Salvados con dificultad

1 Pedro 4:12–18

“12 Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, 13 sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. 14 Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente, de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado. 15 Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; 16 pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello. 17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios? 18 Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?”

Introducción

Para entender esta Palabra, debemos conocer a quién está dirigida y del contexto político y social de la época.

1 Pedro 1:1 “Pedro, apóstol de Jesucristo, a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia.”

La iglesia de Jerusalén se dispersó una vez más debido a que los judíos se había levantado contra Roma. (La primera vez fue por persecución después de la muerte de Esteba Hechos 11:19).

Los cristianos tuvieron una oportunidad de escapar antes de ser tomada Jerusalén y destruido el templo por el comandante Tito en el año 70 d.C.

Estos cristianos dispersos estaban sufriendo una cruel persecución por el imperio romano: 1 Pedro 4:12 “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese,”

Así que Pedro les envía esta carta para animarlos, consolarlos y fortalecerlos.

Teniendo en mente este contexto (los padecimientos de la iglesia), aplicaremos su enseñanza para nosotros hoy día.

Evita los problemas

1 Pedro 4:15 “Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno”

Pedro aconseja tener una buena conducta, respetando las leyes terrenales y los mandatos de Dios, obrando conforme al carácter de Cristo y no del mundo.

Aquí menciona los mandamientos 6o y 8o: No mataras y no robarás, pero también agrega no ser malhechores o entrometidos. No hacer el mal ni meterse hacer cosas que no convienen como cristianos.

Si padecemos por entrometernos en las cosas del mundo, estos padecimientos no tienen ningún mérito ante Dios.

1 Pedro 2:20 “Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.”

Los problemas son inevitables

1 Pedro 4:16 “pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello.”

El mundo nos aborrece porque somos de Cristo. Juan 15:19 “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.”

Sufrimos padecimientos que son necesarios.

1 Pedro 4:17 Porque es tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si primero comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que no obedecen al evangelio de Dios?”

No se refiere al juicio final, sino a los padecimientos que sufrimos por causa de Cristo.

Las pruebas son el control de calidad del cristiano, evalúa nuestra fe.

1 Pedro 1:7 (Dios Habla Hoy)

“Porque vuestra fe es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que vuestra fe, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo aparezca.”

Por eso dice Pedro: Si nosotros la iglesia de Cristo padecemos, ¿cuanto más padecimientos les espera a los que desprecian al Hijo de Dios?

Para el cristiano los padecimientos son una corrección, una escuela o un entrenamiento para fortalecernos, pero para el rebelde es juicio para destrucción.

Salvos con dificultad

1 Pedro 4:18 “Y: Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?”

Los cristianos que escaparon de Jerusalén se salvaron de los romanos con dificultad, pero los impíos perecieron por su rebeldía.

La iglesia debe pasar por la dificultad para comprobar la genuinidad de su fe... y si el cristiano sufre dificultad, ¿qué le espera al impío y al pecador?

Aun así el merito de la salvación no es nuestra sino de Cristo, pues si superamos la dificultad es por la gracia de Dios. 1 Corintios 10.13 “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.”

La salvación de nuestra alma implicó una gran dificultad, pero no de parte nuestra, pues este texto se presta para la mala interpretación de que mis obras son méritos para la salvación.

Debemos tomar la enseñanza completa de la Biblia respecto a la salvación:

Efesios 2:8-9 “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”

La dificultad se presenta en el precio que Cristo pagó por nosotros: Isaías 53:3-7 “Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.”

No nos atrevamos a decir que somos salvos por nuestros sufrimientos o por nuestros méritos!!

Cristo sufrió el desprecio, los dolores, la muerte, aun más nuestra terquedad y rebeldía.

Conclusión

El precio que se ha pagado por nuestra salvación ha sido muy alto: 1 Pedro 1:18-19 “sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,”

Si la luz del evangelio ha iluminado nuestro entendimiento y comprendemos esta verdad, entonces apreciaremos mucho lo que Cristo hizo por nosotros y será un placer servirle, buscarle y amarle.

Por tanto, las dificultades o luchas que enfrentes por causa de tu fe son parte importante para tu desarrollo espiritual, no cedas a los deseos de la carne y busca a Dios con todo tu corazón.