HAY LUGAR EN LA MESA DEL REY
COMPARTIENDO LA MESA • Sermon • Submitted • Presented
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1 Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?2 Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo. 3 El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies. 4 Entonces el rey le preguntó: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar. 5 Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. 6 Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. 7 Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.
Introducción
Introducción
Hermanos y amigos, hoy meditaremos en la historia de Mefi-boset y descubriremos cómo todos, sin importar nuestra condición, podemos tener un lugar en la mesa del Rey.
Quiero iniciar este sermón haciendo algunas preguntas con las que buscamos conectar con el tema de hoy. ¿Alguna vez se han sentido excluidos o desvalorizados, han sentido que no tienen lugar en la sociedad o que no son dignos de ser aceptados en la vida de alguien? Socialmente a menudo se establecen barreras que nos separan de los demás y nos hacen sentir indignos.
Estas barreras sociales pueden hacernos sentir excluidos y marginados, que no somos dignos de sentarnos en algún lugar privilegiado porque no somos del mismo nivel económico, porque tenemos alguna capacidad diferente, entre otras cosas. Este era el caso de un hombre llamado Mefi-boset. Mefi-boset era hijo de Jonatán y nieto del rey Saúl, huerfano desde los cinco años, y es a quien David expresa su deseo de mostrar misericordia por amor a Jonatán, su amigo. Cuando David le manda llamar se da cuenta de su condición física: era lisiado. Pero le asegura que no debe temer, le muestra misericordia devolviéndole la heredad de sus padres y le ofrece un lugar permanente en la mesa del rey.
PROPOSICIÓN.
PROPOSICIÓN.
Hoy quiero decirte a ti que estás en este lugar y que estas escuchando este mensaje, que no importa cuál sea tu condición física, económica o espiritual, no importa si no eres aceptado en la sociedad en la que vives; lo que realmente importa es que en el reino de Dios hay una invitación abierta para todos, y esa invitación dice: HAY LUGAR EN LA MESA DEL REY, eres invitado a sentarte a la mesa del Rey, hay un lugar reservado para ti.
O. TRANSICIONAL.
O. TRANSICIONAL.
Quiero que veamos cómo Mefi-boset, a pesar de su situación y condición, encontró un lugar en la mesa del rey.
I. FUE EL REY QUIEN DECIDIÓ MOSTRAR MISERICORDIA. Vv.1
I. FUE EL REY QUIEN DECIDIÓ MOSTRAR MISERICORDIA. Vv.1
1 Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?
1. Mefi-boset no tenía los recursos propios para acercarse al rey.
1. Mefi-boset no tenía los recursos propios para acercarse al rey.
a. Tenía una discapacidad física (era lisiado)
b. No tenía la mejor relación con el rey, esperaba la muerte
2. El rey busca a alguien de la casa de Saúl por amor a Jonatán
2. El rey busca a alguien de la casa de Saúl por amor a Jonatán
a. Se acordó del pacto que hizo con Jonatán. 1 Sam. 20:15
15 y no apartarás tu misericordia de mi casa para siempre. Cuando Jehová haya cortado uno por uno los enemigos de David de la tierra, no dejes que el nombre de Jonatán sea quitado de la casa de David.
3. La misericordia de Dios no conoce límites ni exclusión
3. La misericordia de Dios no conoce límites ni exclusión
La gracia y misericordia de Dios reflejan su carácter salvador. Él es quien decide mostrar su amor hacia nosotros a pesar de nuestros pecados y limitaciones.
II. FUE EL REY QUIEN LO MANDÓ LLAMAR. Vv. 2-4
II. FUE EL REY QUIEN LO MANDÓ LLAMAR. Vv. 2-4
1. Mefi-boset se siente indigno de presentarse ante el rey.
1. Mefi-boset se siente indigno de presentarse ante el rey.
8 Mefiboset se inclinó y dijo: —¿Y quién es este siervo suyo, para que Su Majestad se fije en él? ¡Si no valgo más que un perro muerto!
2. Pero el rey lo manda buscar.
2. Pero el rey lo manda buscar.
4 —¿Y dónde está? —En Lo Debar; vive en casa de Maquir hijo de Amiel.
a. Y lo encuentra en Lodebar: Simboliza la pobreza, la marginación y la limitación.
b. La gracia de Dios nos encuentra sin importar la condición en la que estemos
Este acto de generosidad y gracia por parte del rey David simboliza el amor y el favor de Dios hacia nosotros sin importar nuestra condición económica, física o espiritual.
III. EL REY LO MANDA LLAMAR PARA HACERLE BIEN.
III. EL REY LO MANDA LLAMAR PARA HACERLE BIEN.
5 Entonces el rey David mandó a buscarlo a casa de Maquir hijo de Amiel, en Lo Debar. 6 Cuando Mefiboset, que era hijo de Jonatán y nieto de Saúl, estuvo en presencia de David, se inclinó ante él rostro en tierra. —¿Tú eres Mefiboset?—le preguntó David. —A las órdenes de Su Majestad—respondió. 7 —No temas, pues en memoria de tu padre Jonatán he decidido beneficiarte. Voy a devolverte todas las tierras que pertenecían a tu abuelo Saúl, y de ahora en adelante te sentarás a mi mesa.
1. Mefi-boset se postró ante el rey David
1. Mefi-boset se postró ante el rey David
a. Reconoció su condición de enemistad con el rey David
b. Se postra ante David, mostrando reverencia y sumisión: esperaba la muerte
2. David muestra compasión y le hace bien a Mefi-boset
2. David muestra compasión y le hace bien a Mefi-boset
a. Le restaura su herencia
b. Le ofrece un lugar en la mesa del rey
3. Cuando Dios nos llama, lo hace para bendecirnos.
3. Cuando Dios nos llama, lo hace para bendecirnos.
11 Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes—afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
a. Los pensamientos de Dios son mejores que los nuestros
b. En la mesa del Rey encontramos restauración, dignidad y pertenencia
Conclusión
Conclusión
Queridos amigos, la historia de Mefi-boset nos enseña que en el reino de Dios no hay exclusión ni discriminación; no importan tus errores o debilidades, no importan tus limitaciones o cuál sea tu situación actual, HAY LUGAR EN LA MESA DEL REY y todos estamos invitados. No permitas que el mundo te haga sentir excluido. ¡Ven y siéntate a la mesa del rey! ¡Acepta su gracia y salvación querido amigo!
Hermanos, los invito que nos levantemos y traigamos a todos nuestros amigos a la mesa del Rey, donde encontrarán misericordia, el perdón de sus pecados, encontrará amor y restauración.