Consejo y Oración para hoy
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5 de mayo
5 de mayo
1 Pedro 2:3 (RVR60)
si es que habéis gustado la benignidad del Señor.
Probar, gustar, experimentar, es una capacidad que tenemos los seres humanos para determinar lo que nos agrada, lo que es beneficioso y útil.
Nuestros sentidos físicos nos ayudan a experimentar los sabores, olores, colores y sensaciones que pueden ser agradables a nuestro tacto, cuando esas experiencias son agradables tendemos a desear el volver a vivir esa experiencia, pero cuando no, rechazamos la solo idea de volver a probar lo que no nos gusto.
Cuando nuestros sentidos espirituales son restaurados tenemos la capacidad de determinar que experiencias espirituales son agradables y útiles en nuestras vidas, las cuales debemos desear vivir. Pero también esos sentidos espirituales nos ayudan a detectar lo que no es beneficioso para nuestra vida, ni agradable en nuestro culto a Dios.
Así pues, la experiencia de haber probado la benignidad, bondad y amor de Dios debe hacer que nosotros dejemos de hacer todo lo que desagrada a Dios y no es beneficioso: engaño, hipocresía, envidias y detracciones.
Por el contrario, la experiencia de habernos deleitado en el favor de Dios debe llevarnos a un deseo ferviente de buscar todas aquellas cosas que conduzcan a afirmar nuestra fe y a nuestro crecimiento espiritual.
Cuando experimentamos las diferentes facetas de la vida cristiana que nos conducen a acercarnos mas a la presencia de Dios: perdón por su gracia, liberación por su poder, sanidad por su compasión, visión por su sabiduría, restauración por su consolación, buscamos con mas ansias cada día a través de la oración y la lectura de la Palabra volver a vivir esa experiencia de deleite.
Lo que Dios espera de nosotros que hemos comprobado su maravillosos amor es un cambio en cuanto a lo que nos gusta hacer y lo que rechazamos practicar en nuestro diario caminar.
Si he probado la dulzura de la Palabra de Dios, la fragancia del perfume de su amor, el alivio del aceite de su unción, la paz de su comunión, mi deseo más profundo hoy será volver a su presencia a buscarlo.
Entonces, debo deleitarme en todo aquello que me permita disfrutar de la benignidad del Señor.
Oremos,
Padre quiero acercarme una vez mas a tu presencia para comprobar que no hay nada igual a tu amor por mí, tu poder sobre mi, tu paz dentro de mi y tu gozo brotando dentro de mi.
Gracias porque cada día son nuevas tus maravillosas misericordias que me muestran cuan bueno eres.
Quiero pedirte tener un corazón que no se cansa de buscarte, una voluntad dispuesta para acudir a ti y una mente abierta para recibir tu Palabra.
Oro por mis hermanos que por diferentes circunstancias han perdido el gusto de deleitarse en tu Palabra, restaura sus vidas con un corazón anhelante de ti. Pon sed en su espíritu por lo que viene de ti
En el nombre de Jesús, amén.
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Por consejo y oración, escribe a: sbustilloier@gmail.com