Alabar a Dios con el: CORAZÓN

HABLEMOS DE LA VIDA

La mayoría de las personas pasa por situaciones difíciles o sufrimientos, ya sean:

Adultos: enfermedades, falta de trabajo, problemas familiares, problemas con los hijos, la esposa/o, etc.

Jóvenes: reprobar una materia, el semestre, el año, problemas con el profesor/a, etc.

Todas estás situaciones son inevitables, pues no importante la edad o la condición social en la que nos encontremos, siempre pasaremos por ello.

Ante estas situaciones reaccionamos de dos maneras:

Preocuparnos y hacer más grande el problema en nuestra vida.

Ocuparnos y hacer que la vida sea más viable y agradable.

PENSEMOS:

¿Cómo está nuestra vida? ¿Es la vida que anhelamos tener?

¿Cómo es qué llegamos hasta donde nos encontramos? ¿Qué nos trajo hasta este punto de la vida?

¿Cómo podemos entender esto que ha ocurrido en nuestra vida o que puede ocurrirnos?

ESCUCHEMOS A DIOS

1. LA VIDA VIENE DEL CORAZÓN

Proverbios 4:23 RVR60

Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.

El corazón, voluntad, o espíritu humano es el centro ejecutivo de la vida humana. El corazón es el lugar donde se toman las decisiones de toda la persona. Esta es su función.

La volición o elección es el ejercicio de la voluntad, la capacidad de la persona para originar cosas y acontecimientos que de otro modo no existirían o sucederían.

Por tanto, la voluntad o espíritu es también, como hemos venido observando repetidamente, el corazón dentro del sistema humano: el núcleo de su ser. Esta es la razón de la enseñanza bíblica en el sentido de que el bien y el mal humanos son asuntos del corazón.

2. EL CORAZÓN PRODUCE LO BUENO Y LO MALO

Mateo 12:35 RVR60

El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas.

3. EL PROBLEMA DE NUESTRO CORAZÓN: PRODUCE LO MALO

Marcos 7:21–22 RVR60

Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez.

4. NUESTRO CORAZÓN NECESITA A DIOS

Salmo 51:10 RVR60

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.

Produce, crea, un corazón limpio.

Renueva, reconstruye.

RESPONDAMOS A DIOS