¿Qué es la fe?

Viviendo por fe  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Introducción

Presentación de la serie
Lectura Hebreos 11:
Tres objetivos de la serie:
Que comprendas lo que es la fe y lo que hace la fe.
La vida cristiana, de principio a fin, es un camino de fe. Caminamos por fe (2 Cor 5:7). Estamos firmes por la fe (Romanos 11:20). Vivimos por fe (Gálatas 2:20) y somos salvos por fe (Efesios 2:8).
Si vamos a vivir por fe necesitamos aprender qué es la fe y qué hace la fe.
Que tu fe crezca
Los discípulos dijeron a al Señorauméntanos la fe (Lc 17:5).
Pablo escribe a la iglesia en Tesalónica y les dice su fe estaba creciendo (2 Tes 1:3)
Cuando tu fe crezca, atesorarás más a Cristo. Las cosas eternas serán más reales para ti. Tu caminar con Dios será más firme y como resultado tendrás más fuerza, más vigor, más paz y más alegría.
El tercer objetivo de la serie es...
Que encontrarás fuerza para resistir
Hebreos 11 se escribió para fortalecer la fe de los judíos creyentes que enfrentaban duros momentos:
Heb 10:32 dice que estos creyentes habían “soportaron una gran lucha” (NBLA). Habían sido “hechos un espectáculo público en oprobios y aflicciones” v.33. Habían sido despojados de sus bienes (v.34).
Por razones de sus aflicciones el autor de Hebreos les dice “ustedes necesitan paciencia” (v.36) -cuántos dicen ¡ese soy yo! ¡necesito paciencia!
¿Cómo logro vivir así? ¿cómo puedo resistir sin volver atrás? La respuesta está en el v.38. “Mas el justo vivirá por fe
Entonces, este capítulo trata de dos cuestiones: qué es la fe y qué hace la fe.
Empecemos con la definición...

I. La fe es una seguridad y una convicción

Heb 11:1Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” certeza = seguridad
La fe no es una creencia vaga. Es una firme persuasión en la mente y en el corazón. Es una confianza constante, una gozosa anticipación.
En Heb 11:1 la fe es la certeza/seguridad y en Heb 3:14 se traduce como “confianza”.
Entonces la fe es seguridad, convicción y confianza.
La fe es la seguridad de las cosas que se esperan, es la convicción de las cosas que no se ven.
Ilustración: El azúcar es dulce. Esa es su naturaleza. La sal es aguda. Si se mezcla azúcar con sal, tendrá un sabor muy extraño.
De la misma manera, tu fe cuando se mezcla con muchas preguntas que no puedes responder y con muchas cosas que no entiendes y luego con las dudas se convierte en una fe rara.
En Mc 9:24 un hombre le pide a Jesús que le ayude a vencer su incredulidad.
23 Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. 24 E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.
La fe de este hombre estaba mezclado con la incredulidad.
Richard Sibbes usó la analogía del humo y el fuego para ilustrar la mezcla de fe y duda que hay en todos nosotros. Cuando Pedro le dijo a Jesús: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”, ese fue el fuego de la fe. Pero cuando, en el siguiente aliento, le dijo a Jesús: "Nunca irás a la cruz", eso fue el humo de la duda. Tu fe es como el fuego, tus dudas son como el humo y siempre están mezcladas en algún grado.
Calvino dice: “La incredulidad está, en todos los hombres, siempre mezclada con la fe”. Institución 3.2.4
Puede sentirse desalentado por el humo, pero donde hay humo, hay fuego. La fe es lo que cree. Es la seguridad de las cosas que se esperan, la convicción de las cosas que no se ven.
Pablo era un hombre que estaba seguro, convencido de lo que creía.
dijo “porque yo sé a quién he creído2 Tim 1:12.
Las aflicciones no podían mover su fe en Cristo porque estaba seguro en quien había creído.
La fe es lo que cree. Es estar seguros y convencidos.

II. La fe se refiere a lo que se “espera” y a lo que “no se ve”

Heb 11:1 dice, “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.
Lo que se espera
Las cosas "esperadas" son cosas que todavía no poseemos. Cosas que todavía no existen.
Cuerpos redimidos (Ro 8:23)
Una iglesia sin mancha (Ef 5:27)
Un mundo perfecto ()
un día, Dios creará nuevos cielos y una nueva tierra (Ap 21:1). Serán el hogar de la justicia (2 Pe 3:13).
¿Cómo podemos tener confianza, seguridad, de cosas que están tan lejos de lo que experimentamos? ¿Cómo podemos estar seguros de que disfrutaremos de cuerpos redimidos, de una iglesia sin mancha, de un mundo perfecto?
La respuesta es que la fe confía en lo que Dios ha prometido. La fe se apoya en las promesas de Dios.
Los mandamientos son para obedecerlos. Las promesas son para creerlas.
Si un padre le dice a su hija: "Haz los deberes", es una orden que hay que obedecer. Si luego le dice: "Cuando termines, te llevaré a tomar un helado", es una promesa que hay que creer. Es algo que hay que anticipar, esperar con impaciencia y disfrutar.
Obedeces órdenes. Crees en las promesas. Y la fe confía en lo que Dios ha prometido. Por eso es la certeza de lo que se espera.
La fe comenzó cuando Dios dio la primera promesa. Cuando Adán y Eva estaban en el Jardín, Dios se les apareció en forma visible. Ellos no caminaron con Dios por fe, caminaron con Dios por vista como un día nosotros lo haremos. Dios caminó con ellos en el Jardín en el fresco del día.
Entonces, ¿cuándo comenzó la fe? La fe comenzó cuando Dios hizo la primera promesa. Adán y Eva habían pecado en el Jardín, pero Dios prometió que vendría un Salvador. Un vástago de la mujer aplastaría la cabeza de la serpiente (Gn 3:15).
Esa fue la promesa de Dios. Y Adán y Eva la creyeron, y encontraron esperanza confiando en la promesa de Dios.
Entonces, La fe es la certeza/seguridad de lo que se espera. La fe confía en lo que Dios ha prometido.
La fe se relaciona con las cosas que se esperan y también la fe se relaciona con:
Lo que no se ve
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (Heb 11:1).
Las cosas que se esperan son cosas que todavía no existen: Cuerpos redimidos, iglesias sin mancha, un mundo perfecto.
Las cosas que no se ven son cosas que existen. Son realidades presentes. Ya están en su lugar, aunque no podemos verlas:
Cristo es exaltado a la diestra del Padre.
Esa es una realidad presente. No lo vemos porque el cielo está más allá de nuestra vista, pero ahora mismo, nuestro Señor Jesucristo está vivo y sentado a la diestra del Padre, y Él está ahí para ti.
Todos los que están en Cristo son perdonados, amados y destinados a la gloria.
Estas son realidades presentes. No las vemos porque la obra del Espíritu de Dios está oculta a la vista, pero ahora mismo, si usted está en Cristo, usted es perdonado, amado, y destinado a una herencia gloriosa que está guardada en el cielo para usted.
Ahora mismo Dios está en control soberano de todo lo que sucede en tu vida y de todo lo que sucede en el mundo.
Esa es una realidad presente. De nuevo no vemos esto porque la providencia de Dios está oculta a la vista.
Pero Dios obra en todas las cosas para el bien de los que le aman.
¿Cómo podemos saber estas cosas? ¿Cómo podemos estar convencidos de cosas que "no se ven"? De que tenemos un Salvador vivo, de que en Cristo somos perdonados, amados y destinados a la gloria. Que Dios es soberano sobre todas las cosas.
La respuesta es que Dios las ha revelado y la fe cree lo que Dios ha revelado.
El escritor de Hebreos nos da la ilustración perfecta de creer algo que no hemos visto en la creación. Por la fe entendemos que el universo fue creado por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles (Heb 11:3).
¿Cómo podría alguien saber cómo se hizo el mundo? Nadie estaba allí en aquel momento para observarlo. La creación es una de esas cosas que "no se veían".
Entonces, ¿cómo sabemos que Dios creó el mundo? La respuesta es que Dios lo reveló. Dios dijo a Moisés: "En el principio creé el cielo y la tierra. La tierra no tenía forma y estaba vacía. Mi espíritu rumiaba sobre las aguas. Hablé y dije: "Hágase la luz". Formé al primer hombre del polvo de la tierra.
La fe cree lo que Dios ha revelado. La fe presupone una revelación divina. Se apoya en lo que Dios ha dicho. La fe viene por el oír y el oír por la palabra de Cristo (Rom 10:17).
Si Dios no hubiera hablado. Si Dios no se hubiera dado a conocer, la fe sería imposible. No tendríamos la certeza de lo que se espera, ni la convicción de lo que no se ve. Todo lo que tendríamos serían especulaciones, vagas esperanzas y anhelos, opiniones sobre lo que podría ser.
Pero he aquí la buena noticia: Dios ha hablado, y por eso la fe es posible.
La fe cree en lo que Dios ha revelado y confía en lo que Dios ha prometido.
La fe se apoya en la Palabra de Dios. La fe cree en lo que Dios ha revelado (cosas que no se ven). La fe confía en lo que Dios ha prometido (lo que se espera).
Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Heb 11:1)

Conclusión y aplicación

La fe no es una capacidad con la que algunas personas nacen.
La fe no es una disposición que solo algunos la tienen y otros no.
todos estamos llamados a tener fe por tanto es nuestra responsabilidad creer.
La fe cree en lo que Dios ha revelado y confía en lo que Dios ha prometido
La fe implica una confianza personal basada en pruebas convincentes.
¿cómo pruebas/demuestras que tienes fe en Dios?
Cuando Jesús vino al mundo, no les dijo a Pedro, Santiago y Juan: "Soy el Hijo de Dios, será mejor que lo creáis". Les llamó para que le siguieran y, mientras lo hacían, se dio a conocer a ellos.
Como la nuestra, la fe de los primeros discípulos estaba mezclada con muchas dudas y muchos errores, pero a pesar de todo, la fe cree en lo que Cristo ha revelado y confía en lo que Cristo ha prometido (cp. Mat 16:16...Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.”).
La fe no se basa en tu experiencia, sino en las Escrituras.
Tal vez digas: "No confío. No puedo confiar". Pero, ¿por qué no confías?
Algunos no confían porque han visto a otros naufragar en la fe. (han vuelto al mundo). Tu falta de fe se basa en la evidencia negativa de otros.
Tal vez has visto que la gente te ha defraudado. Tu desconfianza se basa en la evidencia contundente de tu propia experiencia.
La fe no se basa en tu experiencia, sino en las Escrituras. Dios te invita a salir de tu mundo roto de decepción y a mirar dentro de Su mundo muy diferente. Te invita a apartar la mirada de tu propia experiencia y a encontrar esperanza en lo que Él ha dicho y en lo que ha hecho.
Leer la historia de Abel, Enoc, Noé, Abraham, Sara, Isaac, Jacob, José, Moisés y Rahab nos enseñar ha confiar en Dios. Observa cómo creyeron en lo que Dios reveló y confiaron en lo que Dios prometió.
Lee sus historias. Descubrirás que también ellos fueron quebrantados, maltratados, llevados a la perdición. ¿En quién confiarías si hubieras sido abusada como Rahab? ¿Si te hubieran mentido como a Sara? ¿Si te hubieran acusado falsamente como a José?
Pero a pesar de todo su quebranto, estas personas creyeron. Su fe se basaba en pruebas convincentes
Y esa evidencia está disponible para ti.
La fe te permitirá resistir bajo una presión fuerte
Hebreos 11 ofrece un fuerte estímulo.
Recuerde que estos capítulos se escribieron por primera vez a los creyentes judíos que estaban atravesando tiempos difíciles, como muchos de nosotros estamos atravesando tiempos difíciles hoy en día.
Así que, permítanme en estos últimos momentos, tratar de resumir el flujo de Hebreos 10-12 para que usted consiga el cuadro grande de lo que Dios está diciendo: "Estos son días difíciles para ti. Has pasado por muchas cosas desde que llegaste a la fe en Jesús (10:32). Y lo has superado con gran resistencia (vs. 34).
Pero aquí está la cosa: Usted no ha terminado todavía. Aún te queda un largo camino por recorrer y lo que necesitas es resistencia (vs. 36). Y sólo hay una manera de resistir: por la fe. Mi justo vivirá por la fe (vs. 38).
Esto es lo que tienes que entender: La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve (11:1).
La fe cree en lo que Dios ha revelado y confía en lo que Dios ha prometido.
Piensa en lo que la fe ha permitido soportar a otros. A ti te han saqueado tus bienes, pero otros se han visto obligados a vivir en madrigueras y cuevas (11:38). A ti te han escarnecido, se han reído de ti y te han insultado, pero a otros los han partido en dos (11:37). Y piensa en Jesús y en lo que tuvo que soportar: Fue clavado en una cruz (12:3).
Usted ha soportado cosas duras, y le ha ido bien, pero ahora se está desanimando. Esto es lo que debes recordar: Otros han enfrentado cosas mucho peores que tú. En tu lucha... aún no has llegado al punto de tener que derramar tu sangre (12:4). Otros lo han hecho. Ellos creyeron en lo que Dios ha revelado y confiaron en lo que Dios ha prometido. Y por fe resistieron.
Esto es lo que tú debes hacer: Debes correr con perseverancia la carrera que tienes por delante (12:2). Mantén tus ojos fijos en Jesús. Recuerda todo lo que Él soportó, y piensa en la gloria que ahora mismo es Suya, y que un día será tuya (12:2).
Así que, ¡levanta tus manos caídas y fortalece tus rodillas débiles! Perteneces a Jesús, el mediador de una nueva alianza (12:24). Estás recibiendo un reino que no puede ser sacudido (12:28).
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