EL DESARROLLO DE LA FE

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El Señor desea que nazcas de nuevo, vivas, camines y pelees batallas por fe para finalmente morir confiado porque tu descendencia continuará confiando en Él.
En tiempos antiguos, cuando alguien deseaba declarar su voluntad, dejar bienes o definir leyes y estatutos, los escribía, a veces en pergaminos de origen animal o en papiros de origen vegetal que enrollaba y entregaba. Quien deseaba gozar de los beneficios escritos allí, debía desenrollar y poner en práctica. Ese es el origen de la palabra “desarrollar”. Nos desarrollaremos cuando desenrollemos lo que está escrito para nosotros. Jesús lo hizo, leyó y dijo: “Hoy se ha cumplido la Escritura”. Debemos desarrollar carácter, habilidades y especialmente la fe que tiene niveles. Porque cada uno recibió del Señor una medida de fe.
Nacer de nuevo por fe
Romanos 10:9–10 RVR60
que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
El primer nivel de la fe es nacer de nuevo. Con el corazón se cree para justicia y con la boca que cree para salvación. Nacemos de nuevo cuando lo confesamos con nuestros labios y aseguramos que Jesús es nuestro Señor y Salvador.
Juan 3:3 RVR60
Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Cuando recibimos al Señor voluntariamente, conscientes de nuestro pecado, nacemos de nuevo, es decir que nos convertimos en nuevas criaturas, lista a crecer en fe. El mismo día que le recibí y dije esa pequeña pero poderosa oración, supe que algo había sucedido dentro de mí. A la semana de leer las Escrituras noté los cambios. Yo era muy mal hablado y vulgar con mi forma de expresión. Mi vicio por decir malas palabras era tal que constantemente debía pedir perdón a mi mamá porque se me salían las palabrotas delante de ella. Entonces descubrí que es cierta la Palabra que dice “de la abundancia del corazón habla la boca”, así que decidí que de mis labios solamente saldrían.buenas palabras que hablaran de la abundancia del nuevo corazón que tenía siendo una nueva criatura en el Señor.
Efesios 2:8–9 RVR60
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
La fe y la gracia nos hacen nacer de nuevo, este es el primer paso, el primer nivel.
2 Corintios 5:17 RVR60
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
No lo olvides, eres nueva criatura que ha nacido por fe. Al entregarle nuestra vida al Señor, nacemos del Espíritu quien nos hizo partícipes de la naturaleza divina. Entonces no hay nada que la fe no pueda lograr porque es capaz de lograr que nazcas de nuevo y no hay nada más difícil que eso.Lo más difícil, nacer de nuevo y ver tu nombre escrito en el libro de la vida, ya fue hecho, así que superar la economía y la enfermedad será fácil con la fe que te ha sido dada y que debes hacer crecer. Recuerda que a los cristianos se les llama “creyentes” porque son capaces de poner su fe por obras.
Vivir por fe
Habacuc 2:4 RVR60
He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.
El que vive por fe no lo hace por orgullo porque creer es demostrar humildad. No es lo mismo decir “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” que decir “Yo soy capaz de todo”. Demuestra que eres de los justos que en humildad ha nacido por fe y ahora vive por esa misma fe. Cuando nacemos de nuevo, somos trasladados del reino de mundo al Reino del Señor y operamos bajo Sus estatutos, leyes y orden que nos hacen creer en un futuro de paz, gozo y estabilidad. La Palabra dice:
“Busca primeramente el Reino de Dios y Su justicia y todas estas cosas os serán dadas”. Esto significa que el Reino trae “cosas” para quienes viven por fe, no para quienes solamente han nacido por fe pero luego no la practican y hacen crecer.
Romanos 6:4 RVR60
Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Tu vida de desconfianza y temor ya fue sepultada con el bautismo, ahora que eres una nueva criatura debes vivir conforme a esa fe que fue capaz de hacerte renacer.
Mateo 6:25–30 RVR60
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
Quien ha nacido por fe no se afana porque entiende que la vida es más que comida y vestido. La Palabra es clara y nos dice
que somos valiosos, más que los lirios y las aves, por tanto no debemos afanarnos. Esto no significa que nos quedaremos de brazos cruzados esperando que llueva ropa y comida sino que nuestra fe en la providencia del Señor estará por sobre el afán del trabajo. El que trabaja poniendo su fe en Dios recibirá bendición. Busca siempre esforzarte y dar lo mejor porque de esa forma demuestras tu fe y vives conforme a ella.Ni siquiera los perros callejeros mueren de hambre, mucho menos tú que eres bendito de Dios. Yo no he tenido
que ministrar leones, osos, ballenas o peces afligidos por el futuro, ¡he tenido que ministrar cristianos, creyentes que dicen vivir por fe! Su poder es tan palpable que te aseguro que te han invitado a comer más veces, justo cuando has estado más limitado de dinero. Incluso te han llevado a restaurantes que no podrías pagar ni cuando te va bien.
Caminar por fe
2 Corintios 5:7 RVR60
(porque por fe andamos, no por vista);
El tercer nivel es caminar por fe y no por vista. Debemos ser como los ciegos que caminan con un bastón, no ven por dónde van y alguien debe tomarles del brazo y guiarles, deben estar atentos, escuchar instrucciones hasta llegar a su destino y realizar lo que desean. No vemos el rumbo pero escuchamos al Señor que nos guía y lleva a nuestro destino. No temas porque el Espíritu Santo te orienta por fe. Lo mismo hacen los pilotos que vuelan por instrumentos. Conducen los aviones escuchando indicaciones y revisando instrumentos. Cuando tomas un periódico y te deprimes porque lees todo lo malo, no estás caminando por fe sino por tus sentidos humanos y te debilitas. Debes tener tus oídos atentos para escuchar a Dios que desea orientar tu vida y darte instrucciones
para alcanzar Sus promesas. Dios fue quien le dijo a Abraham que se levantara y caminara para salir de la tierra de los caldeos. Seguramente Sara le preguntó hacia dónde iban pero él le dijo: “No sé, solamente escucho al Señor y obedezco”. Moisés también se dejó guiar por la voz de Dios. Ante el mar rojo no se dejó dominar por lo que veía sino que obedeció las órdenes. La vida no se trata de tener siempre las soluciones a la mano sino buscar a Dios en cada momento. Las persecuciones como la que vivió Moisés por los egipcios ante el Mar Rojo, muchas veces son una forma de presionarte para que creas, le preguntes, obedezcas y camines por fe.Nacemos por fe, vivimos por fe y debemos caminar por fe. Hacerlo es no saber qué viene en el futuro pero tener la certeza
de que nos irá bien porque tenemos nuestra esperanza puesta en Dios, no en el sistema de este mundo. Pablo decía que no comería el que no trabajara y Jesús dijo que somos más que los lirios del campo que no trabajan y se visten bien.
Luchar por fe
1 Timoteo 6:11–12 RVR60
Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.
Esta Palabra le habla a alguien que ya nació, vivió y caminó por fe, es decir que ha sido formado como hombre de Dios. La batalla es el cuarto nivel de la fe. Abraham es ejemplo de caminar por fe, Josué ante Jericó, Elías ante los profetas de Baal y David ante los gigantes son ejemplo de pelear por fe. En el nivel de “vivir por fe” no peleas contra demonios sino contra
tu propia desconfianza. No es Satanás ni las tinieblas quienes te atacan sino tu debilidad ante las dificultades. La batalla de
la fe tiene que ver con enemigos que visitan tu casa, quieren quitarte a tus hijos, robar tu bendición y probar tu fortaleza
porque ya caminas por fe. Sólo las batallas frente a los enemigos nos hacen más que vencedores. Caminar y vivir por fe no es pelear. Lucha seguro de la victoria porque tú y Él son mayoría y no temerás mal alguno ya que está a tu lado y te hará vivir confiado todas las noches de tu vida. Pablo también añadió en.
2 Timoteo 4:6–7 RVR60
Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Morir con fe
Hebreos 11:20–22 RVR60
Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras. Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón. Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento acerca de sus huesos.
Por la fe debes decirle a tus hijos qué esperar cuando ya no estés con ellos. Jacob se agarró de un bordón y adoró al Señor porque sabía su futuro. Morir era ganancia y le declaró a sus hijos que les iría bien. Pidió que no lo enterraran en el desierto sino que cargaran con sus huesos hasta la Tierra Prometida. La seguridad es el nivel más alto de fe que podemos encontrar. Nacemos por fe, debemos aprender a vivir, caminar y pelear por fe para morir con fe. Hay promesas que tus ojos no verán y que deberás delegar a tus hijos y nietos con la seguridad de que Dios no miente. Él te ayuda a creer y esperar más allá de la muerte y desea bendecirte por generaciones. Dale gracias y aprende a desarrollar tu fe para vivir confiado porque tu futuro será bueno y el de tus descendientes será aún mejor.
Fe que influye los sentimientos y pensamientos
Mateo 8:25–26 RVR60
Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
Este pasaje nos habla del temor que dominó a los discípulos y les impidió ejercer su fe. No permitamos que las emociones y sentimientos anulen nuestra confianza. Tener miedo frente a una tormenta en natural pero no cuando Jesús está en el barco contigo. Los sentimientos son producto de tu estado de fe. Si crees, te sientes seguro, ves un buen futuro, tienes la esperanza
de que todo será bueno y sientes el valor que solo el Espíritu Santo puede darte. Cuando no crees, ves un mal futuro y te deprimes porque predices que te irá mal. La enfermedad asusta pero la falta de fe mata. La crisis intimida pero la falta de fe deprime. Al contrario, la fe nos levanta.
Mateo 16:8 RVR60
Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan?
lo que significa que el hombre de poca fe piensa en presente cuando debería pensar que siempre tendrá en el futuro. El presente se convierte rápidamente en pasado, lo que leíste hace unos segundo ya pasó y lo único que queda es lo que leerás. Para los hombres de fe solamente existe el futuro. Antes de lamentarte por lo que te falta, recuerda quién eres y todo lo que el Señor tiene prometido para tu vida. Las personas de fe no
piensan en lo que no tienen sino en lo que nunca les hará falta porque Dios siempre estará con ellos.
Mateo 14:27–31 RVR60
Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
Deja de afanarte por lo que no tienes. Si te preocupas porque este mes no hubo salario, demuestras que vives por lo material
y no por fe. Debes reforzar tu confianza para sentirte tranquilo ya que aún tienes la fe que te sostendrá y te proveerá aún en los momentos difíciles.
Fe a pesar de las evidencias contrarias
Romanos 4:17–22 RVR60
(como está escrito: Te he puesto por padre de muchas gentes) delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen. El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se le había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo de casi cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido; por lo cual también su fe le fue contada por justicia.
Abraham demostró tener fe en ese difícil proceso de engendrar un hijo casi al final de su vida. Creyó a pesar de la duda de todos. En otra versión de la Biblia dice que cuando ya no había esperanza tuvo fe para tener esperanza. Su milagro era realmente difícil de creer, no había antecedente de algo parecido, nada podía asegurarle que era posible, su fe lo sostuvo hasta el final. Tal vez nuestro problema actual es que podemos leer los testimonios en la Biblia y sentimos que no somos dignos como esos hombres, pero el Señor nos dice que sí es posible. Abraham no tenía un CD de Noches de Gloria y no podía escuchar Palabra en un programa de televisión, solamente estaba conectado con el Señor y creyó. No des por perdida tu esperanza. Si crees que Dios hará el milagro, no importa qué piensen tus amigos, esposa o hijos, para Dios es suficiente que tú le creas.
Dios ya obró en tu vida
Génesis 17:5–6 RVR60
Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes. Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.
Lo primero que el Señor hizo fue cambiarle de nombre por uno que significa “padre de multitudes”. Aún faltaban muchos años para que naciera el hijo de Abraham pero la promesa ya estaba dicha. De nuevo debemos meditar en los verbos que nos revelan algo muy poderoso. Dios no dijo “te pondré por padre de muchedumbre”, sino que dijo “te he puesto”. El verbo está en presente porque para Él la promesa ya estaba cumplida, la Palabra ya estaba hecha porque cuando Él promete debemos tener la seguridad de que ya obró, aunque todavía no lo veamos realizado. En otras palabras, Dios habla del futuro en pasado porque ya todo fue hecho. Para decirle a Abraham su futuro le habló en pasado. Es como tener un “dejavú” que nos hace sentir que lo que estamos viviendo ya había sucedido antes. Por esa razón la Biblia dice: “por Su llaga fuimos curados”.
La fe es la sustancia, la esencia de tu gozo y plenitud, es lo que extrae de la Palabra el contenido de tu bendición, sanidad, salvación y restauración. Cuando sabemos de la Palabra de Dios, tenemos la materia prima, el conocimiento, pero necesitamos activarla con la fe. Conéctate con las Escrituras al aprenderlas y activarlas a través de la fe que Dios te ha dado.
Dile: “Padre, ayúdame a combinar la Palabra y la fe para recibir la bendición que deseas para mí”. Por fe, entrégale tu vida al Señor para que Su gracia te salve y te guíe durante cada etapa de tu vida.
Marcos 9:14–24 RVR60
Cuando llegó a donde estaban los discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos. Y en seguida toda la gente, viéndole, se asombró, y corriendo a él, le saludaron. El les preguntó: ¿Qué disputáis con ellos? Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el cual, dondequiera que le toma, le sacude; y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que lo echasen fuera, y no pudieron. Y respondiendo él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo. Y se lo trajeron; y cuando el espíritu vio a Jesús, sacudió con violencia al muchacho, quien cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos. Jesús preguntó al padre: ¿Cuánto tiempo hace que le sucede esto? Y él dijo: Desde niño. Y muchas veces le echa en el fuego y en el agua, para matarle; pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros, y ayúdanos. Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible. E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.
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