RESISTIR IMPLICA CRECER.

INTRODUCCIÓN:

La Carta de Pablo a la iglesia en Filipos, la primera iglesia fundada por el apóstol Pablo, es una de las cartas escritas desde la prisión, a pesar de sus circunstancias, P, quería que la iglesia, no se detuviera, y siguiera su marcha hacia adelante en unidad, pero con mucho cuidado de los falsos maestros, como lo hizo con otras iglesias a las que les escribió, principalmente una advertencia hacia el legalismo.

Toda esta epístola es un llamado a avanzar y crecer en la vida cristiana.

En esta sección, Pablo expresa su actitud fundamental de discípulo inquieto, quizá mayor en años pero siempre joven en su anhelo de subir a nuevas alturas.

Habiendo dado cuenta de la riqueza que ha encontrado en Cristo, que vale más que toda su propia grandeza humana anterior, ahora pasa a aclarar que todavía tiene mucho camino que recorrer: no ha llegado a la perfección.

Y es que hermanos, la vida cristiana es una carrera de resistencia, pero resistir, implica crecer.

Dios da el crecimiento espiritual., así lo enseña su palabra.

Nosotros debemos buscar ese crecimiento espiritual todos los días de nuestra vida.

Hay TRES aspectos del crecimiento espiritual que Pablo enseña sobre si mismo, que debemos considerar y aplicar a nuestras vidas.

I. NO PRETENDER HABERLO ALCANZADO TODO.(v.12).

Filipenses 3:12

Filipenses 3:12 RVR60

12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.

Se cree que Pablo, tenía ya 30 años de su experiencia de salvación cuando escribió esta carta, había ganado muchas batallas espirituales en este tiempo, había madurado mucho durante estos años.

Sin embargo aún así confesaba de forma genuina:

“No es que lo haya alcanzado ya, ni que sea perfecto”

Pablo había resistido 30 años y pensaba resistir más, porque él sabía que aún había cimas espirituales por escalar.

Ahora piense usted, pensemos todos los que estamos aquí.

¿Qué hemos hecho en tu vida espiritual?, ¿Qué frutos hemos dado?, ¿qué crecimiento hemos experimentado?, ¿Te consideraría como Pablo?

Algunos podemos decir, yo tengo, tantos años de vida cristiana, he sido, esto o lo otro, he estado sirviendo al Señor en esto, etc.

Y podríamos jactarnos de muchas cosas, algunos jactarnos de glorias pasada, y quizás vivir estancado, una vida cristiana sin propósito, sin rumbo.

Peor aún podríamos no haber servido en nada al Señor, y estar estancado, sin propósito.

Hermanos, es necesario que veamos, hacia adelante y no nos estanquemos, Pablo, dice, “No lo he alcanzado ya, ni soy perfecto”

Amado hermanos: “El testimonio del apóstol recordaba a los santos de Filipos—e incluso sirve de recordatorio a los creyentes de hoy—que nunca habrá un punto muerto en su crecimiento espiritual o una meseta lejana que no puedan alcanzar”

Pablo buscaba la semejanza a Cristo con el entusiasmo y persistencia de un corredor de los antiguos juegos griegos, él les estaba enseñando a resistir y a buscar la madurez Espiritual.

Lo segundo que aprendemos de Pablo respecto al crecimiento espiritual, es que:

II. HAY QUE INSISTIR EN ALCANZAR EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL.(V.12 b).

Pablo, dice:

“…, sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús”

¡Él insiste, hermanos en alcanzar la madurez espiritual!

Y usted podría pensar, pero Pablo, ya la tenía, seguramente, con todo lo que había hecho en su vida Cristiana, como misionero, como predicador, del evangelio, y es cierto.

Pero él quería ponerse de ejemplo a la iglesia, él dice, hay que insistir en la madurez espiritual, hay que ir, siempre, al encuentro de aquello para lo cual había sido también alcanzado por Cristo Jesús.

Después en el versículo 13, añade: Filipenses 3.13

Filipenses 3:13 RVR60

13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,

Y ese...no pretendo haberlo ya alcanzado, implica el hecho de que todavía no se había consumado la perfección en él, ni su conformación final a la imagen del Hijo.

Pablo estaba determinado a dejar atrás el pasado y, como un corredor, seguir hacia la meta.

Pablo se rehusaba a vivir bajo el control o demandas del legado de su vida pasada como lo expresa en los versículos, Filipenses 3: 5–7

Filipenses 3:5–7 RVR60

5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; 6 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible. 7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.

También se rehúsa a vivir bajo la influencia o recuerdo de sus conquistas (Filipenses 3: 8).

Filipenses 3:8 RVR60

8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,

El apóstol tenía la mira puesta, con energía y concentración, en “ganar el premio” , para el cual Dios le había hecho un llamamiento celestial (Filipenses 3: 14).

Filipenses 3:14 RVR60

14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Cuando escribió acerca del premio, es seguro que de nuevo tenía los juegos griegos en mente.

El ganador en esos juegos era el que resistía, el que llegaba al final de la carrera, este era llamado al podio, donde estaba sentado el juez, con el fin de recibir su premio.

Es posible que Pablo se haya referido a la salvación final, cuando estuviera ante la presencia de Dios.

O tal vez, a la obtención de recompensas “ante el tribunal de Cristo” (2 Co. 5:10).

2 Corintios 5:10 RVR60

10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.

Ese llamado es para nosotros hoy:

Debemos resistir en la carrera.

Debemos insistir en el crecimiento espiritual, en la madurez.

Debemos proseguir al premio.

CONCLUSIÓN:

Debemos reflexionar, en nuestra vida cristiana.

La carrera, es ardua, es de todos los días, es de todo tiempo.

Si estás corriendo, no te conformes.

Si estas corriendo, resiste hasta el final.

Si estas corriendo, busca el crecimiento.

Si estas corriendo busca el premio.

Este es el llamado de Dios esta noche.