Siendo parte del equipo de Jesús

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Hechos de los Apóstoles 13:1–3 NTV
Entre los profetas y maestros de la iglesia de Antioquía de Siria se encontraban Bernabé, Simeón (llamado «el Negro»), Lucio (de Cirene), Manaén (compañero de infancia del rey Herodes Antipas) y Saulo. Cierto día, mientras estos hombres adoraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: «Consagren a Bernabé y a Saulo para el trabajo especial al cual los he llamado». Así que, después de pasar más tiempo en ayuno y oración, les impusieron las manos y los enviaron.

INTRO

Los que iban creyendo en el Señor, no se convertían en asistentes a una iglesia o las reuniones, sino que, se insertaban en un movimiento del Espíritu para llevar adelante la obra del Señor.
La iglesia que estaba en Antioquía llegó a ser entonces la base de operaciones del ministerio de Saulo. Jerusalén seguía siendo la iglesia madre, pero la iglesia misionera era Antioquía.

Ministerios extraordinarios / personas comunes

En poco tiempo vemos el avance de la obra del Señor y el desarrollo de la iglesia. En la joven iglesia de Antioquía vemos que ya había una estructura ministerial y orgánica importante.
Hechos de los Apóstoles 13:1 NTV
Entre los profetas y maestros de la iglesia de Antioquía de Siria se encontraban Bernabé, Simeón (llamado «el Negro»), Lucio (de Cirene), Manaén (compañero de infancia del rey Herodes Antipas) y Saulo.
Es interesante que las personas que formaban este equipo ministerial en la iglesia de Antioquía, eran personas comunes y corrientes, con ocupaciones, familia, etc.
Por ejemplo, ahí menciona a Manaén, compañero de la infancia de Herodes Antipas.
Puede haber sido aquel funcionario de Herodes, a cuyo hijo moribundo nuestro Señor sanó (Juan 4:46), pertenecía al establecimiento de Herodes, y también el marido de Susana (Lucas 8:3) era su procurador, el que su hermanastro llegase a ser cristiano y profeta, es cosa notable.
No sabemos si con exactitud es el mismo, o si son tres personas diferentes, pero lo que sí sabemos es que Manaén llegó a ser profeta o maestro en la iglesia de Antioquía.
Evidentemente, tanto Manaén como los que son mencionados en este equipo de trabajo, fueron dotados por el Espíritu Santo para hacer la obra del Señor.
Efesios 4:8 NVI
Por esto dice: «Cuando ascendió a lo alto, se llevó consigo a los cautivos y dio dones a los hombres.»
Efesios 4:11–12 NVI
Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.

Consagración

Hechos de los Apóstoles 13:2 NTV
Cierto día, mientras estos hombres adoraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: «Consagren a Bernabé y a Saulo para el trabajo especial al cual los he llamado».
Para conocer a fondo el término que ahora nos ocupa es necesario proceder a descubrir su origen etimológico. En este caso, podemos exponer que se trata de una palabra que deriva del latín, exactamente es fruto de la suma de varios componentes de dicha lengua:
-El prefijo “con-”, que puede traducirse como “junto”.
-El adjetivo “sacro”, que es sinónimo de “sagrado”.
-La terminación “-are”, que se usa para indicar el infinitivo de un verbo.
-El sufijo “-cion”, que emplea para establecer “acción y efecto”.
Este verbo, por su parte, refiere a hacer que algo o alguien se vuelva sagrado o que alcance una posición de privilegio por sus logros.
Santo y sagrado, son dos términos que van de la mano. Las dos significan apartado para Dios.
Lo primero que quiero destacar es que este equipo de trabajo, junto a toda la iglesia, estaba adorando y ayunando, en medio de una reunión, un culto. El ayuno y la oración son esenciales para toda la obra que el Señor nos ha encomendado.
Lo otro que quiero destacar es la participación del Espíritu Santo en la toma de decisiones de la iglesia.
Con frecuencia en Hechos, el Espíritu Santo dio instrucciones a los líderes establecidos por Dios.
Hechos de los Apóstoles 8:29 NVI
El Espíritu le dijo a Felipe: «Acércate y júntate a ese carro.»
Hechos de los Apóstoles 10:19 NVI
Mientras Pedro seguía reflexionando sobre el significado de la visión, el Espíritu le dijo: «Mira, Simón, tres hombres te buscan.
La obra que les había comisionado el Espíritu, y para la cual habían sido consagrados, era predicar el evangelio entre los gentiles.

Envío

Hechos de los Apóstoles 13:3 NTV
Así que, después de pasar más tiempo en ayuno y oración, les impusieron las manos y los enviaron.
Los dirigentes de la iglesia impusieron las manos a Bernabé y a Saulo y los despidieron. Este acto identificó a la iglesia con el ministerio que realizarían, así como con el reconocimiento de que Dios los dirigía (cf. la autoidentificación de Ananías con Saulo al imponerle las manos, 9:17). Dos de los más selectos líderes fueron enviados en esa primera misión.
Juan 20:21 NVI
—¡La paz sea con ustedes!—repitió Jesús—. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.
Lucas 9:2 NVI
Entonces los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.
Marcos 3:14 RVR60
Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar,

CONCLUSIÓN:

Romanos 10:14–15 NTV
¿Pero cómo pueden ellos invocarlo para que los salve si no creen en él? ¿Y cómo pueden creer en él si nunca han oído de él? ¿Y cómo pueden oír de él a menos que alguien se lo diga? ¿Y cómo irá alguien a contarles sin ser enviado? Por eso, las Escrituras dicen: «¡Qué hermosos son los pies de los mensajeros que traen buenas noticias!».
Todos hemos estado en algún tipo de equipo. Hay equipos para proyectos en la escuela que son llamados grupos de trabajo, equipos deportivos, equipos militares llamados unidades, equipos universitarios llamados clubes, equipos de trabajo llamados departamentos, equipos políticos llamados partidos, y equipos cristianos llamados ministerios.
En Hechos 13:1-3 leemos acerca de un equipo de predicación increíble: un grupo multirracial que consistía en cinco maestros bíblicos ungidos que incluían a Bernabé el animador y Pablo el apóstol.
¿Qué hace Dios? El Espíritu Santo da una revelación a los líderes de la iglesia de que los dos predicadores más conocidos, Bernabé y Saulo (o Pablo), deben ser enviados a ejercer el ministerio en otra parte. En lugar de tener cinco predicadores increíbles en una iglesia, el Espíritu Santo quería esparcirlos entre varias iglesias.
¿Cuáles crees que son tus dones? ¿Estarías dispuesto a ponerte al servicio del Señor y su obra?
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