El Pacto de Obras.

Introducción

La forma más idónea para entender las escrituras es considerándola como una unidad y no segmentadamente. Aunque la biblia tiene muchos libros y diferentes estilos literarios. La forma en que podemos ver como la biblia se conforma como una unidad es por medio de “los Pactos” porque la relación que Dios ha establecido con su pueblo es completamente pactual.

Pacto de Redención, Intertrinitario.

Pacto de Obras

Adán

Noé

Abraham

Israel - Pacto Sinaítico

David.

Pacto de Gracia.

Pacto de Obras

Cuando Adán y Eva fueron creados, ellos quedaron sujetos a una relación moral con Dios (Su Creador). Poseían la obligación de obedecer a Dios sin ninguna pretensión de recompensa o bendición por tal obediencia. Sin embargo; Dios en su amor y gracia de forma voluntaria entró en una relación de pacto con sus criaturas en el que añadió promesas de bendición a su ley. No fue un pacto en igualdad de condiciones, sino uno que dependía de la iniciativa divina.

Ese pacto original con Adán fue un pacto de obras. En ese pacto Dios exigía obediencia perfecta a cambio de la vida eterna, pero amenazó con muerte eterna en caso de que ellos desobedecieran.

Génesis 2:16–17 “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.”

Ningún ser humano desde Adán hasta el presente puede evitar ser miembro de ese pacto. Las personas podrían negarse a obedecer o incluso a admitir la presencia de ese pacto, pero lo que no pueden hacer es escapar de ese pacto de manera que todos los seres humanos se encuentran en una relación de pacto con Dios por medio de Adán. }

Romanos 5:12 “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.”

El pacto de obras es el fundamento de nuestra necesidad de redención (porque lo hemos quebrantado) y nuestra esperanza de redención es Cristo porque él ha cumplido el pacto de obras a la perfección.

Un solo pecado es suficiente para violar el pacto de obras y convertirnos en deudores que no pueden pagar su propia deuda delante de Dios. Que tengamos, incluso después de un solo pecado, alguna esperanza de redención se debe a la gracia de Dios.

La recompensa de parte de Dios en el cielo son también actos de gracia. Ellas son la culminación de sus dones de gracia. Si Adán hubiera sido obediente al pacto de obras, solo habría logrado el merito que obtiene debido al cumplimiento de pacto con Dios. Como Adán cayó en pecado, Dios, en su misericordia, añadió un nuevo pacto de gracia por el cual la salvación es posible y real.

Solo un ser humano ha guardado el pacto de obras. Esa persona es Jesús. Su obra como el segundo Adán satisfizo todos los términos de nuestro pacto original con Dios. Su mérito al cumplirlo está disponible para todos aquellos que ponen su confianza en Él.

Jesús es la primera persona en entrar al cielo por sus obras. Nosotros también entramos en el cielos por las obras “De Cristo”. Ellas vienen a ser nuestras cuando ponemos nuestra de en Jesús, entonces; Dios acredita las buenas obras de Cristo a nuestra cuenta. En consecuencia, por gracia cumplimos los términos que se estipulan el pacto de Obras.