Una vida de victoria en Cristo
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· 8 viewsA pesar de la rebelión de Israel como nación. Dios haría distinción entre justos y pecadores para retribuirlos.
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Una vida de victoria en Cristo
Una vida de victoria en Cristo
Isaías 3:1–5
1 Porque he aquí que el Señor Jehová de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y al fuerte, todo sustento de pan y todo socorro de agua; 2 el valiente y el hombre de guerra, el juez y el profeta, el adivino y el anciano; 3 el capitán de cincuenta y el hombre de respeto, el consejero, el artífice excelente y el hábil orador. 4 Y les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores. 5 Y el pueblo se hará violencia unos a otros, cada cual contra su vecino; el joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble.
Isaías 3:10–11
10 Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos. 11 ¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado.”
Introducción
Introducción
El profeta Isaías presenta un mensaje de advertencia y juicio al pueblo de Dios, pues se habían apartado de su Palabra y se conducían en una aparentemente vida piadosa cumpliendo con los ritos, las fiestas y algunas ordenanzas, pero amaban el pecado y las costumbres paganas.
Dios aborrecía esta conducta hipócrita
Isaías 1:13 “No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes.”
Por lo tanto, les hace la invitación al arrepentimiento
Isaías 1:18 “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.”
Durante el transcurso del libro, el pueblo de Dios ignora la invitación amorosa de Dios, creyendo erroneamente que no estaban obrando mal. Por tal razón Dios decreta juicio por el pecado.
Corrupción
Corrupción
La corrupción es un cáncer que mata la santidad y el temor a Dios.
Los pueblos se destruyen por la codicia y ambición, un pecado que cometió Israel.
Ya no había justicia, los líderes del pueblo se vendían por dinero o poder.
Por tal razón Dios dice que quitará de ellos los buenos líderes: Isaías 3:1-3 “Porque he aquí que el Señor Jehová de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y al fuerte, todo sustento de pan y todo socorro de agua; el valiente y el hombre de guerra, el juez y el profeta, el adivino y el anciano; el capitán de cincuenta y el hombre de respeto, el consejero, el artífice excelente y el hábil orador.”
En lugar de ellos pondría gente inexperta por sus líderes: Isaías 3:4-5 “Y les pondré jóvenes por príncipes, y muchachos serán sus señores. Y el pueblo se hará violencia unos a otros, cada cual contra su vecino; el joven se levantará contra el anciano, y el villano contra el noble.”
Las personas honestas y sabias ya no ejercerían liderazgo en el pueblo porque la corrupción los contaminó.
Esto traería como resultado violencia, inconformidad, injusticia y pobreza.
Situación que se vive hoy en día.
Corrección de Dios
Corrección de Dios
Durante casi 1000 años Dios fue paciente con su pueblo, tenían sus alti-bajos. Gozaron de tiempos de muy buena relación con Dios pero volvían al pecado.
Por tal razón Dios determinó disciplinarlos.
Isaías 3:11 “¡Ay del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le será pagado.”
Isaías 3:24-25 “Y en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; y cuerda en lugar de cinturón, y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, y quemadura en vez de hermosura. Tus varones caerán a espada, y tu fuerza en la guerra.”
Esta profecía revela que vivían en prosperidad y comodidad, de tal manera que no se daban cuenta que estaban ofendiendo a Dios con su indiferencia y soberbia.
Dios cambiaría su libertad en esclavitud, en lugar de vestir como gente distinguida sería vestidos como esclavos. Las mujeres que presumían sus lindas cabelleras serían rapadas y humilladas.
El pueblo de Dios sería castigado como nación, siendo todos los habitantes de Jerusalén afectados por la vara correctora de Dios.
Dios había determinado que serían esclavos y llevados a una tierra extranjera.
Los justos
Los justos
Hay una palabra de esperanza para el remanente que se mantuvo fiel a Dios. Isaías 3:10 “Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos.”
Esta gente vivía en una sociedad corrupta, mundana y pecadora, pero aun tenían temor de Dios y se conducían en las ordenanzas de su ley.
Aun cuando ellos serian afectados por las consecuencias del pecado de su pueblo. Dios hace la promesa de guardarlos, prosperarlos y bendecirlos en medio de la calamidad.
No es que fueran librados de la esclavitud, serían llevados cautivos también, pero en todo momento Dios permite que todo les saldrá bien.
Un ejemplo de esta promesa fue Daniel y sus amigos: Daniel 1:17-20 “A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños. Pasados, pues, los días al fin de los cuales había dicho el rey que los trajesen, el jefe de los eunucos los trajo delante de Nabucodonosor. Y el rey habló con ellos, y no fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías, Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante del rey. En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino.”
Estos muchachos en todo momento honraron a Dios, sin importar las amenazas . Fue tal la honra que ellos llegaron a ser más grandes en el cautiverio que en su libertad.
Conclusión
Conclusión
Vivimos en un sociedad contaminada de corrupción y pecado, que constantemente nos invita a amoldarnos a sus prácticas y costumbres. La Biblia nos advierte: Romanos 12:2 “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Es fácil desviarnos de la verdad, pues luchamos contra Satanás y sustentaciones, contra el mundo y sus atractivos, y contra la carnes y sus malos deseos. Pero si nos aferramos a Dios, Él promete darnos la victoria: Romanos 8:37 “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”
Si deseamos que nos valla bien en todo, seamos fieles a Dios, obedientes a su Palabra, no dejemos de perseverar, pues aún en el fracaso tendremos éxito, en el dolor consuelo y esperanza, en las luchas nuevas fuerzas, en todo momento veremos la mano de Dios.
Vale la pena serle fiel a Dios, aunque padecemos por la maldad y corrupción que hay en el mundo, estamos en las manos de Dios y sabemos que todo lo que Él permite que nos pase es para bien. Isaías 3:10 “Decid al justo que le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos.”