Privilegios y Responsabilidades

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Es un privilegio el ser llamados cristianos porque significa que somos seguidores de Cristo. La vida que nos ha dado, nos propone constantes ocupaciones que a su vez demuestran la nueva responsabilidad.

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Nuestros Privilegios. Si eres Cristiano.

Ya has sido…
—convertido (2 Corintios 5:17) De modo que si algunos esta en Cristo......
—nacido de nuevo (Juan 3:3) De Cierto te digo que el que no naciere de nuevo....
—salvado (1 Timoteo 1:15) Palabra digna, Cristo vino para salvar al mundo....
—perdonado (1 Juan 2:12) Vuestros pecados han sido perdonados por su nombre...
—reconciliado con Dios (Colosenses 1:21) Cristo nos reconcilio con el padre en la cruz..
—justificado por la fe (Romanos 5:1) Justificados por la fe, tenemos paz para con Dios.
—unido a Cristo (Juan 15:5). Yo soy la Vid, vosotros los pámpanos, sin mi nada pueden hacer
Puedes estar seguro de todos estos privilegios y bendiciones por el Espíritu Santo (Romanos 8:16); El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu que somo hijos de Dios

Nuestras Responsabilidades.

1. Contender por la fe. Judas 3.

Desde los días de los apóstoles existieron los que se perdieron de la fe, aquellos que distraídos por la corriente del mundo la abandonaron ( 2 Timoteo 4:10) y los que atrapados por el diablo se opusieron (2 Timoteo 4:14).
Las advertencias sobre los que fingen la verdad pero no son de ella abundan, especialmente en las epístolas de Juan (1 Juan 2:18–22).
La lección que los siervos del Señor nos dejaron es muy significativa en la lucha por la sana doctrina (1 Timoteo 6:12) que debemos mantener.

2. Continuar en la oración. Colosenses 4:2

Es el modo de reconocer a nuestro Padre y por la fe entrar en su presencia (Mateo 21:22).
Adora y busca su ayuda (Filipenses 4:4–7).
La oración también nos auxilia para que permanezcamos en Cristo (Juan 15:7).
En Colosenses 4:2, la oración tiene el hermoso ingrediente de la “acción de gracias”.

3. Conservar la Sana Palabra. 1 Timoteo 4:16

Fácilmente nos inclinamos por las cosas temporales renunciando a lo que hemos aprendido, pero la Escritura nos insta a mantenernos sólidamente en las enseñanzas de Cristo(Hechos 6:4; 20:28; 1 Corintios 3:10–11).
La Palabra de Dios es el contenido de la fe que profesamos, es la sustancia de la vida. Conservarla es imperioso para ser sanos en la fe (1 Timoteo 6:3–4)

CONCLUSIÓN

La satisfacción del diablo es hacernos fracasar en la vida cristiana. Quiere demostrarnos la equivocación que cometemos cuando no seguimos sus enseñanzas. Los tres componentes que proponemos para el testimonio son frecuentemente blanco de los ataques del diablo (1 Pedro 5:8), sigamos pues con firmeza los mandamientos del Señor para gozar de su triunfo.
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