La razón de las bienaventuranzas

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Durante el estudio de Mateo 5 podemos darnos cuenta que Jesús tuvo en mente a un grupo en particular: sus discípulos. ¿estamos refiriéndonos a los doce? No. Realmente podemos ver en las Escrituras personas que también seguían a Jesús, como en el caso de María Magdalena o el hombre que echaba fuera demonios en el nombre de Jesús (Marcos 9:38-40).
Ahora bien, las bienaventuranzas tienen similitud a el fruto del Espíritu Santo de Gálatas 5:22-23 ¿en qué sentido? en que el discípulo de Jesús no puede ser pobre de espíritu y no ser misericordioso, o limpio de corazón sin ser un pacificador.
Después de que Jesús enseña las bienaventuranzas procede a dar el siguiente mensaje.

¶13 Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres.

¶14 Vosotros sois la luz del mundo. Una ciudad situada sobre un monte no se puede ocultar;

15 ni se enciende una lámpara y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa.

16 Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.

Para entender porqué Jesús prosigue con estas palabras, debemos entender que bienaventurado significa bendecido (μακάριος, makarios). De hecho, cada bienaventuranza tiene una cláusula un “porque” una razón, y Jesús lo deja muy en claro en los versículos 13 al 16.
Porque somos la sal de la tierra y la luz del mundo. “Sois” se encuentra en imperativo, quiere decir que es un mandato. No es algo que llegará a suceder; no es algo a lo que pueden soñar a ser, no. El discípulo de Cristo ya lo es desde el momento en que decidió seguir al Maestro.
Ahora, hablemos de algunas características de la sal
La sal como símbolo de vida.
a. Era valiosa en los tiempos de Jesús. La sal llegó a ser tan valiosa como el hierro, el oro y el trigo. De hecho se le llegaba a pagar a los soldados romanos con sal.
b. La sal da sazón. Recordemos que Dios quería que Israel fuese el instrumento por el cual las demás naciones le glorificaran. (Éxodo 19:6)
c. La sal preserva los alimentos. Es por nosotros que Dios retiene el día del Juicio.
Jesús al otorgarnos este título, nos hace ver las cualidades que alguien bienaventurado posee, pero también nos hace saber que la sal puede perder estas tres cualidades.
La sal como símbolo de muerte.
Esterilidad. La sal era usada en tiempos de guerra para eliminar la fertilidad de los campos y estos a su vez volverlos inhabitables. (Jueces 9:45)
Desobediencia. (Deuteronomio 29:23 aunque para comprender el contexto se debe leer del 16 al 28).
También dijo Jesús que somos la luz del mundo. Jesús mismo se otorgó este título en Juan 8:12 y Juan 9:5 y ahora nos lo delega a nosotros.
Ambos títulos debemos tenerlos en alta estima ya que en los tiempos de Jesús, un judío no era valioso de hecho eran molestos ante los romanos. Y aún entre los judios, existían rabinos que se atribuían el titulo de ser la luz.
4. Tenemos influencia en los demás. Las bendiciones anteriores no son para nuestro deleite personal. No podemos ir por la vida honrando de labios al Señor mientras nuestro corazón está lejos de Él.
¿A cuántos no hemos dañado con nuestro testimonio que prefieren no saber de Jesús? O somos muy legalistas lanzando versículos a diestra y siniestra o somos muy liberales haciendo del cristianismo un símbolo atado a nuestro cuello.
¿Cuántas personas conocemos que no logran ver una diferencia clara entre un cristiano y un inconverso en nuestra vida? Jesús bien advirtió que sería echada fuera y pisoteada por los hombres.
Aclaro, este punto no se trata de si entonces puede perder la salvación un seguidor de Jesús. Ser echado fuera equivale a lo que sucedió en 1Corintios 5:5 . No solo somos motivo de burla para el hombre, deshonramos a quien nos dio en primera instancia valor.
Tampoco podemos ser nacidos de nuevo y esconderlo para evitar problemas ¿Entonces la última bienaventuranza es en vano? Tu luz, la luz de Cristo tiene una sola razón de ser:

Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,

20 enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado; y he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundob.

Somos bienaventurados para guiar a otros a Cristo. Constantemente nuestras acciones son vistas, queramos o no y Jesús espera que estas glorifiquen al Señor.
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