La humillación de Dagón

1º Samuel 5:1–6

“1Cuando los filisteos capturaron el arca de Dios, la llevaron desde Eben-ezer a Asdod. 2Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón. 3Y cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová; y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar. 4Y volviéndose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco solamente. 5Por esta causa los sacerdotes de Dagón y todos los que entran en el templo de Dagón no pisan el umbral de Dagón en Asdod, hasta hoy. 6Y se agravó la mano de Jehová sobre los de Asdod, y los destruyó y los hirió con tumores en Asdod y en todo su territorio.”

Introducción

La derrota de Israel en manos de los filisteos vino a ser un golpe moral y anímico muy duro.

Se dieron cuenta de su arrogancia y de su pecado al creer que podían manipular el arca del pacto como un amuleto o talismán para lograr sus propósitos.

La Palabra profética de Dios se cumplió con la muerte de los dos sacerdotes hijos de Elí el mismo día.

Pero el pueblo estaba dolido, desanimado y triste porque el arca del pacto ahora estaba en manos de los filisteos.

Ellos no tenían el ánimo ni las fuerzas para recuperarla, pero Dios no necesita que lo defendamos, Él es poderoso para derrotar a sus enemigos. Dios trató personalmente con los filisteos.

La humillación de dagón

1 Samuel 5:2 “Y tomaron los filisteos el arca de Dios, y la metieron en la casa de Dagón, y la pusieron junto a Dagón.”

Era costumbre que los éxitos de sus batallas los atribuyeran a sus dioses.

Ahora los filisteos llevan el arca del pacto como una ofrenda o un trofeo a su dios Dagón en el territorio de Asdod donde estaba el templo.

Pensaban que Dagón era más poderos que Jehová de los ejércitos, pero quedarían sumamente decepcionados y avergonzados.

1 Samuel 5:3 “Y cuando al siguiente día los de Asdod se levantaron de mañana, he aquí Dagón postrado en tierra delante del arca de Jehová; y tomaron a Dagón y lo volvieron a su lugar.”

Los filisteos encontraron a la imagen de su dios Dagón postrada en tierra ante el arca de Jehová.

Ellos quisieron creer que fue una casualidad, un accidente, no quisieron creer ni aceptar la realidad de que Jehová estaba humillado a su dios.

Por tal razón lo volvieron a levantar frente al arca del pacto.

1 Samuel 5:4 “Y volviéndose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco solamente.”

Nuevamente su dios amanece postrado ante el arca, pero ahora con la cabeza y las manos cortadas.

Dagón era la figura de un hombre con cola de pescado de la cintura para abajo y con las manos levantadas.

Los ídolos regularmente eran bien hechos, utilizaban oro, bronce, piedra o madera, pero principalmente oro. Era muy improbable que cayera y mucho menos que se rompiera con una caída.

Por tal razón los filisteos comprendieron que esta humillación venía de parte del Dios de Israel.

Así que decidieron sacar el arca del pacto del templo de Dagón.

La plaga

Ante esta manifestación, los filisteos no se humillaron, y aunque sabían que la destrucción de su dios venia de parte de Jehová, no quisieron reconocerlo. Por tanto la mano de Dios vino sobre ellos con plaga.

1 Samuel 5:6 “Y se agravó la mano de Jehová sobre los de Asdod, y los destruyó y los hirió con tumores en Asdod y en todo su territorio.”

Se cree que esta plaga fue la peste bubónica, una enfermedad que inflama los ganglios linfáticos, en la ingle las axilas y el cuello, produciendo bultos infecciosos.

Esta enfermedad regularmente es transmitida por las pulgas de las ratas. De ahí que los filisteos ofrecieron tumores y ratones de oro como ofrenda. (1 Samuel 6:5)

La gente de Asdod rechazó el arca, la enviaron a Gat (ciudad de Goliat), donde también vino la plaga sobre ellos.

1 Samuel 5:7-9 “Y viendo esto los de Asdod, dijeron: No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros y sobre nuestro dios Dagón. Convocaron, pues, a todos los príncipes de los filisteos, y les dijeron: ¿Qué haremos del arca del Dios de Israel? Y ellos respondieron: Pásese el arca del Dios de Israel a Gat. Y pasaron allá el arca del Dios de Israel. Y aconteció que cuando la habían pasado, la mano de Jehová estuvo contra la ciudad con gran quebrantamiento, y afligió a los hombres de aquella ciudad desde el chico hasta el grande, y se llenaron de tumores.”

Los filisteos sabían que esta desgracia venía sobre ellos por haber robado el arca del pacto pero se resistían a humillarse ante Dios y devolverla. Todo por orgullo.

Así sucede hoy día y sucederá en la gran tribulación (las copas de la ira de Dios): Apocalipsis 16:9 “Y los hombres se quemaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene poder sobre estas plagas, y no se arrepintieron para darle gloria.”

La solución

Cuando los de Gat rechazaron el arca, la enviaron a Ecrón, pero ellos no quisieron aceptarla. (v.10-12)

Siete meses estuvo el arca del pacto en Filistea, y durante todo este tiempo sufrían por su terquedad y orgullo.

Entonces se reunieron los cinco príncipes, convocaron a los adivinos para que los aconsejara y tomaran una decisión.

1 Samuel 6:3 “Ellos dijeron: Si enviáis el arca del Dios de Israel, no la enviéis vacía, sino pagadle la expiación; entonces seréis sanos, y conoceréis por qué no se apartó de vosotros su mano.”

1 Samuel 6:5-9 “Haréis, pues, figuras de vuestros tumores, y de vuestros ratones que destruyen la tierra, y daréis gloria al Dios de Israel; quizá aliviará su mano de sobre vosotros y de sobre vuestros dioses, y de sobre vuestra tierra. ¿Por qué endurecéis vuestro corazón, como los egipcios y Faraón endurecieron su corazón? Después que los había tratado así, ¿no los dejaron ir, y se fueron? Haced, pues, ahora un carro nuevo, y tomad luego dos vacas que críen, a las cuales no haya sido puesto yugo, y uncid las vacas al carro, y haced volver sus becerros de detrás de ellas a casa. Tomaréis luego el arca de Jehová, y la pondréis sobre el carro, y las joyas de oro que le habéis de pagar en ofrenda por la culpa, las pondréis en una caja al lado de ella; y la dejaréis que se vaya. Y observaréis; si sube por el camino de su tierra a Bet-semes, Él nos ha hecho este mal tan grande; y si no, sabremos que no es su mano la que nos ha herido, sino que esto ocurrió por accidente.”

Es interesante que los adivinos paganos reconocían el gran poder de Dios, y que gozaban de inteligencia y sabiduría para tomar buenas desiciones. Pero aún así, no reconocían a Jehová como su Dios.

Aconsejaron a los príncipes tragarse su orgullo y devolver el arca del pacto, pues al hacerlo, reconocerían que Jehová era más poderoso que sus dioses.

Les aconsejan presentar una ofrenda en oro por cada príncipe.

Les aconsejan no tocar el arca sino ponerla en una carreta nueva, jalada por vacas que nunca habían usado yugo y que tuvieran cría de becerro.

Si las vacas regresaban por sus crías, significaba que esta desgracia que sufrieron fue casualidad, de lo contrario vino de parte de Dios.

Los filisteos hicieron así, y fueron librados de la mano de Jehová.

Conclusión

Los israelitas recuperaron el arca, pero algunos curiosos fueron a ver dentro del arca (algo prohibido por Dios) por lo cual murieron 70 hombres. 1 Samuel 6:19 “Entonces Dios hizo morir a los hombres de Bet-semes, porque habían mirado dentro del arca de Jehová; hizo morir del pueblo a cincuenta mil setenta hombres. Y lloró el pueblo, porque Jehová lo había herido con tan gran mortandad.”

Esto enseña que las leyes de Dios no pueden pasarse por alto, deben obedecerse para no ser víctimas de nuestra desobediencia.

Concluimos meditando en la actitud de los filisteos, tuvieron la oportunidad de humillarse ante Jehová Dios de Israel y reconocerlo como su Dios, y ser redimidos como Rahab la ramera o Rut la moabita, pero su orgulloso corazón prefirió seguir en los caminos paganos, adorando a imágenes.

Dios fue paciente con ellos pero al final los destruyó.

Amos 1:8 “Y destruiré a los moradores de Asdod, y a los gobernadores de Ascalón; y volveré mi mano contra Ecrón, y el resto de los filisteos perecerá, ha dicho Jehová el Señor.”

De este evento a la destrucción de los filisteos pasaron 550 años aproximadamente.

Esta es una advertencia para nosotros, no es suficiente con reconocer a Dios como el creador de todo, que es poderosos y temible. Es necesario humillarse ante Él y obedecer sus estatutos, para que seamos librados de la condenación eterna.