El poder y la Necesidad del Ayuno
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Tema
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Introducción
Introducción
Este lunes vamos a comenzar oficialmente nuestro primer ayuno del año. Hoy quiero hablar un poco sobre el poder y la necesidad del ayuno y la oración en la vida de todo cristiano.
Lo primero que Jesús hizo cuando inició su ministerio fue ayunar (Mateo 4.2). El apóstol Pablo cuando inició su ministerio estaba ayunando (Hechos 13.1-3). De inicio ya vemos la importancia del ayuno. Si nuestro Señor se dedicó a eso y el principal apóstol de la gracia de Dios también lo hizo significa que esa es una disciplina fundamental para la iglesia.
No hay poder espiritual en “no comer”. Algunos piensan que el ayuno tiene como objetivo generar pena en Dios para poder tener compasión en relación a nuestras necesidades. La verdad, Dios no se mueve por pena, ni lastima. Este no es el objetivo del ayuno.
La definición básica del ayuno es oración intensificada, es eso. La vida de oración del hombre espiritual es diaria, pero hay tiempos en nuestra vida en que oramos más que lo habitual, nos dedicamos a eso.
Si un padre de familia necesita trabajar más que lo habitual en algunos momentos para traer el sustento de su casa, si un universitario decide dedicar más horas de estudios en tiempos de exámenes, ¿qué debería hacer un cristiano en tiempos decisivos de su vida? Orar y ayunar. Creo que el ayuno es la disciplina espiritual menos valorada en muchas iglesias, pero no debería ser así, el ayuno debería ser algo común, normal, habitual, de tiempos en tiempos.
Muchos necesitan tomar decisiones importantes en la vida y nos buscan para consejos, no hay problemas en buscar a los líderes o pastores para consejos, pero antes de eso, ore y ayune. Las cosas del Espíritu se conocen espiritualmente (1 Corintios 2.14). Si estás pasando por una intensa batalla espiritual, enfermedad, opresiones malignas, ore y ayune sobre eso. Si estás pasando por una crisis matrimonial, ore y ayune sobre eso.
El ayuno y la oración es una búsqueda constante al Señor por consejo, por oír Su voz, por respuestas, por fe.
La Recompesa del Ayuno
La Recompesa del Ayuno
Mateo 6:16-18 “16 »Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que éstos ya han obtenido toda su recompensa. 17 Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara 18 para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino sólo ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.”
Jesús trata el ayuno de la misma manera de la oración. “Cuando ayunen”, es decir, todos ustedes van a ayunar con alguna regularidad. El Señor afirma que el ayuno no debería ser algo que nos genera tristeza, sino alegría, pues el Señor que ve en secreto, nos recompensará. No haga el ayuno para otras personas, no haga porque todos están haciendo, haga el ayuno porque hay una recompensa de parte de Dios.
Respuesta y dirección
Respuesta y dirección
Existe una recompensa para la oración y existe una recompensa para el ayuno. Yo creo que la recompensa del ayuno y de la oración es el motivo por lo cual se ayuna. Si oramos por determinadas metas de oración, el Señor nos recompensará, dando las respuestas. Muchos tratan las circunstancias de la vida como siendo de Dios en su totalidad, pero eso es verdad. Dios nos invita a un lugar de dominio y gobierno.
Es posible confrontar las realidades a nuestro alrededor, eso se da por medio del ayuno y de la oración Romanos 5.17 dice: “17 Pues si por la transgresión de un solo hombre reinó la muerte, con mayor razón los que reciben en abundancia la gracia y el don de la justicia reinarán en vida por medio de un solo hombre, Jesucristo.”
Cristianos pasivos se tornan derrotados por no entender el poder que tienen en sus manos. Los testimonios que compartiremos semana tras semana son de personas que han entendido el poder de la fe para cambiar las circunstancias de la vida.
Tiempo de confrontación y cambios
Tiempo de confrontación y cambios
En Mateo 9.14-15 preguntaron a Jesús porque sus discípulos no ayunaban. Jesús dijo que no deberían ayunar mientras el Novio esté presente. Es decir, si hay fiesta, hay alegría, en días de victorias, es necesario celebrar, comer mucho. Jesús estaba presente, aunque Él mismo había ayunado, era un tiempo de la manifestación del Novio, eran días de fiestas, no deberían ayunar, pero el Novio ya no estaría más después de un tiempo y si nosotros deberíamos ayunar.
El ayuno está definido como un tiempo de confrontación de realidades, cambios, percepciones espirituales. Cuando oramos y ayunamos como iglesia, estamos orando porque queremos ver de la parte de Dios transformaciones profundas.
Por eso, la recompensa del ayuno es la respuesta de Dios a nuestro favor, según nuestras peticiones y necesidades.
Lograr cosas superiores
Lograr cosas superiores
Bien, en Mateo 6 Jesús está enseñando a sus discípulos y afirma que el ayuno tiene de parte de Dios la recompensa. La palabra recompensa, en el original griego es la palabra appodidomi, que puede ser traducida como renunciar de algo legítimo en beneficio propio. Es decir, yo renuncio a la comida por un beneficio superior a ella. El fundamento de la vida cristiana es la fe, la fe es una semilla que debe fructificar para generar buenas obras. De todas las buenas obras de la fe, dos son las más importantes, la oración y el ayuno.
La base de la salvación es la fe, la base de la recompensa es el fruto de la fe, las buenas obras. La oración y el ayuno como frutos de la fe tienen la recompensa que es transformar nuestra realidad, la realidad de las personas a quienes amamos, transformar la realidad de nuestra comunidad, de la iglesia y hasta de nuestros países.
Si no tienes tiempo para hacer nada para Dios, ningún tipo de obra, haz sólamente lo más importante, orar y ayunar. Esa es la obra más poderosa que un cristiano puede hacer.
Es tiempo de pedir, buscar y llamarlo
Es tiempo de pedir, buscar y llamarlo
Eso está en Mateo 6, luego en Mateo 7.7-11, en el mismo sermón Jesús amplía lo que había enseñado anteriormente. Es necesario entender que hay cosas que pedimos a Dios y Él nos da. Otras cosas es necesario buscar, buscamos lo que no estamos encontrando. Todos pasamos por etapas que aparentemente Dios desapareció, parece que Él no nos escucha. Tiempos así, son tiempos de búsqueda, quizás algunos deberán buscarlo intensamente durante este ayuno. Pero Él afirma que aun si lo buscamos puede ser que no encontremos, ahí necesitamos llamarlo. Son tres estagios, son tres etapas. Hay días que pedimos y Él nos da, otros momentos, tenemos que buscarlo, ir hasta Él. Pero hay días en que es necesario llamarlo, como un hijo que llama desesperadamente al padre. Todo padre conoce el llanto de su Hijo de lejos, cualquier padre escucha el pedido de ayuda de su hijo y va a su Encuentro para salvarlo. El Señor es nuestro buen padre, Él es un buen padre, quiere darnos todo lo bueno, pero las cosas espirituales no son automáticas, son respuestas de la fe, de la oración, de la petición, de la búsqueda o hasta del clamor.
Cuando Jesús fue llevado al Cielo, dijo que sus discípulos deberían buscar al Espíritu Santo hasta que sean llenos. Él no dio una fecha, pero dijo que deberían hacerlo “hasta” que sucediera. Ellos salieron a orar y a ayunar al respecto, probablemente el grupo inicial era más grande, pero no vino de inmediato, no vino en la primera semana, vino después de diez días de la promesa, hubo un intervalo de tiempo. Este intervalo de tiempo es necesario para que pudieran pedir, buscar y clamar. Al cumplirse el día de pentecostés, los que se mantuvieron en la posición de buscar hasta encontrar, recibieron la promesa.
Mañana vamos a comenzar nuestro ayuno. Ven conmigo, vamos a buscar al Señor. La promesa de Casa Llena está sobre todos, pero van a recibir los que se posicionan para creer en ella.
Explicar la Semana del Ayuno (Imagen)