Trabajo.
o Negocios.
o Propiedades.
Pero no estás planificando tus estudios bíblicos, tu tiempo de oración, el cómo vas a servir en algún ministerio, como usar tus dones.
- Cuando me esfuerzo más en conseguir la tierra que el cielo.
Es cuando le dedico más tiempo, esfuerzo y dinero a las cosas seculares y no a las espirituales.
Hago todo lo posible por no fallar en el trabajo, pero no hago todo lo posible para estar en los cultos.
Hago todo lo posible para generar más ingresos, pero no hago todo lo posible para ganar almas.
- Cuando tus palabras están mas dedicadas al mundo y no a las cosas espirituales.
¿De la abundancia del corazón habla …?
Las palabras son el espejo del corazón.
Si hablas constantemente de las cosas de este mundo, de aspectos seculares y nada de aspectos espirituales, es que la codicia está en tu corazón.
- Cuando renuncias a las cosas espirituales por amor a las cosas terrenales.
Un día domingo: ¿Cristo, la iglesia o el negocio?
Cuando tienes que escoger entre una actividad secular que te trae ganancias y una actividad espiritual ¿qué escoges?
Si hay evidencia que la codicia esta en ti, sea cual sea su nivel, tienes que buscar una cura a ese pecado.
3. ¿Cuál es la cura de la codicia?
a. La Fe:
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.
1 Juan 5:4
La raíz de la codicia es la desconfianza en la providencia de Dios.
Si yo creo que Dios me ha salvado al proveerme de un salvador, también pondré mi fe en Dios que Él me va a proveer para mis necesidades.
La fe cree que Dios proveerá.
La desconfianza genera un corazón codicioso, que me hace creer que yo mismo me tengo que proveer.
b. Orar para que Dios nos enseñe a estar contentos con lo que tenemos:
No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación.
Filp. 4:11
Pablo había aprendido a estar contento con lo todo lo que Dios ponía en sus manos.
Aprendamos a tener contentamiento de lo que Dios nos ha dado.
Debemos de creer (tener fe) que el estado económico que actualmente poseo es la mejor circunstancia que Dios ha decidido darme.
Si Dios cree que puede ser fiel con más, Él me va a dar. Pero con lo poco que tengo debo de estar contento.
Porque ¿quién es fiel en lo poco …?
Tú y yo debeos de decir las mismas palabras de Pablo:
Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado.
Hch. 20:33