Escuchando a Dios 3
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Escuchando a Dios 3
Escuchando a Dios 3
Estamos estudiando la forma de cambiar nuestros resultados en la vida, porque las decisiones que tomamos en el matrimonio, trabajo, finanzas, amigos, son resultado de lo que creemos. Lo que creo del matrimonio determina las decisiones que tomo; toda decisión es resultado de lo que creo, ya sea como padre, madre, novia, cristiano, jete. Todo es resultado de lo que creo. ¿Qué creo sobre la autoridad, soltería, sexualidad, los límites? Pablo dijo:
“Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar...” (Romanos 12:2, TLA)
No vayas a donde va la gente, rompe el molde ¿cómo? renovando, cambiando tu manera de ser y de pensar. La vida transformada empieza con una mete renovada. Para tener resultados diferentes no basta con sólo tomar nuevas decisiones, sino cambiando la forma de pensar, eso cambia tu sistema de creencias y eso sí transforma tu forma de ser y de tomar decisiones.
Hemos visto 2 principios para poder renovar nuestro pensamiento:
Dios sabe lo que es mejor para mí.Por eso decido que ÉL tome el control de mi vida, porque ÉL sabe lo que es mejor para mí.
Toda persona es importante para Dios.
Hoy veremos sobre el propósito de la vida. Quizá has meditado sobre esto. Lo que veremos de ser verdad, cambiará toda tu vida. Para empezar, todos creen algo sobre el propósito de la vida, algunas de ellas son:
a. No creo que hay un propósito para mí; nacemos, crecemos, morimos y en ese espacio tratamos de hacer y tener lo más que se pueda de la vida. Sí hay un más allá, no me interesa.
b. Creo que hay un propósito para mí, pero no tengo idea de cómo saberlo o conseguirlo.
c. Sí hay un propósito para mí.
Todos tenemos una opinión o convicción y lo que creas te lleva a tomar decisiones sobre lo que haces con el tiempo en el espacio de nacer y morir, en tus relaciones, vida, trabajo, familia, etc. Sabemos que esto es cierto, porque tu vida es el resultado de lo que crees. Tienes un propósito en la vida o eres sólo un accidente cósmico, cuya diferencia con una amiga es la complejidad de tu estructura molecular.
Abre tu corazón y permitamos que nuestro Padre hable a nuestras vidas e impacte todas las áreas. Hablando del Padre, nuestros padres terrenales en particular las mamas a quienes celebramos, tienen un papel fundamental en este proceso. De pequeños nos guían en la dirección, algunos diciendo que Dios tiene un propósito, otros que cada quien decide lo que quiere y que soy el arquitecto de mi propio destino o propósito, como lo dijo Amado Nervo.
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino...
Es poético pero ¡es arrogante decir que yo decido el destino! Si sabes que Dios tiene un propósito para tu vida, te ayuda a vivir y tomar decisiones. Entonces, en la situación actual que estés, con todo tu pasado, tus características si reconoces que Dios tiene un propósito para ti y te entregas a ÉL ¡te llevará a ese propósito! Si hasta ahora has vagado de un lado a otro, aún conociendo a Dios, el apóstol Pablo te dice que empieza renovando tu mente y que sea ÉL el arquitecto de tu destino, si quieres ser tú, pones en riesgo lo que Dios tiene para ti.
Alguna vez has preguntado ¿Cuál es el sentido o propósito de tu vida? ¿sólo soy uno más en la humanidad o hay algo más? ¿podré cumplir algún propósito así como estoy? Algo en nosotros quiere creer que hay algo más que sólo vivir, que tenemos propósito y la verdad es que Dios nos dice ¡Tengo un propósito para ti! El tercer principio es valga la redundancia:
Tienes propósito en esta vida. Por eso, sólo podrás descansar o vivir plenamente cuando dejes de preguntar ¿cuál es ese propósito? Vamos de lo macro a lo micro:
Dios tiene algo para todo el mundo. David escribió un salmo en la época dorada de Israel, cuando él era el más poderoso de Israel y sus alrededores:
“Tema toda la tierra al Señor; hónrenlo todos los pueblos del mundo;” (Salmo 33:8, NVI)
En este enunciado, la segunda parte define a la primera. Que toda la gente, los pueblos le den honra, respeten, se asombren ante Dios.
“porque él habló, y todo fue creado; dio una orden, y todo quedó firme.” (Salmo 33:9, NVI)
Todo tiene un principio. Científicos debates sobre cómo inició todo, dan el origen en el Bigban, pero no responden ¿cómo se originó? Dicen que no fue necesaria una fuerza o algo para dar inicio, pero todos sabemos que no hay nada creado sin un Creador.
Esto nos lleva a lo siguiente, si Dios creó todo ¿para qué? ¿por qué? responderla nos lleva al propósito ¿cuál fue el propósito de Dios al crear la tierra? ¿se sentía sólo, aburrido? ¿fue un experimento? ¿cuál es el propósito de todo esto? Al escuchar la meditación de David, que Dios creó todo, entendemos por qué a veces nos preguntamos ¿cuál es el propósito de mi vida? ¿por qué estoy aquí? Y esto nos conecta con lo divino. Si quiero encontrar el propósito en mí mismo, que soy un ser creado, es dar vueltas en círculos. David dice:
“El Señor frustra los planes de las naciones; desbarata los designios de los pueblos.” (Salmo 33:10, NVI)
Todos los planes pueden ser cancelados por Dios ¿te ha pasado? tienes planes y te enfermas, o el clima cambia, el tráfico, te falta dinero, no te dan permiso, se echa para atrás el comprador, etc. David dice: no importa qué tan poderoso soy o qué influencia tenga, Dios puede frustrar, desbaratar cualquier plan. Pero:
“Pero los planes del Señor quedan firmes para siempre; los designios de su mente son eternos.” (Salmo 33:11, NVI)
SUS planes son para siempre, eternos. O sea que Dios tiene planes que se van a cumplir, sí o sí. Sus planes ¡nadie lo puede detener! Los que tiene en mente son para fines eternos, no temporales ¡eternos!
David entendió que los planes de Dios son eternos, para llegar a ello, seguirá de generación en generación. Ningún líder o guerra, enfermedad, pandemia puede frustrar Sus planes, porque Dios tiene un plan, algo para toda la humanidad.
Lo otro que David entendió es que : tú has sido invitado a tener un papel importante en SUS planes. Todos tenemos un propósito para cumplir parte de SU plan y es multi generacional.
David analizó y lo comprendió al ver si historia. Dios llamó a Abraham, le dijo que lo haría una gran nación y sería bendición para todos los habitantes de la tierra, por su descendencia enviaría a SU HIJO, el Mesías para redimir al pueblo pagando por sus pecados. Abraham tiene hijos, nietos, que llegan a ser una nación.
Tiempo después Dios escoge a Moisés para que guíe a SU pueblo por el desierto hasta llegar a la tierra prometida y fundar su nación que llegaría a ser un reino.
Israel se establece, David llega a ser rey, ve su historia y dice !wow! Dios está haciendo algo y yo soy parte de ese plan. En estos días son parte de LA HISTORIA, estoy cumpliendo un papel.
Después nace Salomón y de ese linaje nace Jesús. En SU genealogía hay más de 40 personas diferentes y cada uno escribe su parte; al analizar la historia también nosotros podemos ver y reconocer que Dios está haciendo algo.
Jesús está en la montaña diciendo a sus amigos: quiero que vayan y le digan a la gente lo que han oído de mí. Quiero que sean de influencia para la siguiente generación; vayan por todo el mundo ¡sean de influencia! quiero que sean parte de la Gran Historia. Es más, todos los que oyen este mensaje son invitados a ser parte de lo que estoy haciendo; esto que empezó con Abraham, Moisés, David, Salomón, continúa en nuestros días, por eso tenemos la oportunidad de ser parte de SU Plan.
La primera generación de cristianos pasó el mensaje a la 2a, el primer siglo al 2o y la razón por la que tenemos la Biblia es porque generación tras generación han creído esta verdad. Siempre ha existido un grupo que ha creído esta verdad y ha estado dispuesta a dar su vida de ser necesario, porque saben que son parte de un plan.
Naciones han surgido y han caído, imperios han desaparecido, líderes van y vienen pero el Plan de Dios no puede ser frustrado; nos emociona y a veces nos ponemos místicos. Pero, pero, al enfrentar la semana, los problemas, las crisis, urgencias, nuestra mente nos gana y pensamos: Creo que Dios tiene un plan, pero es solo que en mi trabajo ¡no veo que controle nada! En mi casa ella controla todo no le va a dar chance ni a Dios, vemos la enfermedad, esta crisis, este problema y pensamos ¡esto no puede ser parte del plan de Dios!
Los domingos puedes adorar, sentir SU presencia, pero al enfrentar mañana el mundo ¡algo sucede que nos desanima! Y decimos ¡Dios si quieres que cumpla mi parte AYÚDAME! échame una mano, no me lo dejes todo a mí.
Veamos la historia y aprendamos. Cuando Jesús caminó esta tierra ¡era exactamente igual! Jesús, Hijo de Dios en el mercado, el templo, las personas lo empujan, le reclaman, lo insultan, lo hacen a un lado, lo acusaron injustamente.
Jesús, Hijo de Dios, hablando con ellos y ¡no lo reconocen! no lo aceptaron, no se enteraron quién era. Al llegar a Jerusalén, la gente se pregunta ¿quién es este? no vieron la evidencia que es el Salvador del mundo. Y Jesús mismo dice:
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos ha venido avanzando contra viento y marea, y los que se esfuerzan logran aferrarse a él.” (Mateo 11:12, NVI)
¿Avanza? ¿donde? vemos avanzar el reino de Roma, pero no el de Dios. Jesús dice ¡Es el reino de Dios el que avanza! La gente diría ¿dónde que no lo vemos? ¡no entiendo!
Es lo mismo que pasa ahora en nuestra sociedad, cultura, en nuestra ciudad, hogar, en mi vida. Al vivir cada día, ver lo que pasa, las guerras, los grupos minoritarios controlando la narrativa de los medio, nadie nos creería si decimos que en realidad el reino de Dios es el que está avanzando.
Entendemos que Dios quiere hacer algo en mi ciudad, barrio, familia, en mi vida, pero parece que no sucede nada, nadie se interesa y yo mismo avanzo dos y regreso 3 y aun así, con todo esto que vemos, Dios te llama a ser parte de SU propósito eterno.
De pronto ves una pequeña señal, algo raro, alguien se interesa en Dios, en Jesús y ves que su vida poco a poco se transforma; otras veces ves milagros, sanidades, restauración de matrimonios destinadas al fracaso ¡no lo puedes explicar! Pero al ver esos milagros te animas para invitar un amigo a Casa y oras: Dios que el pastor se porte serio, no me avergüence, que nadie me lo vea feo y me lo espanten; y en esa reunión Dios toca el corazón de tu amigo y ¡no lo puedes creer! Precisamente en esos actos es Dios que dice: ¡de eso se trata! eso es parte del Plan eterno ¡participar en lo que estoy haciendo!
El Reino de Dios, SU propósito no puede ser frustrado, somos invitados a participar en lo que Dios hará de cualquier modo. Nuestro Padre está haciendo algo, está reconciliando a los hombres con ÉL, SU plan se está llevando a cabo, se cumplirá de cualquier manera y es tu decisión si participas o no.
Puedes pasar toda la vida buscando tu propósito y ¡perdértelo! porque estás muy ocupado en tu reino, porque todo lo que ves es el reino de Roma avanzando, el reino de la fama, el poder, el control, la popularidad, el dinero, placer temporal, comercio, el reino de la enfermedad, los problemas en la familia y eso te impide ver el Reino de Dios, por eso Dios me dijo que te dijera hoy ¡YO estoy haciendo algo! Ya lo estoy haciendo ¡por eso estás aquí! Recuerda de dónde te saqué, recuerda el milagro de sanidad que hice en ti, la provisión, la restauración ¡eso es parte de mi plan! pero no lo pudiste ver, por eso hoy te digo ¡regresa, participa! sigues siendo invitado. No sea que llegue el día que el maestro diga: los invitados no quisieron venir a la fiesta, pues salgan a los mercados, callejones que ellos entren.
La implicación de aceptar o no. es importante, cada día de tu vida cuenta; cada persona es importante para Dios. Y has sido invitado a ser parte de ese plan. Al aceptar participar ¡Te vas a apasionar al ver el resultado! un amigo transformado, alguien que años atrás decías: ¡este no tiene remedio! y ahora lo ves cantando, predicando ¿qué pasó¡ quizá no lo puedes explicar, pero sabemos que es Dios quien está haciendo algo ¡Su reino está avanzando!
Esto no elimina nuestra humanidad, tampoco está peleado con nuestros anhelos. Trabajemos y esforcémonos para tener mejores productos. No está mal tenis nuevos, celular nuevo PERO ¡eso no es lo más importante! si el propósito de tu vida es tener cosas nuevas ¡ese es el problema! Es demasiado corto, temporal.
Ver a una persona siendo transformada por Dios, aceptar a Jesús como Salvador esto ¡no se puede describir! le está cambiando la eternidad. Ser testigos de ese milagro es ver a Dios actuando, es ver Su reino avanzando. ¿Cómo vas en cumplir tu propósito?
Lo emocionante de ser parte del plan es que Dios lo hará de cualquier manera, pero te invita a ser parte y al cumplir tu parte, te dará gozo, que va más allá de la felicidad temporal. Ver alguien que llega a Dios y tú fuiste parte de ese plan ¡wow! Por eso nos alegramos cuando invitas a alguien, porque estás participando en el plan de Dios. Que nadie se pierda.
Tienes propósito. Al orar dile a Dios ¡quiero participar en lo que estás haciendo! ¡muéstrame a quién compartir! Como padres los primeros son nuestros hijos, porque ¡tienen propósito en Dios! ÉL quiere hacer algo a través de ellos. Hijo: ¡Dios tiene propósito para ti, no te lo pierdas! Y no creas que vas a ser pastor o misionero, o algo aburrido, si piensas eso es porque Dios aún es pequeño para ti, lo estás limitando.
Al ir a la montaña, la playa ¡asómbrate! reconoce que Dios es todo poderoso y nada da más satisfacción que saber que estás participando en los planes de Dios para tu vida y la eternidad.
Si tienes 20’s o 30’s ora que Dios te revela SU plan para ti. Si no lo haces te puedes perder los mejores años de tu vida buscando ¡nada! Buscando algo que crees te dará felicidad para que al final de tes cuenta que no te ha dado satisfacción plena, duradera, mucho menos eterna.
Perro persigue carro diariamente, un día carro se detiene y se estrella ¡nunca persiguió a otro! No sería increíble aprender así de rápido ¡sin la necesidad de estrellarnos! Pero muchas veces nos lleva años y estrelladas buscando en el lugar equivocado. Lo triste es que puede ser toda la vida persiguiendo lo equivocado, llegar a los 50’s, quizá con muchas cosas pero aún te preguntas ¿para qué? ¿esto es el todo del hombre?
Tu Padre por toda la Escritura te dice: SOY DIOS, TENGO UN PLAN PARA EL MUNDO, para reconciliarlo conmigo y te invito a participar, al hacerlo vas a encontrar el propósito para ti y tendrás una vida plena, llena de gozo.
Por eso cada domingo, muchos dan sus mañanas, su día para dar clases, arreglando pantallas, ensayando los cantos, yendo por sus invitados porque han entendido que Dios los invita y han aceptado ser parte de SU Plan. Por eso no cuesta “sacrificar” tus sueños por los sueños de Dios, sacrificar tu carne para ser digno representante de tu Dios. Salomón resume:
“Puedes hacer todos los planes que quieras, pero el propósito del Señor prevalecerá.” (Proverbios 19:21, NTV)
La buena nueva es que Dios quiere que seas parte de ese plan. Te invita a dar tu vida por algo mucho más importante y un día lo veremos plenamente. Te invita a dar tu vida por algo más grande que tu propia vida y un día lo celebraremos junto a ÉL, en la eternidad.
Palabra de Dios
Oremos