Amarás a Dios Sobre Todas Las Cosas
Amarás a Dios Sobre Todas Las Cosas
Marcos 12:30
Amar a Dios sobre todas las cosas se ha vuelto, para algunos cristianos, como un dicho más de las costumbres de los hombres. Cuan difícil es para algunos cristianos amar a Dios primero sobre todas las cosas que existen y lo que nos rodea. ¿Qué es lo que está incluido en amar a Dios con todo el corazón, alma, mente y fuerzas, y cuando puede decir que lo hace?
Amar a Dios con todo el corazón es cuando obedecemos de todo corazón la doctrina a la que hemos sido entregados (Romanos 6:17) y cuando de corazón sincero, tememos a Dios (Colosenses 3:22). Es cuando aseguramos nuestros corazones delante de nuestro Dios. Otra versión dice: "tenemos nuestros corazones certificados delante de Dios". Los cristianos en lo particular debemos tener nuestros corazones asegurados delante de Dios. Entonces, amar a Dios de corazón es estar preparados para abandonar, hacer o sufrir cualquier cosa a fin de agradar a Dios.
Amar a Dios con todo el alma es sufrir por el evangelio ante cualquier circunstancia (Mateo 10:39; Marcos 8:35). Amar a Dios con toda mi alma es negarse a si mismo y llevar la cruz todos nuestros días. Otras versiones dicen: "Si alguien quiere venir en pos de mí, repúdiese a si mismo", "si alguien quiere venir conmigo tome su madero de tormento día tras día y sígame" (Lucas 14:26,33). Amar a Dios con todo el alma es ponerlo en el primer lugar, antes que la familia y todo lo que posee. Otra versión dice: "Si alguien viene a mi y no odia a su familia, no puede ser mi discípulo". En Hechos 20:22-24, Pablo, en realidad, no amaba su vida para si mismo. El valoraba su vida no para él, sino para Cristo. Amar a Dios con toda tu alma es mas bien si estás pronto a dar tu vida por Cristo, a sufrir toda suerte de tormento y hacerte privar de toda clase de comodidades.
Amar a Dios con toda tu mente es no olvidarnos de guardar todos los mandamientos de la ley de nuestro Señor Jesucristo (Proverbios 3:1). Amar a Dios con toda nuestra mente es meditar siempre en su palabra y resumirlas siempre en nuestras mentes (Salmos 119:97).
Otra versión dice: "!Como amo tu ley, si! Todo el día ella es mi interés interno”. Amar a Dios es que te apliques solamente a conocerle y hacer su santa voluntad.
Amar a Dios con todas tus fuerzas es mantenerte en la calamidad de esta vida sin desmayar (1 Corintios 4:11-13). Los apóstoles sufrían hambre y sed, al ocuparse en sus predicaciones con escasez de alimentos. Los apóstoles tenían escasez de ropa, es decir, que andaban mal vestidos por la falta de dinero. Posiblemente por esta causa, muchas veces, ellos eran maltratados (Romanos 8:35). Amar a Dios con todas las fuerzas indica que ninguna cosa de esta vida nos separará del amor de Cristo. Amar a Dios con todas las fuerzas implica entregar cuerpo y alma al servicio de Dios; no estimes trabajo, ni costo, si sacrificas tu tiempo, cuerpo y salud si viene por amor a Dios.
Espero que nosotros no utilicemos la frase "amar a Dios sobre todas las cosas" sólo porque nos sale de nuestros labios. Amar a Dios sobre todas las cosas no se dice, sino que se demuestra. Angel Lagos