Por sus frutos los conocerán (2da parte)
El Sermón del Monte • Sermon • Submitted • Presented
0 ratings
· 123 viewsJesús está concluyendo Su Sermón del monte con el paralelismo sobre los salvados y los perdidos en 4 historias paralelas.
Notes
Transcript
Lectura Bíblica
Lectura Bíblica
(Juan 15.1-17)
1 »Yo soy la vid verdadera, y Mi Padre es el viñador. 2 »Todo sarmiento que en Mí no da fruto, lo quita; y todo el que da fruto, lo poda para que dé más fruto. 3 »Ustedes ya están limpios por la palabra que les he hablado. 4 »Permanezcan en Mí, y Yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así tampoco ustedes si no permanecen en Mí. 5 »Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en Mí y Yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de Mí nada pueden hacer. 6 »Si alguien no permanece en Mí, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman. 7 »Si permanecen en Mí, y Mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y les será hecho. 8 »En esto es glorificado Mi Padre, en que den mucho fruto, y así prueben que son Mis discípulos. 9 »Como el Padre me ha amado, así también Yo los he amado; permanezcan en Mi amor. 10 »Si guardan Mis mandamientos, permanecerán en Mi amor, así como Yo he guardado los mandamientos de Mi Padre y permanezco en Su amor. 11 »Estas cosas les he hablado, para que Mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea perfecto. 12 »Este es Mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, así como Yo los he amado. 13 »Nadie tiene un amor mayor que este: que uno dé su vida por sus amigos. 14 »Ustedes son Mis amigos si hacen lo que Yo les mando. 15 »Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero los he llamado amigos, porque les he dado a conocer todo lo que he oído de Mi Padre. 16 »Ustedes no me escogieron a Mí, sino que Yo los escogí a ustedes, y los designé para que vayan y den fruto, y que su fruto permanezca; para que todo lo que pidan al Padre en Mi nombre se lo conceda. 17 »Esto les mando: que se amen los unos a los otros.
Introducción
Introducción
La agricultura ha sido siempre vital para el ser humano, sin las plantas, no hay vida humana. Los hombres se beneficiaron de los frutos que producían los árboles del huerto de Edén, solo tenían que cultivarlo y cuidarlo.
Dios dejó comer al hombre de todo árbol del huerto (excepto del árbol de la ciencia del bien y del mal)
Con la caída, el Señor maldijo la tierra (Génesis 3.17-18)
17 Entonces el Señor dijo a Adán: «Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: “No comerás de él”, Maldita será la tierra por tu causa; Con trabajo comerás de ella Todos los días de tu vida. 18 »Espinos y cardos te producirá, Y comerás de las plantas del campo.
Como resultado de la maldición de Dios, comienza la historia de los espinos y los cardos.
Estas plantas no producen frutos, y ahogan a las plantas que sí producen frutos.
7 »Otra parte cayó entre espinos; y los espinos crecieron y la ahogaron.
22 »Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, este es el que oye la palabra, pero las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto.
I. El Contraste
I. El Contraste
(Mateo 7.17)
17 »Así, todo árbol bueno da frutos buenos; pero el árbol malo da frutos malos.
a) 2 árboles y 2 frutos
a) 2 árboles y 2 frutos
El bueno y el malo. El de fruto saludable y el que no da fruto amargo, desagradable o venenoso.
Los árboles suelen ser hermosos, imponentes, pintorescos, decorativos, y útiles. Pero su verdadero valor es por los frutos que produce.
Por lo tanto, no es que un árbol sea malo en sí mismo, sino que no es “aprovechable” porque no da buen fruto.
Tendrá otros beneficios que el hombre sabrá sacar de él, pero no el buen fruto.
Un buen árbol, da fruto, los hombres buscan tener de estos árboles y hacen huertos, cercan sus terrenos, construyen presas, ponen a mucha gente a trabajar con tal de obtener los frutos esperados en cada temporada.
Es increíble cuando una semilla produce fruto a 30, 60 ó 100 por 1.
La bondad del árbol que da buen fruto, es que, por medio del fruto puede producir más árboles, y a su vez, más frutos.
Muchos seres vivos se benefician de los frutos de los árboles, entre ellos, los seres humanos.
Y Dios hizo sabrosos y dulces los frutos para que nos alimentemos de ellos y obtengamos nutrientes necesarios para nuestro cuerpo.
Por lo tanto, el árbol bueno, que da frutos buenos, le otorga vida y salud a otros seres vivos.
II. Lo imposible
II. Lo imposible
(Mateo 7.18)
18 »Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo producir frutos buenos.
Ni el buen árbol puede dar frutos malos, ni el mal árbol dar frutos buenos.
Eso es algo imposible. en el dicho popular de “no le pidas peras al olmo” está basado en esto precisamente.
Un creyente que genuinamente ha recibido la gracia de Dios y se ha arrepentido de sus pecados y ha sido perdonado por Dios de sus pecados, como decía Juan el Bautista en (Mateo 3.8)
8 »Por tanto, den frutos dignos de arrepentimiento;
tendrá:
una actitud humilde delante de Dios;
lo alabará con sus labios, con su corazón y con su obediencia.
Se consagrará a Él, ofreciendo su vida como sacrificio vivo y santo agradable a Dios diariamente, no por obligación, sino con devoción.
Por otra parte, un falso creyente, demostrará tarde o temprano su verdadera condición, su verdadera intención. Si su amor por Dios es con condiciones, si su servicio a Dios es a su manera, si su obediencia a Dios es de “dientes para afuera” si se deleita más en el mundo que en Cristo, lo manifestará en su momento y esos serán sus frutos malos que no se podrá esconder.
El fruto tenemos que verlo como un resultado.
III. La Consecuencia
III. La Consecuencia
El mal fruto es cortado y echado al fuego.
Cuando Jesús dice en Juan 15 que los que no permanecen unidos a Él, mueren, pues dejan de recibir la vida del árbol y por lo tanto, ya no van a producir fruto y son separadas del árbol, destinadas a secarse y quemarse como leña o paja en un horno.
La idea es que son inservibles. Al hombre que no le sirve un árbol porque da su fruto amargo, defectuoso o venenoso, no tiene más remedio que cortarlo y le da el espacio a otro árbol que de verdad sea bueno.
Por sus frutos los conocerán
Por sus frutos los conocerán