Una Exhortación a la Humildad
Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 23 viewsNotes
Transcript
introducción
introducción
Vamos a considerar un tema muy relevante para estos tiempos que estamos viviendo, tenemos un país bastante dividido, polarizado, llevamos varios años en guerra y estamos tan polarizados que nos ha tocado ver divisiones aun entre los mismos creyentes y esto no debería ser así. Además vivimos en un tiempo de mucha incertidumbre, viene un gobierno distinto al que no estamos acostumbrados y seguramente algunos ya están ansiosos y han pensado en la idea de emigrar a otro país.
El día de hoy hablaremos de la Humildad, es un tema relevante en este tiempo de tanta polarización e incertidumbre. El titulo de mi sermón es: “Una Exhortación a la humildad”, la exhortación viene del Apostol Pedro en su primera carta.
Sobre la humildad, el puritano Richar Baxter dijo:
“La humildad no es un simple ornamento del cristiano, sino una parte esencial de la nueva criatura. Es una contradicción ser un individuo santificado o un verdadero cristiano, y no ser humilde”.
Lo contrario a la humildad es el orgullo o lo soberbia, y podemos decir lo mismo que dijo Baxter sobre el orgullo, es la una parte esencial en la vida del incrédulo:
Delante de la destrucción va el orgullo, Y delante de la caída, la arrogancia de espíritu.
El orgulloso no admite a Dios en su vida, lo resiste, lo ve como una competencia para su ego inflado.
La biblia afirma que la condenación del diablo vino por causa de su orgullo:
No debe ser un recién convertido, no sea que se envanezca y caiga en la condenación en que cayó el diablo.
El orgullo fue lo motivo que Adan y Eva pecaran contra Dios y codiciaran el Árbol de la ciencia del bien y del mal:
»Pues Dios sabe que el día que de él coman, se les abrirán los ojos y ustedes serán como Dios, conociendo el bien y el mal».
Luego de la caída, todos nacemos naturalmente con el impulso de ser como Dios.
Dice Brakel: Por naturaleza el hombre es una criatura que aspira a la gloria, es orgullosa y engreída, y tiene pensamientos elevados de sí misma. Está motivado por sí mismo, está enfocado en sí mismo y desea que el fin de todos sea estimarlo, honrarlo, temerlo, servirlo y obedecerlo.
Este impulso de querer ser dioses, promueve las enemistades, las guerras y los pleitos entre los hombres y nos pone en enemistad con Dios, pues no resistimos la realidad de que exista alguien superior a nosotros mismos.
El orgullo nos aleja de la realidad, nos hace andar neciamente en este mundo, nos deja expuestos a la ira de Dios, es la marca de aquellos que serán condenados eternamente.
«Porque viene el día, ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen el mal serán como paja; y el día que va a venir les prenderá fuego», dice el Señor de los ejércitos, «que no les dejará ni raíz ni rama.
El orgullo es un pecado espantoso, y si sus consecuencias son terribles, entonces haremos bien si nos despojamos de él y buscamos con todo nuestro corazón ser humildes. Y como creyentes tenemos la seguridad de que podemos hacerlo en Cristo.
En Cristo fuimos rescatados de la esclavitud del pecado, y en El somos libres del poder del orgullo. El evangelio nos humilla y nos llama permanecer humildes.
La humildad es una virtud que nos hace diferentes en medio de este mundo caído.
La humildad nos deja con las manos vacías para recibir de Dios gracia sobre gracia.
La humildad nos libera del temor y la ansiedad y nos abre camino para recibir una posición de honor el reino de los cielos.
La humildad hará que la iglesia florezca, se mantenga viva, sea ayudada por Dios, permanezca unida y sea luz para este mundo dividido y en guerra.
Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
¿No quisieras aprender acerca de la humildad? ¿No quieres vivir libre de temor y ansiedad, no quieres acaso vivir en armonía con Dios y con los hombres?
Vamos considerar esta mañana: qué es la humildad, el estimulo que tenemos para procurarla y la manera de cultivarla, para que podamos vivir libres de ansiedad y en armonía para con Dios y los hombres.
Los invito a leer conmigo la palabra infalible de nuestro buen Dios:
Asimismo ustedes, los más jóvenes, estén sujetos a los mayores. Y todos, revístanse de humildad en su trato mutuo, porque Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes. Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte a su debido tiempo,
Oremos.
Contexto:
Pedro ha estado hablando de como los creyentes deben vivir a la altura de su nueva identidad ahora que han alcanzado misericordia 1 Pedro 2:9
Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquel que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable.
Ellos deben mantener su testimonio entre los gentiles, para logarlo es necesario que los creyentes se caractericen por ser personas sujetas a toda institución humana: Civil, laboral, familiar y eclesiástica.
Luego, termina esta exhortación ordenando que todos en la iglesia se revistan de humildad, este es el clímax de su exhortación. La humildad debe ser la marca distintiva del cristiano en todas sus relaciones.
Para el tiempo de Pedro esta exhortación debió ser demasiado radical, ellos vivían en una cultura que consideraba la humildad como algo bajo, insignificante, débil, pobre o servil.
La humildad se usaba para hablar despectivamente de personas o ciudades, que se vendían para recibir favores. Aristóteles unos siglos antes de Cristo decía que la humildad obstaculizaba el desarrollo de la virtud.
Los griegos y luego los romanos hablaban de la necesidad de tener un orgullo moderado que hacía que las personas tuvieran la cabeza en alto en cualquier circunstancia, al tiempo hablaban del orgullo excesivo como vicio arrogante que busca de manera inapropiada y obsesiva el honor de los hombres.
Fue en este contexto que Pedro escribió “Revestíos de Humildad” para que todos estén sometidos unos a otros. La humildad nos permite reconocer que Dios es quién eligió al gobernante que tenemos y la humildad nos permitirá con gozo someternos su gobierno (mientras no nos pidan hacer algo en contra de Dios).
La Exhortación:
Revestirse, es una palabra griega que significa atarse bien una prenda de ropa, se usaba en el contexto de los sirvientes que se sujetaban a la cintura un delantal para distinguirse de la gente libre. Lo que sugiere que la humildad debe ser lo que distingue a los creyentes del resto del mundo.
Ilustración: Nosotros vemos en un hospital alguien con bata y sabemos que es un medico o enfermero. entramos a un restaurante y reconocemos a los cocineros y meseros en un restaurante por su ropa. En este mundo los creyentes deben ser distinguidos por la humildad. Esta es la exhortación del apóstol y para poder recibirla es necesario que sepamos en primer lugar:
1. ¿Qué es la Humildad?
1. ¿Qué es la Humildad?
Podemos definirla así:
“Es una forma adecuada y realista de pensar acerca de nosotros mismos, fruto de un verdadero conocimiento de Dios por medio de su palabra y su Espíritu, quien abre nuestros ojos para entender nuestra verdadera condición, de manera que actuemos en consecuencia como siervos de Dios y deudores de los hombres”
Es una forma adecuada y realista de pensar acerca de nosotros mismos...
Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de ustedes que no piense de sí mismo más de lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno.
Una persona humilde, reconoce que está hecha del polvo de la tierra y que su cuerpo es frágil.
Sabe además que ha pecado contra Dios y está destituida de su gloria.
Comprende qué es una persona ciega, miserable, desnuda, desdichada, indigna, abominable para Dios. Apocalipsis 3:17 “’Porque dices: “Soy rico, me he enriquecido y de nada tengo necesidad”. No sabes que eres un miserable y digno de lástima, y pobre, ciego y desnudo.”
Sabe que no es digna de ningún favor de Dios, no merece nada de su mano aparte del infierno eterno. Genesis 32:10 “»Indigno soy de toda misericordia y de toda la fidelidad que has mostrado a Tu siervo. Porque con solo mi cayado crucé este Jordán, y ahora he llegado a tener dos campamentos.”
Cuando se compara con los demás, se perciben como necios, sin entendimiento, de carácter vergonzoso, reconocen que sus acciones son dignas de escarnio. Si los demás les conocieran internamente sabe que los demás no deberían tener pensamientos elevados sobre él. No se sienten dignos de ningún honor. Es indigno a sus propios ojos: 2 Sam 6:22 “»Y aún seré menos estimado que esto, y seré humillado ante mis propios ojos, pero con las criadas de quienes has hablado, ante ellas seré honrado».”
Reconocen que cualquier cosa buena que esta en ellos, es por qué lo han recibido por gracia de la mano de Dios. 2 Corintios 10:17 “Pero el que se gloría, que se glorie en el Señor.”
Estos pensamientos sobre si mismo, los tiene porque Dios le ha iluminado por medio de su palabra y su Espíritu....
La persona humilde sabe que ha sido redimida por gracia, por medio de Cristo. Reconoce que su salvación es inmerecida.
Un creyente sabe que por la gracia de Dios, ahora es un hijo de Dios.
Una persona humilde cree las verdades del evangelio como nos son reveladas en la escritura, con absoluta certeza.
El humilde reconoce a Jesus como el camino, la verdad y la vida y sabe que nadie puede conocer a Dios sino por medio de Él. En nuestra cultura es arrogante y orgulloso decir que se tiene certeza de algo. Nos tildan de orgullosos y arrogantes por confesar a Cristo como la única verdad y al cristianismo como la única religión verdadera. Somos arrogantes a los ojos del mundo por reconocer que solo existe un Dios verdadero y una verdad absoluta, una norma absoluta de moralidad, que es la palabra de Dios. En la actualidad, la humildad se ha convertido en sinónimo de incertidumbre. Pero nuestra comprensión de la verdad no se basa en nuestra inteligencia, investigación o audacia. Es dependiente de la revelación especial de Dios y del la iluminación del E.S.. Pedro habla de la palabra de Dios como incorruptible:
Pues han nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.
Las personas humildes viven conforme a la palabra de Dios, someten sus juicios y pensamientos a la palabra de Dios,
»Todo esto lo hizo Mi mano, Y así todas estas cosas llegaron a ser», declara el Señor. «Pero a este miraré: Al que es humilde y contrito de espíritu, y que tiembla ante Mi palabra.
En contraste una persona orgullosa rehusa escuchar a Dios:
«Así dice el Señor: “De la misma manera haré que se pudra la soberbia de Judá y la gran soberbia de Jerusalén. “Este pueblo malvado, que rehúsa escuchar Mis palabras, que anda en la terquedad de su corazón y se ha ido tras otros dioses a servirles y a postrarse ante ellos, ha de ser como este cinturón que no sirve para nada.
Tú reprendes a los soberbios, los malditos, Que se desvían de Tus mandamientos.
La humildad es una forma adecuada y realista de pensar acerca de nosotros mismos, fruto de un verdadero conocimiento de Dios por medio de su palabra y su Espíritu, quien abre nuestros ojos para entender nuestra verdadera condición, de manera que actuemos en consecuencia como siervos de Dios y deudores de los hombres”
Una persona humilde sirve y adora a Dios en sus términos - Un siervo obedece la voz de su amo....
Nadie los defraude de su premio deleitándose en la humillación de sí mismo y en la adoración de los ángeles, basándose en las visiones que ha visto, envanecido sin causa por su mente carnal,
Una persona humilde no demanda de otros, mas bien se sabe deudor, entiende de que tiene una obligación de servir a otros:
Tengo obligación tanto para con los griegos como para con los bárbaros, para con los sabios como para con los ignorantes. Así que, por mi parte, ansioso estoy de anunciar el evangelio también a ustedes que están en Roma. Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del judío primeramente y también del griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.
El humilde sirven a sus hermanos en amor. Lavan los pies de los santos. Ven a sus hermanos como superiores a si mismo y ve a todos los hombres como personas dignas `puesto que son imagen de Dios:
No hagan nada por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de ustedes considere al otro como más importante que a sí mismo,
Los consideran como dignos de su amor y servicio.
El humilde como se considera un siervo, no esta buscando puestos de honor como los fariseos:
»Aman el lugar de honor en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas,
Cuando hace algo, lo hace para la gloria de Dios. Sabe que es un instrumento en sus manos ya que toda habilidad procede de Él y es un don de Él
Porque ¿quién te distingue? ¿Qué tienes que no recibiste? Y si lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?
El humilde esta comprometido con la santidad y la unidad de la iglesia. Por esta razón no se hace el de la vista gorda cuando ve a su hermano pecando, es un restaurador.
La jactancia de ustedes no es buena. ¿No saben que un poco de levadura fermenta toda la masa?
Esto es la humildad. Pedro nos exhorta a vivir de esta manera. Esta debe ser la virtud que caracteriza al creyente. Ahora veamos:
2. El estimulo que tenemos para procurar la Humildad
2. El estimulo que tenemos para procurar la Humildad
Pedro nos estimula con 4 verdades:
Porque..... Dios resiste a los soberbios. Es terrible tener a Dios como enemigo. Por tanto deberíamos desechar de nuestra vida el orgullo.
Porque… Dios da gracia a los humildes. La humildad deja nuestras manos libres para recibir de Dios todo don perfecto. Ejemplo: Una persona humilde reconoce su necedad y viene a Dios vacío para obtener de Él toda sabiduría. Mateo 5:2 “Y abriendo Su boca, les enseñaba, diciendo:”
Dios usará su mano poderosa para exaltar a los humildes (Vs.7). Aun cuando permite pruebas, si las aceptamos con gozo y humildes, sabiendo que nada podemos demandar de su mano, un día él nos dará la corona de gloria.
Dios tendrá cuidado de nosotros.
Así que, Dios estará contra ti si no te despojas de l orgullo, pero si eres humilde: te dará gracia, te exaltará a su debido tiempo, cuidará de ti para que nunca estes ansioso.
Estas son razones poderosas para procurar la humildad, ahora veamos
3. Cómo cultivar la humildad.
3. Cómo cultivar la humildad.
La humildad se cultiva: humillándonos bajo la poderosa mano de Dios. La manera de hacer esto es: echando sobré Dios toda nuestra ansiedad-
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él los exalte a su debido tiempo, echando toda su ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de ustedes.
El orgulloso se caracteriza por vivir independiente de Dios.
El impío, en la arrogancia de su rostro, no busca a Dios. Todo su pensamiento es: «No hay Dios».
El orgulloso no se ve a si mimo como necesitado, es una persona auto-suficiente. No puede confiar en Dios, ni sentir que es dependiente.
Y como no fuimos creados como seres autónomos y autosuficientes, el orgulloso tendrá muchas razones para sentirse ansioso y preocupado, pronto se dará cuenta, aunque no lo demuestre, que es una persona vulnerable, dependiente, necesitada de otros y de Dios. Noten lo que Dios hizo con su pueblo para vencer su orgullo:
»Cuídate de no olvidar al Señor tu Dios dejando de guardar Sus mandamientos, Sus ordenanzas y Sus estatutos que yo te ordeno hoy; no sea que cuando hayas comido y te hayas saciado, y hayas construido buenas casas y habitado en ellas, y cuando tus vacas y tus ovejas se multipliquen, y tu plata y oro se multipliquen, y todo lo que tengas se multiplique, entonces tu corazón se enorgullezca, y te olvides del Señor tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto de la casa de servidumbre. »Él te condujo a través del inmenso y terrible desierto, con sus serpientes abrasadoras y escorpiones, tierra sedienta donde no había agua; Él sacó para ti agua de la roca de pedernal. »En el desierto te alimentó con el maná que tus padres no habían conocido, para humillarte y probarte, y para finalmente hacerte bien. »No sea que digas en tu corazón: “Mi poder y la fuerza de mi mano me han producido esta riqueza”.
De manera que la humildad comienza cuando aprendemos a confiar en Dios en todo aspecto de nuestra vida.
Nada podemos hace separados de él. La humildad florece en el terreno de la fe, cuando aprendemos a confiar solamente en Dios, sabiendo que el salva nuestras almas y cuidará de nuestras vidas hasta llevarnos con él en Gloria.
Así que los que sufren conforme a la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador, haciendo el bien.
“Echar tus ansiedades sobre Dios significa confiar en la promesa de que él se preocupa por ti, que tiene el poder y la sabiduría para cuidar de ti de una forma gloriosa. Esa confianza es lo opuesto al orgullo. Es la esencia de la humildad.
Es la confianza de que la poderosa mano de Dios no está sobre ti para aplastarte, sino para cuidarte tal como dice su palabra... Cada vez que tu corazón comience a inquietarse por el futuro, predica a tu corazón y di: "Corazón, ¿quién te crees que eres para tener miedo del futuro y anular la promesa de Dios? No, corazón, no me exaltaré, me humillaré en paz y gozo mientras confío en esta preciosa y gran promesa de Dios: Él tiene cuidado de mí”
Quiero que piensen en esta preciosa promesa:
»Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar. »Tomen Mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para sus almas. »Porque Mi yugo es fácil y Mi carga ligera».
Conclusión
Amados hermanos, ya saben qué es la humildad, ya conocen el estimulo que Pedro nos da para procurarla y como la humillación es la manera de cultivarla.
Espero atiendan a esta exhortación y desde hoy decidan vivir en dependencia de Dios para que sus almas encuentren descanso. Hoy mismo pueden vivir con un corazón sin carga y el resultado se verá reflejado en una preciosa armonía con sus hermanos y una clara distinción con los incrédulos.
Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; Pero la sabiduría está con los humildes.
"Yo no soy digno de la menor de todas las misericordias y de toda la verdad" Genesis 32:10
Oremos.