Las diez virgenes

Mateo 25:1–13

1Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo. 2Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas. 3Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 4mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas. 5Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron. 6Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle! 7Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas. 8Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 9Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas. 10Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta. 11Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! 12Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco. 13Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.”

Introducción

En Mateo 24 El Señor enseña las señales que precederán al fin y su segunda venida. Siguiendo con el tema, presenta tres parábolas: “la de las diez virgenes, de los talentos y el juicio a las naciones” que hablan de los acontecimientos del fin.

Para comprender correctamente estos pasajes es necesario conocer correctamente su contexto. Pues por tomar los textos sin contextos, se interpreta erroneamente la enseñanza Bíblica.

Mensaje para Israel

El objetivo principal de Jesús era el pueblo de Israel, pero por su rechazo:

Mateo 15:24 “El respondiendo, dijo: No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel.”

Pero ellos lo rechazaron, por eso ahora nosotros somos aceptados. Juan 1:11-12 “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;”

Así que Jesús enseñó las señales del fin a Israel en los cap. 24 y 25.

Las 10 virgenes que esperan al esposo son las acompañantes de la novia a la fiesta de las bodas.

La iglesia es la esposa e Israel la acompañante. Apocalipsis 19:9 “Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.”

Virgenes

Mateo 25:1 “Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.”

Sin embargo, hay aplicaciones prácticas para nosotros la iglesia, que debemos tomaren cuenta para velar a la venida de nuestro Señor.

La parábola presenta a diez virgenes, cinco prudentes y cinco insensatas.

En su condición de dignidad y conducta irreprochable e irreprensible se parecen, no hay diferencia entre ellas.

Así como las prudentes, las insensatas salieron a recibir al esposo, tienen buenas intenciones, pero no están preparadas.

Es figura de una gran cantidad de cristianos cuya vida y conducta tienen buen testimonio, pero eso no significa que son del Señor. Mateo 13 habla que junto con el trigo crece la cizaña, la cual en apariencia son muy parecidas. Son personas religiosas que confían en su testimonio, sus obras para alcanzar el favor de Dios, pero no han tenido una genuina conversión.

Jesús confrontó a sus discípulos que se creían más justos que los galileos asesinados por Pilato, o que los 18 que murieron en la torre de Siloé.

Lucas 13:5 “Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.”

Vacías de aceite

Mateo 25:3 “Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite”

La diferencia entre las vírgenes consistían en que cinco habían llenado sus vasijas de aceite pero las otras cinco no.

El aceite es figura del Espíritu Santo que llena nuestras vidas para que seamos luz en las tinieblas.

El Espíritu Santo es fundamental en nuestra salvación, sin Él no tenemos la garantía de nuestra salvación. Romanos 8:9 “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.”

Para estar preparados no solamente es necesario mostrar un testimonio irreprochable, también es fundamental que el Espíritu Santo more en nosotros.

Cuando nos convertimos a Cristo de manera genuina, el Espíritu Santo hace morada en nuestro corazón. Hechos 2:38 “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”

El rechazo

Las cinco virgenes insensatas quisieron prepararse al final pero ya era demasiado tarde, ya no hubo tiempo.

Como en los días de Noé, rechazaron el mensaje de Noé, pero cuando comenzó el diluvio quisieron creer pero ya era demasiado tarde.

Mateo 25:11-12 “Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.”

El Señor les dijo que no las conocía, esto contrasta con: Juan 10:14 “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen”

El Señor no las conoce porque nunca tuvieron una comunión intima con Él. 1 Juan 2:19 “Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.”

Conclusión

Esta parábola enseña que la vida religiosa sola no conduce a la salvación, es necesario experimentar una conversión genuina, para que El Espíritu Santo more en nosotros.

Romanos 8:14 “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”

La voz de alerta se escucha: Mateo 25:6 “Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!” ¿Estás preparado?, recuerda que tu vida piadosa solo no te prepara, debes llenar tu vida con el aceite del Espíritu Santo.|

Prepárate, ahora que tienes tiempo, ven a Cristo y compra de Él sin dinero y sin precio la salvación: Isaías 55:1 “A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.”

Es necesario examinar tu vida, clamar al Señor para que abra los ojos de tu entendimiento y puedas comprender la realidad de tu vida y no seas desechado por no estar preparado correctamente.