La vida de Gedeón: Un ejemplo de fe y obediencia
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Buenos días amados hermanos, es un gusto para mí estar aquí delante de Dios y de ustedes para compartir una enseñanza el día de hoy.
Este sermón fue tomado de los estudios de personajes de la Biblia Thompson. GEDEÓN, EL GUERRERO PODEROSO
Thompson, F. C., & Jauchen, J. S. (1987). Biblia de referencia Thompson: Notas (p. 1570). Editorial Vida.
Acompañénme con una oración para dar inicio por favor.
Vamos hoy a hablar sobre la vida de un personaje de la biblia. Es alguien muy conocido por todos nosotros, y, con el favor de Dios, la idea es poder aprender varias lecciones de la vida de este hombre.
El nombre es GEDEÓN: y en el original significa
I. Sus Primeros Años de Vida y Sus Alrededores:
I. Sus Primeros Años de Vida y Sus Alrededores:
1) Era hijo de Joás de la tribu de Manasés, Jue 6:11
11 Entonces vino el ángel del Señor y se sentó debajo de la encina que estaba en Ofra, la cual pertenecía a Joás de Abiezer. Y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.
2) En sus días, Israel había abandonado a Dios y estaba en una débil condición, atemorizado por los ladrones madianitas, quienes saqueaban el país y hacían la vida intolerable, Jue 6:1–5
1 Entonces los israelitas hicieron lo malo ante los ojos del Señor, y el Señor los entregó en manos de Madián por siete años.
2 Y el poder de Madián prevaleció sobre Israel. Por causa de los madianitas, los israelitas se hicieron escondites en las montañas y en las cavernas y en los lugares fortificados.
3 Porque sucedía que cuando los hijos de Israel sembraban, los madianitas venían con los amalecitas y los hijos del oriente y subían contra ellos.
4 Acampaban frente a ellos y destruían el producto de la tierra hasta Gaza, y no dejaban sustento alguno en Israel, ni oveja, ni buey, ni asno.
5 Porque subían con su ganado y sus tiendas, y entraban como langostas en multitud. Tanto ellos como sus camellos eran innumerables, y entraban en la tierra para devastarla.
(3) A veces en tiempo de aflicción, Israel se arrepentía y «clamaban al Señor», Jue 6:6
6 Así fue empobrecido Israel en gran manera por causa de Madián, y los israelitas clamaron al Señor.
(4) Un profeta fue enviado a reprender al pueblo pecador, Jue 6:7–10
7 Cuando los israelitas clamaron al Señor a causa de Madián,
8 el Señor envió un profeta a los israelitas que les dijo: «Así dice el Señor, Dios de Israel: “Fui Yo el que los hice subir a ustedes de Egipto, y los saqué de la casa de servidumbre.
9 ”Los libré de la mano de los egipcios y de la mano de todos sus opresores. Los desalojé delante de ustedes, les di su tierra,
10 y les dije: ‘Yo soy el Señor su Dios. No temerán a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitan. Pero ustedes no me han obedecido’ ”».
El Llamado de Gedeon a Liberar Su Nación:
El Llamado de Gedeon a Liberar Su Nación:
1) El ángel se le aparece y lo llama al liderazgo, Jue 6:11–12
11 Entonces vino el ángel del Señor y se sentó debajo de la encina que estaba en Ofra, la cual pertenecía a Joás de Abiezer. Y su hijo Gedeón estaba sacudiendo el trigo en el lagar, para esconderlo de los madianitas.
12 Y el ángel del Señor se le apareció, y le dijo: «El Señor está contigo, valiente guerrero».
2) Sus excusas:
a. Que el Señor había abandonado a Israel, Jue 6:13
13 Entonces Gedeón le respondió: «Ah, señor mío, si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos ha ocurrido todo esto? ¿Y dónde están todas Sus maravillas que nuestros padres nos han contado, diciendo: “¿No nos hizo el Señor subir de Egipto?”. Pero ahora el Señor nos ha abandonado, y nos ha entregado en mano de los madianitas».
b. Su propia ineptitud para la tarea, Jue 6:15
15 «Ah Señor», le respondió Gedeón, «¿cómo libraré a Israel? Mi familia es la más pobre en Manasés, y yo el menor de la casa de mi padre»
3) Se le asegura de que la divina presencia está con él y de la certeza del éxito y se le da una señal sobrenatural para animarlo en la fe, Jue 6:16–21
16 Pero el Señor le dijo: «Ciertamente Yo estaré contigo, y derrotarás a Madián como a un solo hombre».
17 Y Gedeón le dijo: «Si he hallado gracia ante Tus ojos, muéstrame una señal de que eres Tú el que hablas conmigo.
18 »Te ruego que no te vayas de aquí hasta que yo vuelva a Ti, y traiga mi ofrenda y la ponga delante de Ti». «Me quedaré hasta que vuelvas», le respondió el Señor.
19 Y Gedeón entró y preparó un cabrito y pan sin levadura con un efa de harina (22 litros). Puso la carne en una cesta y el caldo en un caldero, y los llevó y se los presentó al ángel debajo de la encina.
20 Y el ángel de Dios le dijo: «Toma la carne y el pan sin levadura, ponlos sobre esta peña y derrama el caldo». Y así lo hizo Gedeón.
21 Entonces el ángel del Señor extendió la punta de la vara que estaba en su mano y tocó la carne y el pan sin levadura. Y subió fuego de la roca que consumió la carne y el pan sin levadura. Y el ángel del Señor desapareció de su vista.
III. La Batalla contra los Madianitas:
III. La Batalla contra los Madianitas:
1) Sucesos que condujeron a la batalla.
a. Gedeón destruye el altar de Baal y la imagen de Aserá, y construye un altar a Dios, Jue 6:24–28
24 Y Gedeón edificó allí un altar al Señor y lo llamó El Señor es Paz, el cual permanece en Ofra de Abiezer hasta hoy.
25 Aquella misma noche el Señor le dijo: «Toma el novillo de tu padre y otro novillo de siete años. Derriba el altar de Baal que pertenece a tu padre y corta la Aseraque está junto a él.
26 »Edifica después, en debida forma, un altar al Señor tu Dios sobre la cumbre de este peñasco. Toma el segundo novillo y ofrece holocausto con la leña de la Asera que has cortado».
27 Gedeón tomó diez hombres de sus siervos e hizo como el Señor le había dicho. Pero como temía mucho a la casa de su padre y a los hombres de la ciudad para hacer esto de día, lo hizo de noche.
28 Cuando los hombres de la ciudad se levantaron temprano en la mañana, vieron que el altar de Baal había sido derribado y cortada la Asera que estaba junto a él, y que el segundo novillo había sido ofrecido en el altar que se había edificado.
b. Es amenazado de muerte por los idólatras, pero es rescatado por su padre, Jue 6:29–32
29 Y se dijeron unos a otros: «¿Quién ha hecho esto?». Y cuando buscaron e investigaron, dijeron: «Gedeón, hijo de Joás, ha hecho esto»
30 Entonces los hombres de la ciudad dijeron a Joás: «Saca a tu hijo para que muera, porque ha derribado el altar de Baal, y también ha cortado la Asera que estaba a su lado»
31 Pero Joás dijo a todos los que estaban contra él: «¿Lucharán ustedes por Baal, o lo librarán? A cualquiera que luche por él, se le dará muerte antes de llegar la mañana. Si es un dios, que luche por sí mismo, porque alguien ha derribado su altar»
32 Por tanto, aquel día Gedeón fue llamado Jerobaal, es decir, que Baal luche contra él, porque había derribado su altar.
c. Después de reunirse los enemigos, Gedeón toca el cuerno y convoca a Israel, Jue 6:33–35
33 Todos los madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente se reunieron, y cruzaron y acamparon en el valle de Jezreel.
34 Y el Espíritu del Señor vino sobre Gedeón, y este tocó la trompeta y los de Abiezer se juntaron para seguirlo.
35 Envió mensajeros por todo Manasés, que también se juntó para seguirlo. Y envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, que subieron a su encuentro.
2) Gedeón es animado dos veces y pasa por una prueba severa antes de atacar al enemigo.
a. Su fe es fortalecida por la señal del vellón, Jue 6:36–40
36 Entonces Gedeón dijo a Dios: «Si has de librar a Israel por mi mano, como has dicho,
37 voy a poner un vellón de lana en la era. Si hay rocío solamente en el vellón y toda la tierra queda seca, entonces sabré que librarás a Israel por mi mano, como has dicho»
38 Y así sucedió. Cuando se levantó temprano en la mañana, exprimió el vellón y escurrió el rocío del vellón, un tazón lleno de agua.
39 Y Gedeón dijo a Dios: «No se encienda Tu ira contra mí si hablo otra vez. Te ruego que me permitas hacer otra vez una prueba con el vellón. Que ahora quede seco el vellón y haya rocío en toda la tierra»
40 Así lo hizo Dios aquella noche, porque solamente quedó seco el vellón y había rocío en toda la tierra.
b. Su fe es severamente probada por la reducción de su ejército de treinta y dos mil a trescientos hombres, Jue 7:2–8
2 Y el Señor dijo a Gedeón: «El pueblo que está contigo es demasiado numeroso para que Yo entregue a Madián en sus manos; no sea que Israel se vuelva orgulloso, y diga: “Mi propia fortaleza me ha librado”.
3 »Ahora pues, proclama a oídos del pueblo: “Cualquiera que tenga miedo y tiemble, que regrese y se vaya del monte Galaad”». Y 22,000 personas regresaron, pero quedaron 10,000.
4 Entonces el Señor dijo a Gedeón: «Todavía el pueblo es demasiado numeroso. Hazlos bajar al agua y allí te los probaré. Y será que de quien Yo te diga: “Este irá contigo”, ése irá contigo. Pero todo aquel de quien Yo te diga: “Este no irá contigo”, ese no irá».
5 E hizo bajar el pueblo al agua. Y el Señor dijo a Gedeón: «Pondrás a un lado a todo aquel que lame el agua con su lengua, como lame el perro, y a todo el que se arrodilla para beber».
6 Y fue el número de los que lamieron, poniendo la mano a su boca, 300 hombres. Pero todo el resto del pueblo se arrodilló para beber.
7 El Señor dijo entonces a Gedeón: «Los salvaré con los 300 hombres que lamieron el agua y entregaré a los madianitas en tus manos. Que todos los demás del pueblo se vayan, cada uno a su casa».
8 Y los 300 hombres tomaron en sus manos las provisiones del pueblo y sus trompetas. Y Gedeón envió a todos los demás hombres de Israel, cada uno a su tienda, pero retuvo a los 300 hombres. El campamento de Madián le quedaba abajo en el valle.
c. Visita el campamento enemigo y es animado grandemente al oír a uno de los madianitas relatar un sueño a su compañero, Jue 7:9–14
9 Aquella misma noche, el Señor le dijo a Gedeón: «Levántate, desciende contra el campamento porque lo he entregado en tus manos.
10 »Pero si tienes temor de descender, baja al campamento con tu criado Fura,
11 y oirás lo que dicen. Entonces tus manos serán fortalecidas para descender contra el campamento». Y descendió con su criado Fura hasta los puestos avanzados del ejército que estaban en el campamento.
12 Los madianitas, los amalecitas y todos los hijos del oriente estaban recostados en el valle, numerosos como langostas; y sus camellos eran innumerables, tan numerosos como la arena a la orilla del mar.
13 Cuando Gedeón llegó allí, un hombre estaba contando un sueño a su amigo: «Escuchen, tuve un sueño. Un pan de cebada iba rodando hasta el campamento de Madián, y llegó hasta la tienda y la golpeó de manera que cayó, y la volcó de arriba abajo y la tienda quedó extendida»
14 Su amigo le respondió: «Esto no es otra cosa que la espada de Gedeón, hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en su mano a Madián y a todo el campamento»
IV. La Victoria:
IV. La Victoria:
1) El singular plan de ataque, Jue 7:15–18
15 Cuando Gedeón oyó el relato del sueño y su interpretación, se inclinó y adoró. Volvió al campamento de Israel, y dijo: «Levántense, porque el Señor ha entregado en manos de ustedes el campamento de Madián».
16 Y dividió los 300 hombres en tres compañías, y puso trompetas y cántaros vacíos en las manos de todos ellos, con antorchas dentro de los cántaros.
17 «Mírenme», les dijo, «y hagan lo mismo que yo. Y cuando yo llegue a las afueras del campamento, como yo haga, así harán ustedes.
18 »Cuando yo y todos los que estén conmigo toquemos la trompeta, entonces también ustedes tocarán las trompetas alrededor de todo el campamento, y digan: “Por el Señor y por Gedeón”».
2) La abrumadora derrota de los madianitas, Jue 7:19–8:21
19 Gedeón llegó con los 100 hombres que estaban con él a las afueras del campamento, al principio de la guardia de medianoche, cuando apenas habían apostado la guardia. Entonces tocaron las trompetas y rompieron los cántaros que tenían en las manos.
20 Cuando las tres compañías tocaron las trompetas, rompieron los cántaros, y sosteniendo las antorchas en la mano izquierda y las trompetas en la mano derecha para tocarlas, gritaron: «¡La espada del Señor y de Gedeón!».
21 Cada uno se mantuvo en su lugar alrededor del campamento; y todo el ejército de los madianitas echó a correr gritando mientras huían.
22 Cuando tocaron las 300 trompetas, el Señor puso la espada del uno contra el otro por todo el campamento; y el ejército huyó hasta Bet Sita, en dirección de Zerera, hasta la orilla de Abel Mehola, junto a Tabat.
23 Y los hombres de Israel se reunieron, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, y persiguieron a los madianitas.
24 Gedeón envió mensajeros por toda la región montañosa de Efraín y dijo: «Desciendan contra Madián y tomen los vados antes que ellos, hasta Bet Bara y el Jordán». Y todos los hombres de Efraín se reunieron y tomaron los vados hasta Bet Bara y el Jordán.
25 Y capturaron a los dos jefes de Madián, Oreb y Zeeb. Mataron a Oreb en la peña de Oreb y mataron a Zeeb en el lagar de Zeeb, cuando perseguían a Madián, y le llevaron a Gedeón las cabezas de Oreb y Zeeb, del otro lado del Jordán.
1 Entonces los hombres de Efraín le dijeron: «¿Qué es esto que nos has hecho, al no llamarnos cuando fuiste a pelear contra Madián?». Y lo criticaron duramente.
2 Pero él les dijo: «¿Qué he hecho yo ahora en comparación con ustedes? ¿No es mejor el rebusco de Efraín que la vendimia de Abiezer?
3 »Dios ha entregado en manos de ustedes a los jefes de Madián, Oreb y Zeeb; ¿y qué pude hacer yo en comparación con ustedes?». Entonces se aplacó la ira de ellos contra él cuando dijo esto.
4 Gedeón y los 300 hombres que iban con él llegaron al Jordán y lo cruzaron, cansados, pero continuando la persecución.
5 Entonces Gedeón dijo a los hombres de Sucot: «Les ruego que den pan a la gente que me sigue, porque están cansados, y estoy persiguiendo a Zeba y a Zalmuna, reyes de Madián»
6 Pero los jefes de Sucot dijeron: «¿Están ya las manos de Zeba y Zalmuna en tu poder para que demos pan a tu ejército?»
7 Gedeón respondió: «Muy bien, cuando el Señor haya entregado en mi mano a Zeba y a Zalmuna, trillaré las carnes de ustedes con espinos y cardos del desierto».
8 De allí subió Gedeón a Peniel, y les habló de la misma manera; y los hombres de Peniel le respondieron tal como los de Sucot le habían contestado.
9 Y habló también a los hombres de Peniel: «Cuando yo vuelva sano y salvo, derribaré esta torre»
10 Ahora bien, Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y sus ejércitos con ellos, unos 15,000 hombres, los que habían quedado de todo el ejército de los hijos del oriente. Porque los que habían caído eran 120,000 hombres que sacaban espada.
11 Gedeón subió por el camino de los que habitaban en tiendas al este de Noba y Jogbeha, y atacó el campamento cuando el campamento estaba desprevenido.
12 Cuando Zeba y Zalmuna huyeron, los persiguió. Capturó a los dos reyes de Madián, Zeba y Zalmuna, y llenó de terror a todo el ejército.
13 Después Gedeón, hijo de Joás, volvió de la batalla por la subida a Heres.
14 Y capturó a un joven de Sucot y lo interrogó. Entonces el joven le dio por escrito los nombres de los príncipes de Sucot y de sus ancianos, setenta y siete hombres.
15 Entonces Gedeón fue a los hombres de Sucot y les dijo: «Aquí están Zeba y Zalmuna, acerca de los cuales ustedes me injuriaron, diciendo: “¿Están ya las manos de Zeba y Zalmuna en tu mano para que demos pan a tus hombres que están fatigados?”».
16 Entonces tomó a los ancianos de la ciudad, y espinos del desierto y cardos, y con ellos castigó a los hombres de Sucot.
17 Derribó la torre de Peniel y mató a los hombres de la ciudad.
18 Después dijo a Zeba y a Zalmuna: «¿Qué clase de hombres eran los que ustedes mataron en Tabor?». «Eran como tú», respondieron ellos, «cada uno parecía hijo de rey»
19 «Eran mis hermanos», dijo él, «hijos de mi madre. Vive el Señor, que si los hubieran dejado con vida, yo no les quitaría la vida a ustedes».
20 Y dijo a Jeter su primogénito: «Levántate y mátalos». Pero el joven no sacó la espada porque tenía temor, pues todavía era muchacho.
21 Entonces Zeba y Zalmuna dijeron: «Levántate tú y cae sobre nosotros; porque como es el hombre, así es su fortaleza». Y se levantó Gedeón y mató a Zeba y a Zalmuna, y tomó los adornos de media luna que sus camellos llevaban al cuello.
V. Sucesos Subsiguientes de la vida de Gedeón:
V. Sucesos Subsiguientes de la vida de Gedeón:
1) Se le ofrece la corona de Israel y la rehúsa, Jue 8:22–23
22 Los hombres de Israel le dijeron a Gedeón: «Reina sobre nosotros, tú y tus hijos, y también el hijo de tu hijo, porque nos has librado de la mano de Madián»
23 Pero Gedeón les respondió: «No reinaré sobre ustedes, ni tampoco reinará sobre ustedes mi hijo. El Señor reinará sobre ustedes».
2) Imprudentemente hace un efod de oro, el cual se convierte en un tropezadero para Israel, Jue 8:24–27
24 «Quisiera pedirles», Gedeón les dijo, «que cada uno de ustedes me dé un zarcillo de su botín» (pues tenían zarcillos de oro, porque eran ismaelitas).
25 «De cierto te los daremos», dijeron ellos. Y tendieron un manto, y cada uno de ellos echó allí un zarcillo de su botín.
26 El peso de los zarcillos de oro que él pidió fue de 1,700 siclos (19.4 kilos) de oro, sin contar los adornos de media luna, los pendientes y los vestidos de púrpura que llevaban los reyes de Madián y sin contar los collares que llevaban sus camellos al cuello.
27 Gedeón hizo de ello un efod, y lo colocó en Ofra, su ciudad, con el cual todo Israel se prostituyó allí, y esto vino a ser ruina para Gedeón y su casa.
3) Juzga a Israel por cuarenta años, Jue 8:28
28 Pero Madián fue sometido delante de los israelitas, y ya no volvieron a levantar cabeza. Y el país tuvo descanso por cuarenta años en los días de Gedeón.
4) Muere en su vejez, Jue 8:32
32 Gedeón, hijo de Joás, murió a una edad avanzada y fue sepultado en el sepulcro de su padre Joás, en Ofra de los abiezeritas.
Conclusiones:
Conclusiones:
Dios puede usar a personas comunes y corrientes para hacer grandes cosas si confían en él y obedecen su llamado. Gedeón era un hombre humilde y temeroso, pero Dios lo escogió para liberar a Israel de sus enemigos. No importa cuáles sean nuestras limitaciones o debilidades, Dios puede usarnos para su gloria si nos rendimos a él y seguimos su guía.
Dios es fiel y paciente con sus hijos cuando dudan o temen. Gedeón pidió varias señales a Dios para confirmar su voluntad y Dios se las concedió. Aunque no debemos tentar a Dios ni exigirle pruebas, podemos acercarnos a él con humildad y sinceridad cuando tenemos dudas o miedos. Dios nos dará la seguridad y el ánimo que necesitamos para cumplir su propósito en nuestra vida.
Dios quiere que le demos toda la gloria por las victorias que nos da. Gedeón rechazó la corona de Israel y reconoció que solo Dios era el rey y el salvador de su pueblo. Sin embargo, cometió el error de hacer un efod de oro que se convirtió en una trampa para la idolatría. Debemos tener cuidado de no caer en la tentación de atribuirnos el mérito o el honor por lo que Dios hace a través de nosotros. Debemos darle siempre la gloria a él y evitar cualquier cosa que pueda desviar nuestra atención o devoción de él.