La fe obedece a Dios
Viviendo por fe • Sermon • Submitted • Presented
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Introducción
Introducción
Estamos aprendiendo que la fe cree en lo que Dios ha revelado y confía en lo que Dios ha prometido.
Hebreos 11 nos enseña que:
La fe escucha a Dios -Abel
La fe camina con Dios -Enoc.
La fe teme a Dios -Noé
Hoy veremos la historia de Abraham nos enseña que la fe obedece a Dios.
Sabemos que Abraham fue un hombre que obedeció cuando fue llamado por Dios. Alguien podría pensar que Abraham era un hombre santo y buscaba a Dios. Pero es todo lo contrario.
Josué 24:2 nos dice que Abraham y su familia “servían a dioses extraños.”
Hasta que Dios se aparece a Abraham y su vida ya no fue la misma.
Note la respuesta de Abraham cuando Dios lo llamó “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció...” Heb 11:8a
I. La fe produce obediencia
I. La fe produce obediencia
El v. 8 nos “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció...” Heb 11:8a.
Este verso nos muestra la relación entre la fe y la obediencia. Nos dice cómo crece la obediencia en la vida de un creyente, “ Por la fe Abraham obedeció”.
¿cómo obedeció Abraham?
Abraham creyó lo que Dios le había revelado y confió en lo que Dios le había prometido. Así obedeció .
Su obediencia brotó de su fe.
Comprender cómo se relaciona la fe con la obediencia es importante.
somo hechos hijos de Dios solo por medio de la fe (Jn 1:12; Ef 2:8)
Efesios 2:1-3 Nos dice que la desobediencia es una marca de las personas que no son hijos de Dios.
Tito 3:3 dice “Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes (desobedientes), extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.”
La biblia deja en claro que dónde hay fe brota la obediencia. No debemos separar la fe de la obediencia.
entonces...Si creces en la fe, crecerás en la obediencia
Si el agricultor quiere manzanas ¿qué árbol debe plantar? un árbol de manzanas!! Si quieres vivir una vida de obediencia deja que Dios planté su árbol de la fe en tí para dar frutos de obediencia. Y a medida que la fe hecha sus raíces en la Palabra de Dios crecerá el fruto de la obediencia.
Cuanto más creas en lo que Dios ha revelado y creas en lo que Dios ha prometido , crecerás más en la obediencia. Eso es fe!!
eso es lo que estamos aprendiendo en Hebreos “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.”
Eso es la fe, y el resto del capítulo se trata de lo que hace la fe.
La fe escucha a Dios. -Abel
La fe camina con Dios. -Enoc
La fe teme a Dios. -Noé
La fe obedece a Dios. -Abraham
La fe produce obediencia. La obediencia surge de la fe. “Por la fe Abraham obedeció”
También debemos saber que...
II. La fe que obedece es paciente
II. La fe que obedece es paciente
Heb 11:8 dice “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba”
Cuando Dios llamó a Abraham a una vida de fe, no le dijo adónde lo llevaría.
Abraham “salió sin saber adónde iba”. Dios no le dio un mapa...
La fe exige paciencia por lo que aún no sabemos
¿Qué significará para ti una vida de fe y obediencia a Jesús? ¿Qué involucrará? ¿Cuánto costará? Ninguno de nosotros lo sabe.
Jesús dice "Sígueme". Cuando das un paso en la fe y la obediencia, no sabes a dónde te llevará, pero sabes con quien estás.
A veces te encontrarás preguntándote "¿Por qué tengo que pasar por esto?". ¿Qué propósito tiene Dios al guiarme hasta aquí? Nos preguntamos "¿por qué?". Y Dios no tiene ninguna obligación de decírnoslo.
Caminamos por fe, no por vista: Un día lo sabremos del todo, pero ahora sabemos que debemos esperar, debemos ser pacientes.
La fe exige paciencia por lo que aún no tenemos
Heb 11:9 dice: “Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa”
Dios le prometió a Abraham una tierra y cuando llegó a ella estaba ocupada.
Hch 7:5 dice “Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aún no tenía hijo.”
¿Qué fue más fácil para Abraham? Viajar por fe a la tierra prometida o vivir en la tierra que se le prometió pero que todavía no lo recibía.
La situación en la que se encontró al llegar a la tierra prometida fue una prueba más severa para su fe que el llamado a abandonar su hogar y su parentela, y le resultó más fácil vivir por fe mientras se dirigía hacia una meta aún invisible que hacerlo al llegar a esta meta y descubrir que la plenitud de todo lo que se le había prometido "todavía no había llegado". -Philip Hughes, Hebrews, p.468.
Nuestro caminar cristiano es como cuando Abraham emprendió su viaje a la tierra prometida.
Esta parte de la vida de Abraham es una imagen de la vida cristiana:
Cuando escuchas el llamado de Dios para salvación y, por fe, obedeces Su mandato de arrepentirte, todas las promesas de Dios son tuyas. El perdón es tuyo, el poder y la presencia del Espíritu Santo es tuyo. La vida eterna es tuya. En Cristo todas las promesas de Dios son tuyas.
Pero pronto descubres que estás viviendo con el “todavía no”. Todavía no estamos libres de la presencia del pecado o de su poder. Todavía no estamos libres de enfermedad o de la pérdida de un ser amado. Todavía no disfrutamos de una vida de perfecta paz. Todavía no está la iglesia sin mancha ni arruga. Los reinos de este mundo aún no se han convertido en el reino de nuestro Señor Jesucristo. Y así aún no vivimos en un mundo de rectitud, justicia y paz.
Es allí donde la fe exige paciencia por lo que aún no sabemos. La fe exige paciencia por lo que aún no tenemos.
Entonces, ¿cómo encuentras la paciencia que exige la fe en un mundo donde aun no hemos recibido completamente lo que Dios nos prometió?
¿Cómo tuvo Abraham la paciencia, la resistencia, la fuerza para pasar toda su vida viviendo en tiendas como un extranjero en una tierra extranjera?
¿Cómo puedes encontrar paciencia y resistencia en las decepciones, frustraciones y pérdidas de la vida?...
III. La fe que obedece vive anticipando el futuro
III. La fe que obedece vive anticipando el futuro
Heb 11:10 dice “porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.”
Cuando Abraham llegó a la Tierra Prometida, se dio cuenta de que Dios tenía reservado para él más de lo que jamás experimentaría en este mundo.
Abraham decidió obedecer a Dios y a partir de ese momento toda su vida fue mirar hacia adelante.
Abraham antes de su llamado era un hombre exitoso -leer Gn 13:2.
no se aferró a su riqueza, comodidad o estabilidad, sino que decidió poner su fe en Dios.
Note que la ciudad que él esperaba era: “ la ciudad… cuyo arquitecto y constructor es Dios” (v. 10).
Abraham buscó lo que Dios tenía preparado para él. Tú ¿qué buscas de Dios?
La ciudad que Abraham esperaba no fue creada por el progreso humano. El quería vivir de acuerdo al plan y diseño de Dios.
CS Lewis, un escritor, critico literario del s.XX, ha sido llamado “el apóstol a los escépticos” dijo:
“Si encuentro en mí deseos que nada de este mundo puede satisfacer, la única explicación lógica es que fui hecho para otro mundo. Si ninguno de mis placeres terrenales lo satisface, eso no demuestra que el universo es un fraude. Probablemente los placeres terrenales nunca estuvieron destinados a satisfacerlos, sino sólo a excitarlos, a sugerir lo auténtico.” -CS Lewis, Mero cristianismo.
La vida cristiana vive el presente anticipando el futuro que Dios nos ha prometido.
Conclusión y aplicación
Conclusión y aplicación
Dios te llama
¿cómo vas responder?
Confía en Él y síguelo.
Dios te da grandes promesas
Si crees en el Señor Jesucristo, el perdón será tuyo, el poder y la presencia del Espíritu Santo serán tuyos, la vida eterna será tuya.
Dios tiene preparado una mejor ciudad para ti
Cada vez que sientas que no puedes, recuerda lo que Jesús dijo en Juan 14:1-2:
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.”
Oremos
Padre nuestro, desde el cielo enviaste a tu Hijo Jesucristo, para que de su vida en la cruz para que nosotros, al poner nuestra fe en Él como nuestro Señor y Salvador, podamos recibir una vida de fe y obediencia. Tu nos has llamado para ser salvos y aun nos llamas para vivir obedientes a tu Palabra. Aunque a veces parece ser difícil por las tempestades de la vida y nuestro corazón se turba, ayúdanos a recordar que un día seremos llevados a nuestra patria celestial que nos has prometido. Allí todo dolor y turbación se acabará. Mientras tanto, que estas promesas fortalezcan nuestra fe para vivir confiando cada día más en ti. En el nombre de tu Hijo Jesucristo oramos, amen.