Dios es mi Padre
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Por que Dios crea al hombre
Por que Dios crea al hombre
Este es creado por que Dios tiene la necesidad de amarte
Proverbios 8:36 (RVR60)
36 Mas el que peca contra mí, defrauda su alma;
Todos los que me aborrecen aman la muerte.
36 Pero el que peca contra mí, a sí mismo se daña;
todos los que me odian, aman la muerte.
19 Te castigará tu propia maldad,
y tus apostasías te condenarán.
Reconoce, pues, y ve que es malo y amargo
el dejar al Señor tu Dios,
y no tener temor de mí—declara el Señor, Dios de los ejércitos.
13 Como el padre se compadece de los hijos,
Se compadece Jehová de los que le temen.
5 además, habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige:
Hijo mío, no tengas en poco la disciplina del Señor,
ni te desanimes al ser reprendido por Él;
6 porque el Señor al que ama, disciplina,
y azota a todo el que recibe por hijo.
7 Es para vuestra corrección que sufrís; Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline?
8 Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido hechos participantes, entonces sois hijos ilegítimos y no hijos verdaderos.
9 Además, tuvimos padres terrenales para disciplinarnos, y los respetábamos, ¿con cuánta más razón no estaremos sujetos al Padre de nuestros espíritus, y viviremos?
10 Porque ellos nos disciplinaban por pocos días como les parecía, pero Él nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad.
11 Al presente ninguna disciplina parece ser causa de gozo, sino de tristeza; sin embargo, a los que han sido ejercitados por medio de ella, les da después fruto apacible de justicia.
12 Por tanto, fortaleced las manos débiles y las rodillas que flaquean,
13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que la pierna coja no se descoyunte, sino que se sane.
14 Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
15 Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios; de que ninguna raíz de amargura, brotando, cause dificultades y por ella muchos sean contaminados;
16 de que no haya ninguna persona inmoral ni profana como Esaú, que vendió su primogenitura por una comida.
17 Porque sabéis que aun después, cuando quiso heredar la bendición, fue rechazado, pues no halló ocasión para el arrepentimiento, aunque la buscó con lágrimas.
18 Porque no os habéis acercado a un monte que se puede tocar, ni a fuego ardiente, ni a tinieblas, ni a oscuridad, ni a torbellino,
19 ni a sonido de trompeta, ni a ruido de palabras tal, que los que oyeron rogaron que no se les hablara más;
20 porque no podían soportar el mandato: Si aun una bestia toca el monte, será apedreada.
21 Tan terrible era el espectáculo, que Moisés dijo: Estoy aterrado y temblando.
22 Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión y a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles,
23 a la asamblea general e iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos, y a Dios, el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos ya perfectos,
24 y a Jesús, el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la sangre de Abel.
25 Mirad que no rechacéis al que habla. Porque si aquellos no escaparon cuando rechazaron al que les amonestó sobre la tierra, mucho menos escaparemos nosotros si nos apartamos de aquel que nos amonesta desde el cielo.
26 Su voz hizo temblar entonces la tierra, pero ahora Él ha prometido, diciendo: Aún una vez más, yo haré temblar no solo la tierra, sino también el cielo.
27 Y esta expresión: Aún, una vez más, indica la remoción de las cosas movibles, como las cosas creadas, a fin de que permanezcan las cosas que son inconmovibles.
28 Por lo cual, puesto que recibimos un reino que es inconmovible, demostremos gratitud, mediante la cual ofrezcamos a Dios un servicio aceptable con temor y reverencia;
29 porque nuestro Dios es fuego consumidor.
1 Mirad cuán gran amor nos ha otorgado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; y eso somos. Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él.
11 Hijo mío, no rechaces la disciplina del Señor
ni aborrezcas su reprensión,
12 porque el Señor a quien ama reprende,
como un padre al hijo en quien se deleita.
6 Pero tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cuando hayas cerrado la puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros, y sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?
28 y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano.
29 Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre.
30 Yo y el Padre somos uno.
filipenses 4:20
20 A nuestro Dios y Padre sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
15 No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
12 Pero a todos los que le recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios, es decir, a los que creen en su nombre,