Consejo y Oración para hoy

30 de mayo

Zacarías 14:8 RVR60

Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno.

Uno de los resultados del reinado de Cristo en nuestras vidas es el fluir abundante de su agua viva desde el interior de nuestro ser, aguas que son producto de la llenura del Espíritu Santo que vive en el creyente en Cristo.

Juan 7:38 RVR60

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

El pueblo de Dios necesita para su sustento espiritual un constante fluir de la gracia de Dios en todo tiempo.

Solo la presencia del Espíritu de Dios puede garantizar ese sustento en la cantidad y calidad que requiere cada cristiano para cada día.

Jesús confirmó la promesa dada a los profetas: Isaías, Jeremías, Joel y Zacarías, estando él en Jerusalem, que Dios derramaría de su Espíritu sobre todo su pueblo.

El es la roca de la cual fluye esa agua viva, es a través de nuestra fe puesta en él que Dios hace habitar en nosotros su Espíritu.

Que Jesús sea mi único Señor me da la garantía de poder experimentar el fluir abundante de los recursos que Dios provee para fortalecer mi vida y disfrutar de su bendición en todo tiempo.

El Espíritu Santo es el agua que refresca y renueva mi vida, su presencia y acción en mí es lo que mas debo desear hoy.

En tiempo de abundancia y escasez, Dios me asegura proveer lo que yo necesito, mi vida rendida a él es mi ofrenda de gratitud por su provisión.

Buscar las aguas vivas del Espíritu mediante mi comunión con Dios.

Oremos,

Padre confío en tu promesa de proveer siempre aguas vivas para mi vida. Aguas que traen sustento y salud.

Gracias porque ahora bajo el cumplimiento de tu promesa en mi, tu río fluye para nuestra salvación y prosperidad.

Quiero gozar cada día de mi vida de esa abundante corriente de gracia y poder fluyendo a través de mi.

Oro por los que se acercan a tus aguas con sed, con dolor, con angustia, con hambre, con temor, haz fluir de tu Espíritu a través de ellos, con la fe puesta en Jesús como Salvador.

En en el nombre de Jesús, amén.

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