Consejo y Oración para hoy

22 de junio

Abdías 11 RVR60

El día que estando tú delante, llevaban extraños cautivo su ejército, y extraños entraban por sus puertas, y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos.

"Tu también eras como uno de ellos" es la expresión sobre la que hace énfasis esta declaración acusadora sobre los habitantes de Edom. Los descendientes de Esau, hermano de Jacob, padre de los israelitas. Ellos, eran los Babilonios, el ejercito invasor que llevo la destrucción a Jerusalén, de lo cual se alegraban los edomitas.

Su posición privilegiada en las alturas donde vivían les permitió contemplar la desgracia de Jerusalén pero en vez de lamentarse por ello, celebraron la desgracia de sus hermanos.

¿Que es lo que nos lleva a un cambio de actitud del corazón que nos identifique con los que hacen el mal y nos apartemos del camino del Señor?

Quisiera mencionarte tres acciones que nos llevan a un cambio negativo en nuestras vidas:

1. El convertirnos en espectadores del mal.

Mirar al que hace el mal y congraciarnos con él, es inclinarnos hacia una actitud que nos llevará a ser parte de él.

2. El convertirnos en participantes del mal.

Entrar por la puerta del mal se convierte para muchos en un camino irreversible de vicios, hábitos destructivos y perdida de comunión con Dios.

3. El convertirnos en colaboradores del mal.

Tomar una posición en la cual nuestro corazón se niega a aceptar su pecado, es caer un estado en el cual decidimos practicar el mal como nuestro estilo de vida.

Dios me esta llamando a reaccionar sobre las acciones que estoy tomando que me están alejando de ser su hijo para convertirme en alguien que vive alejado de su amor.

En un mundo en que vivo rodeado de pecado, debo caminar con el cuidado de no disfrutar de la maldad que otros cometen, de no entrar por las puertas a las cuales soy constantemente invitado a pasar para convertirme en uno de ellos, y mucho menos detenerme por un momento a pensar y actuar como uno de los que hacen el mal.

He sido puesto en una posición desde la cual puedo diferenciar entre lo bueno y lo malo, Dios ha puesto en mi el poder para rechazar el mal y buscar el bien con los que también invocan su nombre.

Debo corregir aquellas actitudes de mi corazón que me invitan a ser solo un espectador y no un participante activo del Reino de Dios.

Oremos,

Padre que mi corazón este firmemente aferrado a ti, para que bajo ninguna circunstancia decida alejarme de ti por el solo hecho de disfrutar de practicar algún pecado.

Gracias porque tu siempre provees una salida para aquellas situaciones en nuestra vida que somos tentados a abrazar el pecado. Gracias porque nos atraes con lazos de amor para que no nos apartemos de ti.

Perdona los pecados que he cometido cuando he querido congraciarme con los que me han ofrecido algo para que disfrute de un bien pasajero, por los pecados que he cometido al caer en temor de ser rechazado, o los que he cometido por solo agradarme a mi mismo.

Padre te pido por los que hoy están sufriendo por algún pecado cometido, por los que después de un tiempo sus acciones equivocados los han alcanzado y ahora necesitan tu perdón y liberación.

Oro en el nombre de Jesús, amén

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