Instrumentos Musicales en la Adoracion
¿Por qué No Usamos Instrumentos Mecánicos en la Iglesia de Cristo?
El Nuevo Testamento habla muy claramente sobre la música que Dios quiere que se rinda en el culto de la iglesia. Dios quiere que se le cante salmos, himnos y cánticos espirituales. Hay dos clases de música: Hay la vocal que se hace con la voz humana y la instrumental que se hace con instrumentos mecánicos.
La vocal es capaz de enseñar, exhortar y alabar, porque se expresa en palabras (palabras cantadas). Pero la música instrumental no puede hacer esto. No habla, ni formula palabras. Hace sonidos nada más. Lo que Dios pide de su iglesia es fruto de labios que confiesen su nombre (Lea Hebreos 13:15).
La música que Dios pide tiene que venir del corazón; por eso, pide la música vocal y la instrumental no tiene corazón. Colosenses 3:16 dice: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.”
Todo texto en el Nuevo Testamento cuando se refiere a la música, dice cantar. Obviamente, esto es lo que Dios quiere. En esta lección, consideraremos los argumentos principales que los religiosos hacen a favor de los instrumentos en el culto. Veamos si tienen fundamento o aprobación bíblica.
1. Los Instrumentos de David –2 Crónicas 29:25-28
Este es un argumento favorito a favor del uso de instrumentos de música en el culto de la “Iglesia” y es que David los usaba. Bien es cierto que en primera y segunda de Crónicas hay varios pasajes que hablan de David y su introducción de instrumentos para adoración a Dios. Pero la falacia de este argumento consiste en que la persona está buscando autorización en una ley ya quitada por Cristo en la cruz. David hacia muchas cosas; por ejemplo, guardaba el sábado, diezmaba, ofrecía sacrificios de animales y tenía muchas esposas y concubinas. ¿Es David nuestro ejemplo y autorización para estas prácticas también? La Biblia dice que los que tratan de justificarse por la ley de Moisés, de la gracia de Cristo han caído (Gálatas 5:4; 3:10).
2. El Argumento Basado en Los Salmos 150:1-6.
Este es otro argumento popular que está bien usar pianos y órganos y otros instrumentos en el culto de la “iglesia” porque en el libro de los Salmos se dice que alabemos al Señor con tales cosas.
Algunos predicadores afirman que el libro de los Salmos es parte del Nuevo Testamento. Estos no reconocen que Cristo quitó la ley de Moisés y por eso de nada vale buscar autorización para nuestra práctica en el Antiguo o Viejo Testamento. Pero insisten en que está bien buscar autorización en los Salmos. Este argumento es falso porque los Salmos son parte del Antiguo, o sea, de la ley de Moisés, y los cristianos no estamos bajo esa ley. Cristo mismo afirmó que los Salmos pertenecen a la ley de Moisés. En Juan 10:34 dijo Cristo: “¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?” Este pasaje se encuentra en los Salmos 82:6. Esto prueba que Cristo consideraba los Salmos ser parte de la ley de Moisés. Este punto se ilustra también en Juan 15:25: “Pero esto es para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.” Este pasaje que Cristo cita se encuentra en Salmos 35:19 y 69:4. Los Salmos eran parte de la ley de Moisés; y por eso, no sirven de autoridad para el culto bíblico en la iglesia de hoy.
3. El Argumento Basado en Las Profecías
Algunos tratan de justificar el uso de instrumentos mecánicos en el culto de la iglesia, diciendo que algunos Salmos lo profetizan. La verdad del caso es que las llamadas profecías son declaraciones de eventos históricos en la vida de Israel, o declaraciones personales de los autores de los Salmos. Para estar seguros de que un dado pasaje del Antiguo Testamento es profecías con cumplimiento en el Nuevo Testamento. Tenemos que tener una declaración en el Nuevo Testamento de boca de hombres inspirados de que es cumplimiento. De otra manera es pura especulaciín.
4. El Argumento del Silencio de las Escrituras
La actitud de muchos es que si alguna cosa no queda prohibida en tantas y cuantas palabras en las escrituras, entonces se puede practicar. Pero esta actitud representa un argumento fatal. Es un argumento de conveniencia y no de convicción, y el que lo hace no es consecuente.
Notemos algunos ejemplos de esto. Hay denominaciones que no bautizan niños. Si preguntamos: “¿Por qué no lo practica?” Se nos responde: “No hay autorización bíblica”. Tampoco quema incienso esa denominación. ¿Por qué no? Se nos dice lo mismo: “La Biblia no lo autoriza.” Pero esa misma denominación usa Piano y el órgano en su culto público. Y preguntamos por qué se usan, y nos viene la respuesta que la Biblia no lo prohíbe. Bueno tampoco prohíbe el bautizar niños, ni quemar incienso y tampoco autoriza tocar instrumentos mecánicos en el culto.
Amigos míos, importa mucho nuestra actitud hacia las escrituras. Tenemos que procurar siempre tener autorización bíblica para toda práctica. Veamos un ejemplo, Dios mandó a Noé a hacer de otra clase de madera. Dios fue muy especifico y así lo hizo Noé. Así es con la música en la iglesia. Dios ha especificado el cantar. No ha prohibido la música instrumental ¿Qué haremos? Haremos lo que Dios dice en su palabra. En este caso cantaremos. —Ramón Villatoro