¿A quién iré?
Qué significa ser seguidor de Jesús? • Sermon • Submitted • Presented
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· 71 viewsLo que Jesús dijo fue retador para quienes escuchaban
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Algunas veces leemos algo en la Biblia que no es fácil de entender, incluso para quienes tengan tiempo en el cristianismo. Siendo sinceros algunas cosas que Jesús dijo fueron raras o difíciles de entender, por ejemplo eso de ¡ama a tus enemigos! Eso no tiene sentido desde nuestro punto de vista, o dime ¿se te da de forma natural orar por tus enemigos?
También dijo: si alguien quiere tu camisa ¡dale también tu abrigo! ¿yo por qué? Cuando le preguntaron ¿cuántas veces perdonar? lo que dijo es ¡siempre! Esto no es fácil de entender o hacer porque a veces ¡no queremos perdonar!
Cuando Jesús habla con sus discípulos sobre el matrimonio, ellos reaccionaron diciendo ¡si así es la cosa es mejor no casarse! Y Jesús no les dijo: ah, este, ¡no! me entendieron mal ¡no dijo eso! quizá sólo los miró, hizo un gesto con los hombros y siguió su camino.
Algunas de sus enseñanzas son así de raras, pero, por eso creemos que la Biblia es un registro histórico, porque ¡nadie inventaría que Jesús dijo eso! Si quieres crear un personaje atractivo, dices cosas fáciles de entender, validas o afirmas lo que la gente ya cree, cosas como: ama a tus amigos, odia a tus enemigos, si alguien quiere aprovecharse de ti ¡pelea, rompe sus dientes!
Al pasar los años los amigos de Jesús procesaron y entendieron que intentaba enseñarles a ver el mundo de una forma totalmente diferente ¡enfocados en el Reino! Comprendemos que la gente no entendiera, pero vemos que los estaba empujando a pensar de forma diferente a toda la gente.
La historia de hoy sucede poco después que Jesús alimentó a 5 mil personas, sin contar niños ni mujeres. Después cruza el lago, llega a Capernaúm y claro que mucha gente lo seguía, porque querían seguir comiendo gratis. Encuentran a Jesús en la sinagoga, lo quieren presionar par que haga otro milagro, hizo falta el postre.
Jesús aprovecha la oportunidad para enseñarles y lo que dice es algo así: ayer les di de comer pero ¡ya ven! ahora tienen hambre otra vez por eso ¡quiero darles algo mejor! un pan que al comerlo ¡no vuelvan a tener hambre otra vez!
Nuestro Señor sigue queriendo que sus seguidores hagan esa transición, que dejen de pensar sólo en lo que satisface temporalmente, quiere que anhelen algo más grande, lo que les da esperanza y vida. Lo que dice es ¡YO SOY el Pan de Vida! probaron un pan cuyo efecto se agota, les daré algo mejor, porque YO SOY el Pan que bajó del cielo.
Imagino que la gente se sorprende ¡no entiende! Jesús los quiere llevar a pensar en algo más que lo terrenal ¡quiere que anhelemos SU Gloria, la Eternidad! La gente lo ve, quizá piensa ¡tú no eres pan, ni viniste del cielo! Conocemos a tus padres y tus hermanos.
Jesús sigue intentando enseñarles algo más, nos empuja a lo eterno y les dice: el que come de mi carne y bebe de mi sangre…en ese momento los pierde, ya no escucharon nada más, se quedan pensando ¡beber tu sangre! ¿qué? es asqueroso. Sólo vinimos por comida y nos sales con esto. Escuchar lo que Jesús dijo los deja sorprendidos.
Tiempo después los discípulos están con Jesús, es la Pascua, comparten la Santa Cena y Jesús dice: “esto es mi cuerpo y este vino es mi sangre”. Quizá en ese momento recuerdan lo que dijo sobre su cuerpo y sangre y ahora ¡lo entienden! pero antes no tenían contexto, no sabían de qué hablaba. Veamos la historia
“Yo soy el pan vivo que descendió del cielo. Todo el que coma de este pan vivirá para siempre; y este pan, que ofreceré para que el mundo viva, es mi carne».” (Juan 6:51, NTV)
La gente quiere asegurar la comida del día ¡esa es su necesidad! quieren pan que llevar a la familia y llenar el estómago y Jesús quiere cambiarles la forma de ver la vida, quiere darles vida plena, abundante, eterna, lo que dice es: “La vida eterna es sólo por medio de mí”.
“pero todo el que coma mi carne y beba mi sangre tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. Pues mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.” (Juan 6:54–55, NTV)
Jesús sigue con lo mismos, ellos no entienden lo que quiere decir, la gente quiere algo material y Jesús insiste en algo espiritual. La gente se pone incómoda, no les agrada lo que escuchan y empiezan a alejarse; después Juan dice:
“Muchos de sus discípulos decían: «Esto es muy difícil de entender. ¿Cómo puede alguien aceptarlo?».” (Juan 6:60, NTV)
¿Quién puede aceptar esto? ¡está difícil! Jesús sigue enseñando, al escucharlo sus discípulos se preocupan ¡tampoco ellos entienden! se ponen nerviosos, ven que algunos empiezan a irse y eso les preocupa mucho, porque si hay algo que los protege de la amenaza de los líderes religiosos ¡es la gente! pero si ellos se van, los fariseos tendrán valor para agarrarlos. Saben que los fariseos quieren matar a Jesús y seguro que también a ellos. Ya no ponen atención, ven que uno a uno se van marchando. Ello que ya se veían siendo los famosos, ven que la oportunidad se va, ahora no serán más que los seguidores de un loco.
En otros evangelios dice que la gente lo quería hacer rey, porque el que da comida gratis tiene poder; pero cuando la gente ahora escucha eso de su carne y sangre, prefieren irse. Puedo imaginar a Pedro, Esteban, Mateo queriendo pararse y decir a la gente: ¡momento! ¡no me hagan eso! disculpen las molestias de la interrupción, queremos hablar con Jesús un momento, mientras lo hacemos, saquen sus platos y vasos, no se vayan.
Toman a Jesús del brazo, quizá Pedro dice ¿qué te pasa? creemos que Dios tiene el control pero por si no te has dado cuenta ¡la gente se está yendo! necesitamos hacer algo, un milagro, algo diferente ¡dales comida dice Judas! Otro dice: repite lo de la oración; otro más: sana un enfermo y la gente va a regresar ¡dales comida dice Judas! Mejor cuenta una parábola, de todos modos no la van a entender pero se entretienen, porque esto que dices es demasiado raro. ¡dales comida dice Judas! Pedro dice: esto debe ser un movimiento que crece cada día, no que la gente se vaya.
“Jesús estaba consciente de que sus discípulos se quejaban, así que les dijo: «¿Acaso esto los ofende?” (Juan 6:61, NTV)
¿Esto los ofende, los incomoda, los hace dudar? después, cuando Juan lo recuerda y escribe, dice que fue un momento importante para el ministerio de Jesús.
“A partir de ese momento, muchos de sus discípulos se apartaron de él y lo abandonaron.” (Juan 6:66, NTV)
Además de los 12 cercanos había muchos discípulos más; los que lo quisieron hacer rey ahora lo abandonan. Los más cercanos se preocupan ¡es el fin del ministerio! El fin de su popularidad. Ahora las cosas se van a complicar, seremos cada día menos. Quizá pensaron, creo que yo también voy ahuecando el ala, me voy a escabullir, ahora es cuando digo que voy al baño, es cuando hago como que alguien me busca y salgo del salón, porque de ahora en adelante seguir a Jesús será peligroso.
Jesús sabe lo que piensan. Hay un silencio incómodo, Jesús termina de hablar ¡dales comida dice Judas! Después Jesús dice:
“Entonces Jesús, mirando a los Doce, les preguntó: —¿Ustedes también van a marcharse?” (Juan 6:67, NTV)
Tú que ibas camino a la puerta das media vuelta. ¿Se quieren ir? Jesús ve sus corazones ¿los agarró por sorpresa! ¿ahora te quieres marchar? ¿no? eso estaban pensando ellos.
Cuando oímos algo de Jesús que no nos gusta ¡queremos hacer lo mismo! Cuando ser cristiano se pone difícil, tendrá un costo ¡quizá la vida misma! desde ese momento seguir a Jesús no será fácil, no es dará ningún beneficio como ellos lo quieren.
Quizá alguna vez dudas de tu fe y dices ¿qué estoy haciendo? una cosa es ser cristiano, cuando me ayuda, me sirve, evita sufrimientos, pero ahora me pide compromiso, estudiar, orar por otros, ayudar a los nuevos, saludar a quienes vienen por primera vez, llegar temprano, servir ¡ese es el problema! mientras me sirva a mí y no me “exigen” nada ¡está bien! pero ahora quieren que me involucre, que invite a mis amigos ¡eso no!
Cuando el Señor te dice ¡quiero ser el Señor de toda tu vida! tu piensas ¿dedicar mi vida a hacer la voluntad de Dios? una cosa es ser cristiano porque me ayuda, pero estar involucrado eso es otra cosa distinta. ser cristiano cuando llega la crisis, Dejaré de tener control de mi vida y eso no lo puedo permitir y empiezas a considerar alternativas. ¡Dales comida dice Judas!
Como cristiano quizá has pensado alejarte, mejor de lejitos, porque parece que ser cristiano totalmente comprometido o entregado ¡no me funciona! No te da ningún beneficio, ya no eres el nuevo, la nueva, ahora te dicen de dar clases, hacer aseo, ahora ser cristiano te “quita” tiempo y empiezas a pensar ¿cómo me salgo sin que se vea feo? otros para no tener que salirse ¡ni siquiera le entran!
Jesús te dice ¿tú no te quieres ir, verdad? ¿o sí? ¡Sí, eso pensaba! porque no quiero estar cada domingo, no quiero servir, no quiero ir a ninguna célula, no quiero estar temprano ¡quiero seguir mis planes, descansar! No me gusta que me “presionen”, quiero estar con mis amigos y la verdad que es a veces pienso que ser cristiano no me ayuda. Estoy desperdiciando mi vida ¿quizá mi futuro? Quizá has dicho que le darás a Dios, la iglesia una última oportunidad, si no pasa “algo” mejor me voy a lo mío.
Y precisamente hoy tu historia se cruza con la de Jesús que te dice ¿no estás pensando irte…o sí? Y dices ¡sí, eso estoy pensando! y lo pienso porque las cosas ya no son como antes, no se si yo he cambiado o el grupo.
A veces el cristianismo no hace tu vida más fácil sino más difícil y en tu mente oyes las palabras de Jesús ¿no te quieres marchar solo porque ahora no es fácil, o sí? ¿no piensas dejarme sólo porque ahora no es fácil, o sí? ¿no estás pensando dejarme sólo porque tus amigos van en otra dirección, o sí?
En nuestro caminar con Cristo a veces parece que el costo es más que el beneficio, parece que damos más de lo que recibimos, parece más una carga que una ayuda.
Eso es por la perspectiva de lo temporal, de la vida, porque ahora esa historia del pasado, cuando el Poder de Dios te pasó de muerte a vida espiritual, cuando te sanó de la enfermedad, cuando te sostuvo, te abrazó, te cuidó, ahora se ve tan lejano que hasta dudas que haya sido Dios ¡fue la medicina, fue casualidad! fueron mis amigos. La emoción de ese momento se ha apagado, ahora dar un paso de fe ¡es demasiado! lo haces sólo porque Dios lo dice en SU Palabra, pero ¡ya no lo disfrutas!
Quizá este eres tú, has pensado irte o no comprometerte y Jesús te dice ¿no vas a irte ahora, o sí? Imagina la escena, muchos se han ido, están los más cercanos y algunas mujeres. Nadie se ve a los ojos, ya es tarde para irse, tus pasos se van a oír; en ese momento Pedro dice algo asombroso, se da cuenta de algo que los demás no han visto, en ese momento de dolor, crisis, frustración, prueba, Pedro vio lo que nadie más, se hace una pregunta y esa pregunta merece tu respuesta, porque es vital. Pedro dice:
“Simón Pedro le contestó: —Señor, ¿a quién iríamos?...” (Juan 6:68, NTV)
Señor, es verdad ¡queríamos irnos! es cierto, pensamos aprovechar que los demás se van para desaparecer, pero ¿a quién iríamos? Pensé alejarme de ti, pero se que alejarme de ti es acercarme a algo o alguien y pensé ¿a quién? piénsalo un momento, si quieres alejarte de Dios, si decides no comprometerte totalmente la pregunta es ¿a quién irás?
Alejarte de ti es acercarme a algo o alguien y ¡esa es la verdadera pregunta! La pregunta para ese momento de dolor, prueba, enfermedad, cuando parece que ser cristiano no ayuda la pregunta no es si Jesús hará lo que yo quiero para que lo siga, la pregunta es ¿si no es Jesús, entonces quién o qué? Sería ingenuo pensar que puedo dejar a Jesús sin seguir algo o alguien más.
Nuestra historia es parecida; hay quienes crecen sabiendo de Dios pero un día se alejaron porque no era fácil, porque prefirieron seguir algo o alguien más, pero ¡regresaron! porque alejarte de Jesús es acercarte a algo o alguien más y regresan porque después de todo ¿a quién iríamos? Pedro sigue hablando y profundiza el pensamiento.
“...¿a quién iríamos? Tú tienes las palabras que dan vida eterna.” (Juan 6:68, NTV)
Lo que Jesús hace o pide a veces nos confunde, nos pone en aprietos, pero la pregunta es ¿a quién irás? ÉL es el Único Camino a la Vida Eterna. Pedro pudo decir: Jesús eres el Único que viene del Cielo, hablas con autoridad de lo que vendrá después, aún cuando no lo entendamos del todo, pero has dado evidencia que eres quien dices que eres.
Hay otros maestros que dicen cosas más atractivas, otros que dicen reglas que sí puedo cumplir y eso me hace ver como superior, pero nadie habla de la eternidad como tú, por eso, si no es contigo ¿a quién iríamos? Eres el único que tiene palabras de vida eterna; y esa es la verdadera pregunta: si te alejas de Jesús ¿a quién irás? a una filosofía, un grupo, el ateísmo, gnosticismo ¿a quién?
“Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.” (Juan 6:69, NTV)
No hay alternativa aun cuando quisiéramos irnos, ya sabemos demasiado, si te dejamos y nos alejamos ¡regresaremos! quizá pase tiempo, pero regresaré porque he creído y se que tú eres el Santo de Dios, vienes de ÉL. Es verdad a veces las cosas no van como pienso, pero ¿a quién iríamos?
¿Cómo terminar esta plática? Es cierto que a veces las cosas no van como queremos, a veces dudamos hasta de nuestra relación con Jesús, pero después de todo ¡no se trata de las dudas sino de las alternativas! Si el cristianismo es difícil y me pide mucho, me limita, no me beneficia como creo que debe, entonces antes de irme, alejarme debo saber ¿a quién iré? ¿qué filosofía adoptaré? ¿a quién voy a seguir?
No dejes que lo complicado de la vida, lo que aún no ves en tu vida te ciegue, sino medita, analiza que si te alejas de Jesús, forzosamente te acercas a algo o alguien más. Al considerar las alternativas llegarás a la conclusión de Pedro: es verdad, a veces la vida es difícil, no entiendo, pero ¿a quién iría? Sólo tú Jesús tienes Palabras de Vida Eterna.
Quizá ahora estás bien, pero si alguna vez llega un momento como estos, debes tener la mente clara con respecto a esta verdad, a veces Dios no responde como queremos, parece que los que no tienen una relación con ÉL viven mejor, hacen lo que quieren sin temor y ser cristiano me limita. Si llegas a pensar en abandonar a Dios, porque quieres algo más, antes de irte debes contestar la pregunta ¿a quién irás?
¿Sabes algo? en algún momento de tu vida te preguntarás sobre la eternidad, sobre lo que hay después de la muerte, será algo que tienes que responder y entonces regresarás a buscar estos versos, pero quizá regreses con dolor, inseguridad porque alejarte de tu Salvador, también te aleja de Su Seguridad, Su Amor, Bondad, Dirección.
La buena noticia es que no eres el primero en pensar dejarlo, los que caminaron con Jesús, también pensaron abandonarlo ¡algunos lo hicieron! pero Pedro respondió la pregunta importante y eso le impidió alejarse de Jesús.
Quizá no te has alejado, pero has rechazado SU invitación a más, a involucrarte, servir, ayudar, dar clases. Pero, si has conocido a Jesús el Cristo, Hijo de Dios quién murió en la Cruz por tus pecados, se levantó de la muerte para el perdón de tus pecados y darte vida eterna, entonces ¿por qué te quedas en la periferia? ¿por qué quedarte en la puerta, con un pie adentro y otro afuera?
Has visto suficiente para saber que si te vas, regresarás, volverás Dios te amará igual, pero habrás desperdiciado años valiosos de tu vida. No se trata de tener las respuestas a todas tus preguntas, sino responder la pregunta más importante. Si no es Dios, entonces ¿quién? ¿a quién irías?
Palabra de Dios
Oremos