La restauración del templo
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· 735 viewsEl llamado de Dios a los judíos a restaurar el templo de Jerusalén, es una figura para nosotros, de restaurar nuestra comunión con Él por sobre los afanes.
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La restauración del templo
La restauración del templo
Hageo 1:1–4
1En el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en el primer día del mes, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo: 2Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada. 3Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: 4¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?
Hageo 2:4
4Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.
Hageo 2:9
9La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.”
Introducción
Introducción
La misión profética de Hageo consistió en exhortar a los judíos a reconstruir el templo de Dios, destruido por los Babilonios.
Las profecías de Isaías y Jeremías se habían cumplido al pie de la letra, el pueblo de Judá fue llevado cautivo a Babilonia como corrección de Dios por su pecado.
Pero después de 70 años, retornaron a su tierra, por medio del decreto de Ciro el emperador de Persa.
Esdras 1:1–3 1En el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías, despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pregonar de palabra y también por escrito por todo su reino, diciendo:
2Así ha dicho Ciro rey de Persia: Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que está en Judá. 3Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en Jerusalén.”
La primer instrucción de Dios fue reconstruir su casa. (Esdras 1:2)
Descuido del pueblo
Descuido del pueblo
Aunque los judíos habían retornado a su tierra con la condición de reedificar el templo, ellos se ocuparon primero en su bienestar antes que de la casa de Dios.
Hageo 1:2 “Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.”
Es común del ser humano, pensar primero en su bienestar antes que en el de los demás, y mucho menos en las cosas de Dios.
Los judíos estaban interesados en establecerse primero, para luego pensar en reedificar el templo.
No entendían que el templo significaba la presencia de Dios en medio de ellos. Necesitaban de Su presencia para tener éxito y bienestar.
Por no comprender esto sufrían pérdida.
Hageo 1:9–11 9Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. 10Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. 11Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos.”
Es un descuido común en la iglesia, se piensa primero en el bienestar personal, nos cuesta entender que obedecer a Dios es la clave para lograr ese bienestar anhelado.
Lucas 18:29-30 “Y él les dijo: De cierto os digo, que no hay nadie que haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios, que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna.”
La paciencia de Dios
La paciencia de Dios
Hageo 2:4 “Pues ahora, Zorobabel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros, dice Jehová de los ejércitos.”
La paciencia la misericordia de Dios es manifiesta.
En lugar de disciplinarlos duramente por su descuido, los anima a poner manos a la obra, con la promesa de estar con ellos para ayudarlos.
Solo se necesita disponernos para obedecer a Dios, y Él se encarga del resto.
Puso de su Espíritu en ellos, quien los capacita para hacer la obra.
Hageo 1:14 “Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios.”
Ahora el Espíritu Santo está con nosotros para capacitar para hace la obra de Dios, solamente se necesita obedecer, disponerse y dejarse usar por el Señor.
1 Corintios 12:11 “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.”
Sentirse incapaz o temeroso es normal, no esperes sentirte confiado o seguro, lo que necesitas es obedecer y El Señor hará el resto.
La gloria postrera
La gloria postrera
2 Crónicas 2-4 Se detalla el esplendor del templo que Salomón construyó, en el capítulo 7 habla de cómo la gloria de Dios descendió en la inauguración.
500 años después el templo era desmantelado, saqueadas sus riquezas y destruido por Nabucodonosor (2 Reyes 25).
70 años después los judíos que retornaron del cautiverio reedificaron el templo, pero la gloria material no era ni la mitad que la primera. Hageo 2:3 “¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto esta casa en su gloria primera, y cómo la veis ahora? ¿No es ella como nada delante de vuestros ojos?”
Sin embargo, hay una promesa aparentemente contradictoria.
Hageo 2:9 “La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.”
Pero la profecía no se estaba refiriendo a un templo mucho más esplendido que el de Salomón, sino que se refería al Señor Jesucristo, quien vendrá a establecer su reino en medio de su pueblo.
Sin embargo, para nosotros lo importante no es lo majestuoso que pueda ser un templo, sino la presencia de Dios en medio de su pueblo.
La gloria del templo de Jerusalén fue mayor cuando el Señor Jesús hizo presente.
Cristo venía a limpiar al mundo de pecado con su precisa sangre, y no hay gloria más grande que esta, ser redimidos de la muerte y el pecado.
Conclusión
Conclusión
Ahora el templo ya no existe, fue totalmente destruido el año 70 después de Cristo.
El templo es ahora nuestro corazón: 1 Corintios 3:16 “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”
Dios nos dice hoy como le dijo al pueblo de Jerusalén: Hageo 1:4 “¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta?”
La gloria postrera es mayor que la primera porque ahora Cristo habita en nuestro corazón, podemos acercarnos confiadamente a la presencia de Dios.
La gloria postrera es mayor que la primera porque no está basada en gloria y riqueza material sino que espiritual.
Y la gloria que vendrá será aun mayor, cuando estemos en la presencia de Cristo.
¿Es tiempo de ocuparse en el bienestar de la carnes y que tu espíritu este descuidado?
Es tiempo de ocuparte de tu vida espiritual por sobre tus intereses materiales, porque si te ocupas de las cosas espirituales, entonces se verá reflejado en tu prosperidad y bienestar en espíritu, alma y cuerpo.
Mateo 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”