Sermón del monte: Falsos profetas

Introducción

Cita bíblica: Mateo 7:15-20 “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.”

I. Advertencia

En el libro de Deuteronomio 13:1-5 encontramos una gran advertencia de parte de Moisés para todo el pueblo. Existen falsos profetas porque hay gente que quiere escucharlos y seguirlos. Las advertencias de Jesús también fueron muy claras, que los falsos maestros engañarán a muchos (Mt 24:3-5, 24)

Dicha advertencia de cuidado y precaución con lleva una lista amplia de personas sobre las cuales cuidarse, quizás aquí el énfasis es representativo contra todo aquello que perturba al cuerpo y propósito de Cristo.

Falsos hermanos (2 Co. 11:26)

Falsos apóstoles (2 Co. 11:13)

Falsos maestros (2 P 2:1)

Engañadores (1 Ti. 4:1-2)

Testigos falsos (Mt. 26:60)

Falsos Cristos (Mt 24:24)

La manifestación de esto se debe a la comezón de oír, pero no de oír la Palabra, sino aquel mensaje que prefieren escuchar (2 Ti 4:3-4).

II. Definición de un falso profeta

Hay dos aspectos que caracterizan a un verdadero representante de Dios: Divinamente comisionados y presentan un mensaje divino. Un verdadero profeta es la vos de Dios a los hombres. Así lo vemos en todo el recorrido de la historia bíblica. Pablo advirtió a la iglesia sobre cuidarse de tales personas erradas (Ef. 5:6-7)

El peligro. Es sumamente peligros prestar siquiera atención a los falsos profetas, perturban el alma y la mente. Deberíamos darle suma importancia a este asunto pues se trata de la salud del alma.

Se los cataloga como lobos, este es el enemigo más común de las ovejas. Los lobos buscaban a las ovejas que se descarriaron o alejaron del redil. No importaba qué tal adulta era la oveja, si se encontraba desprotegida el lobo la despedazaba (1 Co. 10:12).

El engaño. Cuando uno ve el peligro se cuida del tal. En el caso de los falsos profetas es algo más complejo debido al engaño que estos llevan a cabo. En el A.T. se reconocía a los profetas por su forma de vestir (Elias, Juan Bautista).

Vestidos de una forma engañaban a muchos. La apariencia de integridad engañaba a muchos (2 Co 11:13-15). Para identificarlos no se debe observar tanto lo que dicen, sino lo que no dicen.

Su condenación. EL destino de estos falsos profetas se sugiere en el versículo 19 (Mt. 7: 22-23).

III. Observación

El fruto de cada uno de ellos revelará a quién sirven. A un árbol se le juzga por lo que produce, no cómo se ve. Se le juzga por su vida.

Carácter. El carácter básico de una persona, sus normas, lealtades, actitudes, ambiciones y motivos internos, se demostrarán finalmente en lo que hace y en cómo actúa. Debe andar como es digo del Señor (Col 1:10). Un falto profeta puede disfrazarse y formar parte de muchas instituciones eclesiásticas, pero tarde o temprano todo será mostrado.

Credo. El segundo aspecto en que se puede identificar a un falso profeta es en la doctrina. Superficialmente puede decir cosas bonitas y aparentemente bíblicas, pero que con un examen cuidadoso sólo revelará una teología errónea (Mt 12:34-35, Is. 8:20).

Convertidos. También pueden identificarse por sus convertidos. Atraen hacia sí a individuos que tienen la misma orientación superficial, egocéntrica y antibiblica (2 P. 2:2).

Aplicación

El creyente debe prestar atención a la enseñanza y la conducta (He 13:7).

A los creyentes no se les manda a imitar a los líderes, sino la fe de ellos.

Los maestros no somos dictadores, sino ayudantes de la fe.