¿Qué dijo Jesús?

¿Qué dijo Jesús?  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
0 ratings
· 13 views
Notes
Transcript

De la Serie: ¿A quién iré?

En los evangelios leemos que nuestro Señor Jesús dijo cosas con las que muchos estuvieron de acuerdo: ámense unos a los otros, cuiden de los pobres, ayuden a las viudas, sean humildes; pero también dijo otras que no eran fáciles de entender, menos de creer.
Habla sobre ser generoso ¡Señor estás viendo los tiempos que vivimos! Si ves a una mujer para codiciarla ¡es adulterio! y decían: ¡nada más la vi! Si te enojas con alguien es como si fuera asesinato y decían: pero la ley dice que de hecho debe ser asesinado. Si quieres seguirme ¡deja a tus padres! Alguno dijo: por fin tengo la excusa para irme de la casa. Esto no fue fácil de entender, pero al estudiar Sus Palabras descubrimos las perlas.
Jesús está cambiando el paradigma ¡dejen de enfocarse en lo material y temporal y vean lo espiritual y eterno! El problema es que lo que dice es opuesto a lo que creían incluso los religiosos. Pero aun algunas de las cosas que dijo siguen siendo difíciles para cristianos de hoy en día, por ejemplo:
¡Amen a sus enemigos! No amen sólo a sus amigos, sino a los enemigos ¿qué? y ¿cómo por qué? Quizá esta sea una de las frases más famosas de Jesús y una de las más olímpicamente ignoradas incluso por los cristianos. Porque a simple vista parece algo sin sentido, no tiene lógica…de la nuestra.
Lo que entendemos es: ama a quién te quiere lastimar. Me lastimas y te debo amar, me vuelves a lastimar y te sigo amando, Señor ¡eso va a perpetuar la herida! Y, yo no quiero que me lastimen, o ¿qué quieres decir? ¿cómo funciona? ¿qué es exactamente? Acaso debo dejar que el ladrón pase como por su casa, decirle del dinero abajo del colchón, etc.
Pero ¿qué quería decir Jesús? Porque no creo que quiera decir esto que dije, y buscamos escenarios, argumentos que nos obliguen a pensar esto, como para que nos digan que no es eso lo que Jesús dijo y tener excusa.
Jesús enseña en una montaña sobre cómo tratamos a los demás y cómo debemos tratarlos. No está hablando en un contexto de guerra, asaltos o ladrones, porque ahí la vida se defiende con la vida. Más bien se refiere a cómo reaccionas desde tu corazón ante la ofensa, ante quien te lastima o te juzga y se han aprovechado. ¿Cómo responde tu corazón ante la ofensa? ¿qué emoción guarda tu corazón con esas personas? No se trata de ponerte de tapete para ser lastimado, sino que es una oportunidad de vivir de forma diferente, quiere que veamos esos momentos como oportunidad de dejar que Dios haga algo asombroso en tu vida, como quizá no lo ha hecho antes en nuestro corazón. De esto hablaremos hoy.
Jesús confronta la forma como la sociedad de la época veía la ética, con la ética del Reino de Dios que no es temporal. Jesús les describe cómo piensan todos, la forma aceptable de vivir y cómo dice Dios que debemos vivir; ha estado repitiendo la frase: ¡han oído que se les dijo que esto deben hacer! que así deben vivir, pero vine a decirles que Dios quiere que vivan diferente.
»Han oído la ley que dice: “Ama a tu prójimo” y odia a tu enemigo.” (Mateo 5:43, NTV)
Jesús les recuerda lo que han aprendido y la gente dice ¡claro así debe ser! esto si lo hago pa’que veas. Eso aprendimos, hay un grupo que puedo amar y otro grupo que son mis enemigos a esos se les odia. Seremos amables con la familia -algunos-, los vecinos, amigos y los vamos a tratar bien. Pero hay otro grupo que son los enemigos, nos odian a muerte y a esos se les odia es más se les debe odiar.
Amar al prójimo se originó en un mandamiento de Dios.
»No busques vengarte, ni guardes rencor contra tus hermanos israelitas, sino ama a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.” (Levítico 19:18, NTV)
Ese fue el mandamiento pero con los años los estudiosos quisieron definir ¿quién es el prójimo? con el tiempo se agregó lo de odia a tu enemigo, porque ¡no todos pueden ser mi prójimo! Es más, una vez le preguntaron eso a Jesús ¿a quién espera Dios que yo ame? Ellos ya lo habían decidido y dieron por hecho que lo que ellos dijeron era lo que Dios quería. Si la persona me trata de cierta manera, es mi prójimo, Seguro a eso se refiere Dios, porque no puede ser posible que mi prójimo ¡sea toda la gente!
Así le encontraron lógica y vivir así ¡tiene sentido! ¿o no? puede etiquetar a las personas, las puedes agrupar. Un grupo los que se puede amar y saber que Dios ¡lo aprueba! Otro grupo a los que puedes odiar y ¡Dios lo aprueba! Es un buen sistema, porque puedes elegir a quién pones en cada grupo y pues Dios está de acuerdo, estás cumpliendo la ley y ¡no hay problema!
Y eso seguimos haciendo, acaso ¿no te has dejado de hablar con alguien y lo ves feo? los ignoras y crees que Dios te respalda, porque tienes razón para estar enojado con esa chusma, Dios no puede esperar que ames a esa persona ¡mira lo que se atrevió a decir! ¡cómo me trata! Hacemos categorías y nos justificamos ¡Señor son una gentuza! no esperas que ame a esos ¿o sí?
¿Quieres que ame a los de ese partido político? son egoístas, no les importa la gente ¿no esperas que los ame, o sí? Y haces tus grupos: amigos, los guapos; pero ¿cómo amar a ese que sube fotos en el gym “todos los días”? ¿cómo amar a ese fitness? A ese que me confronta, que me dice mis verdades, lo correcto es odiarlo, porque no esperas que ame a esos altivos, creídos yo que soy tan humilde ¿o sí?
¿Cómo amar a ese que me traicionó? ¿cómo amar a la ex? se fue, se llevó todo menos las deudas ¿cómo amar a mi padre si fue él quien me lastimó? Dios parece que no viste lo que me hicieron esos hijos ingratos, les di vida, les di todo y se marcharon ¿crees que no me dolió? Por supuesto que Dios está de mi lado y a esos no los puedo amar, a ellos está bien odiarlos.
Si tú decides a quien amar y a quién odiar ¡es complicado y peligroso! Y si además quieres usar el Nombre de Dios para justificarlo ¡Pior! Quieres que Dios odie a quienes tú odias y así tú quieres hacer a Dios a tu imagen y semejanza.
Pero llega Jesús y usa este ejemplo. Se que tienes amigo que te han herido, traicionado, criticado, se aprovecharon de ti ¡lo se! Y se que para ti tiene sentido hacer lo que haces, querer vengarte. Para ti es fácil no amarlos. Se que te dolió, fue triste y es por eso te gusta lo que te dijeron: ama a tu prójimo, pero odia a tu enemigo. Pero:
Pero yo digo: ¡ama a tus enemigos!...” (Mateo 5:44, NTV)
Esta es una frase rara, la gente se ven entre ellos, quizá no escucharon bien, porque Jesús de un trancazo borra las categorías, los grupos. No puedes odiar o amar a quienes decidas porque la frase es total ¡ama a tus enemigos! Ama a los que te caen bien y quienes no, a los que te quieren y a los que no, a quienes les agradas y a quienes les caes como bilis, a los que te animan y los que te critican, los que te dicen tus verdades en la cara y a quienes lo dicen a tus espaldas. Los que siguen contigo y quienes te han abandonado, a quien ha sido fiel y a quien divulgó tu secreto o te ha difamado. A los que creen lo mismo que tú y a quienes no.
De un tajo desaparecen las categorías de quienes puedes amar y a quienes puedes odiar ¡ama a tus enemigos! Esto nunca se había dicho en la historia. Porque hay cosas comunes en todas las civilizaciones y culturas, tanto cosas morales, éticas que Jesús dijo están en otras religiones: no mates, sean íntegros; pero sólo Jesús dice esto, sólo ÉL en la historia dijo ¡ama a tu enemigo!
¿Qué piensas al escuchar esto? Se lo que yo pienso, una parte de mí se siente atraído a esta frase, suena super elevado espiritual, amoroso, sobrenatural y sé que fue Jesús quién lo dijo…pero no se si yo lo pueda hacer.
Algo en mi protesta, se revela y dice: no creo que funcione, no se si alguna vez esté capacitado para hacerlo, se que si Jesús lo dijo ¡así debe ser! pero no se si pueda hacerlo.
No se si hay 2 tipos de cristianos; los comunes y corrientes que luchan cada día. Han hecho a Jesús su Salvador, oran, estudian la Biblia, se reúnen, comparten sus luchas y problemas y parece que hay otro grupo de súper, mega cristianos, que no sufren o aun sufriendo son lo máximo. Los ves y dices: mega wow, han de tener un secreto que ignoro, porque aman a sus enemigos y ¡yo no puedo! espero un día ser como ellos, pero hoy, no.
Hoy soy de primer grupo, que lucha, batalla y eso parece difícil si no imposible, así que para la mayoría es muy difícil, muchos están dispuestos a hacer sacrificios pero, eso de amar al enemigo solo lo hacen los avanzados, los iluminados ¡no es para mí! ¡no puedo!
Me conformo con no gritarle al urbanero que se me atravesó ¡ese es mi límite! Aun así Jesús nos dice ¡ama a tu enemigo! Pero Dios mío ¡no puedo! Claro que puedes, insiste. Porque no tengo seguidores VIP, no hay excusa, tú puedes y por si fuera poco, se pone más intenso:
“...¡Ora por los que te persiguen!” (Mateo 5:44, NTV)
No oro por mis amigos, además ¿qué voy a orar, que se mueran? Mejor que quede sólo en amarlos; esto de orar se me hace demasiado. Ok, quizá tampoco los ame, pero tampoco los voy a odiar, no hablaré mal de ellos y los acepto en Insta, pero ¿por qué orar por ellos? esto es muy difícil, parece casi imposible.
¿Por qué diría eso Jesús? intentemos analizarlo. ¿Cuáles son las cosas por las que oras? ¿qué pides todos los días? Acaso ¿no es lo que te preocupa o anhelas? Quieres que a Dios le importe lo que te importa a ti, o sea, invitas a Dios a las cosas que quieres que cambien o que intervenga a tu favor. Oramos por la familia, hijos, padres, finanzas, trabajo, viaje, matrimonio, porque eso nos preocupa, nuestro corazón está atrapado en eso y queremos que Dios también quede atorado en mis cosas.
Jesús nos pide que oremos por los enemigos ¿por qué? porque quiere algo más importante para tu corazón, quiere que nos interesemos por ellos, que los veamos como personas que se equivocan, y es cierto, te han lastimado, pero quiere que los veamos como, personas…iguales a nosotros. Porque nosotros ¡también hemos lastimado! Ah, pero no nos gusta pensar en eso.
El médico Lucas dice que los bendigamos, que seamos pro activos orando por el enemigo ¿crees que tu enemigo se va a enterar? ¡quizá no! pero orar por ellos hace que suceda algo en nuestro corazón.
Ama a tus enemigos, ora por ellos, esto no es fácil pero orar por la persona que te insulta, por quien te ha traicionado, por ese compañero de negocio que te roba la idea, orar por tu papá que te abandonó, por mamá que se fue, nos dan ganas de decir ¡Dios! ¿No sabes lo que me hicieron? ¿no te enteraste? ¿quieres que ore por ellos? Y Su respuesta es ¡Sí, eso quiero! porque quiero que tu corazón cambie. Y Dios no se da por vencido con nosotros hasta que ese cambió suceda en el corazón. Porque tiene un propósito y nos pide que oremos por ellos, aun con todas nuestras objeciones.
De esa manera, estarás actuando como verdadero hijo de tu Padre que está en el cielo...” (Mateo 5:45, NTV)
¿Hacerlo para actuar como “verdadero” hijo de mi Padre Celestial? ¡sí! porque así es como se portan mis hijos, esto es lo que hacen. Así sabrán que somos diferentes. Además, observa lo que hace tu Padre celestial contigo y conmigo:
... Pues él da la luz de su sol tanto a los malos como a los buenos y envía la lluvia sobre los justos y los injustos por igual.” (Mateo 5:45, NTV)
Nuestro Señor nos recuerda lo que hace Dios, ÉL es quien hace que el sol salga sobre justos e injustos ¡Todos los días! envía lluvia, ÉL Todo poderoso, Omnipotente, Soberano hace eso y además es el único que tiene derecho de hacer la distinción de personas, porque ÉL es Perfecto, ÉL sí puede juzgarnos y aún así, hace que la lluvia y el sol salga sin distinción de personas.
Eso hace tu Padre Celestial y eso hacen Sus hijos. Aquí nos quita las excusas, es como si dijera: tendrás derecho de amar a sólo a los que te aman cuando veas salir el sol en tu casa y no en la de tus enemigos, cuando eso suceda, puedes elegir a quién amar.
Esta idea no nos gusta porque pensamos que nos van a lastimar otra vez, seremos ofendidos y ¡voy a querer vengarme! y ÉL nos dice ¡cierto! vas a pensar eso, pero aprende de lo que tu Padre hace. Y vas a querer decir ¡pero ÉL es Dios! Se supone que Dios debe amarnos.
Y, amigos, ese es precisamente el punto, el meollo ¡Dios no está obligado a amarnos! Pero sí puede juzgarnos, tiene el derecho de poner a la gente en la categoría que quiera y estar en lo correcto, pero ¡no lo hizo!
La Biblia dice que aun siendo enemigos de Dios Cristo murió por nosotros cuando todavía eramos pecadores. Jesús murió por ti aun cuando lo lastimaste. Jesús ha sido herido mucho más que todos nosotros juntos. Le dimos la espalda, lo rechazamos y aun así ¡murió por nosotros! nos redimió, nos rescató, Jesús murió por nosotros y ¿recuerdas qué hizo en la cruz? ¡oro por nosotros! cuando dijo: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. En SU agonía, sufrimiento y traición, su corazón siguió amándonos, eso es lo que hizo por nosotros. Y Jesús sigue diciendo:
»Si ustedes aman sólo a quienes los aman, Dios no los va a bendecir por eso. Recuerden que hasta los que cobran impuestos para Roma también aman a sus amigos. Si saludan sólo a sus amigos, no hacen nada extraordinario. ¡Hasta los que no creen en Dios hacen eso!” (Mateo 5:46–47, TLA)
Dice: ¡Todos hacen eso de amar a quienes los aman! Entonces no eres diferente, eres igual, no eres mejor que la gente que odias, no eres mejor de quienes dices odiar, no eres mejor que los recaudadores de impuestos. Como que nos pregunta ¿qué de diferente o de más estás haciendo? Y esa es una buena pregunta.
Si sólo eres generoso con los que te ayudan, si solo amas a tu familia, pero odias a los demás, te alejas porque no son como tú, no piensan como tú, odias a quienes te han traicionado o herido, Jesús te dice ¿qué de extra estás haciendo?
Para fines prácticos eres igual que un ladrón, ateo, pecador porque eso es lo mismo que ellos hacen, pero tú, tú eres mi hijo y ¿qué de más estás haciendo? Tú que dices que soy tu Señor ¿qué de más estás haciendo?
Por eso, ahora te vas a parar de tu lugar y vas a saludar de beso a quienes no lo haces por alguna razón ¡no crean que no me doy cuenta! y si estás en línea, te toca hacerlo cuando los veas.
Hay una forma de vivir diferente, pero no lo lograrás si sigues pensando que tú eres la excepción. Se que de acuerdo con la ética de la cultura, eso de amar a tus amigos es lo normal, pero esto normal es lo más bajo en el estándar de Jesús, esto es lo esencial, básico, elemental para los seguidores de Jesús quien murió por nosotros cuando aun eramos pecadores. Por eso no hay excusa, no hay excepción.
Ama a tus enemigos, no pierdas sea oportunidad y que tu vida sea toda una predicación asombrosa. Que esto que Jesús dijo se vea en nuestras vidas, así que el reto para cada día de la semana es esta:
Pero tú debes ser perfecto, así como tu Padre en el cielo es perfecto.” (Mateo 5:48, NTV)
¡Facilito! ¿qué quiere decir ser perfecto? Otra forma de decirlo es que seas completo, maduro en tu forma de amar, que no distingas, porque tu Padre no distingue, da SU amor, Sol, lluvia a justos e injustos. Ahora bien, esto no se trata de salvación o vida eterna, sino que da oportunidad a todos, algunos lo aprovechan y otros no.
¿En quién pensaste? sal de tu lugar, no es cierto. Quizá digas ¡no tengo enemigos! solo adversarios. No odio a nadie, ok, pues ¿con quién te cuesta convivir? ¿a quién no le hablas bien? empieza a orar por esa persona y verás como tu corazón es transformado.
Dime, si haces esto, ¿qué crees que pasaría en tu vida? Si amas a tus enemigos, entonces imagina ¿cómo amarás a tus amigos? ¿qué cambiaría en tu relación con tu esposa, tus hijos, tus padres? ¿qué hará en tu relación con los que te caen bien, con la iglesia, el grupo que amas? ¿qué muros caerían? ¿qué puentes se construirían?
Esta verdad que dijo Jesús, no hay nada que lo pueda detener ¡ama a tus enemigos! Quizá tengas más preguntas, pero se quedan de lado, pasan a segundo plano, porque no importa cuál es tu herida, dolor o situación. Cuando Jesús dijo esto, ÉL sabía todas las cosas y las sigue sabiendo, ÉL conoce a tus enemigos.
Cuando dijo esto, ÉL ya sabía tu dolor, tu rabia, tu tristeza, frustración, enojo, y aún así ¡lo dijo! Te dice a ti y a mi ¡ama a tus enemigos! Y esto es para ti y para ti y para ti.
Termino con esto:
»Por lo tanto, el reino del cielo se puede comparar a un rey que decidió poner al día las cuentas con los siervos que le habían pedido prestado dinero. En el proceso, le trajeron a uno de sus deudores que le debía millones de monedas de plata. No podía pagar, así que su amo ordenó que lo vendieran —junto con su esposa, sus hijos y todo lo que poseía— para pagar la deuda. »El hombre cayó de rodillas ante su amo y le suplicó: “Por favor, tenme paciencia y te lo pagaré todo”. Entonces el amo sintió mucha lástima por él, y lo liberó y le perdonó la deuda. »Pero cuando el hombre salió de la presencia del rey, fue a buscar a un compañero, también siervo, que le debía unos pocos miles de monedas de plata. Lo tomó del cuello y le exigió que le pagara de inmediato. »El compañero cayó de rodillas ante él y le rogó que le diera un poco más de tiempo. “Ten paciencia conmigo, y yo te pagaré”, le suplicó. Pero el acreedor no estaba dispuesto a esperar. Hizo arrestar al hombre y lo puso en prisión hasta que pagara toda la deuda. »Cuando algunos de los otros siervos vieron eso, se disgustaron mucho. Fueron ante el rey y le contaron todo lo que había sucedido. Entonces el rey llamó al hombre al que había perdonado y le dijo: “¡Siervo malvado! Te perdoné esa tremenda deuda porque me lo rogaste. ¿No deberías haber tenido compasión de tu compañero así como yo tuve compasión de ti?”. Entonces el rey, enojado, envió al hombre a la prisión para que lo torturaran hasta que pagara toda la deuda. »Eso es lo que les hará mi Padre celestial a ustedes si se niegan a perdonar de corazón a sus hermanos.” (Mateo 18:23–35, NTV)
Palabra de Dios
Oremos
Related Media
See more
Related Sermons
See more