Consejo y oración para hoy

24 de junio

Salmo 73:23 RVR60

Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de la mano derecha.

Envidia, por ver a otros disfrutar de lo que no merecen; sufrimiento, a causa de cosas que no merecemos, amargura, por ver a otros recibir un premio por el cual no ha luchado, torpeza o necedad en cuanto a entender la voluntad de Dios bajo nuestros propios criterios son buenas razones para alejarnos de Dios, para soltarnos de su mano que no quiere dejar de mantenernos sujetos a él.

Pero el salmista, con todo eso, siempre mantuvo su relación con Dios como una prioridad en su vida. ¿Ha encontrado usted una justificación en su vida para alejarte de él?

Es una decisión personal la que determina nuestra comunión con Dios o la falta de ella, aunque a veces nosotros busquemos excusas en personas y circunstancias a nuestro alrededor con las cuales luchamos.

Estas luchas también las viven personas que han decidido ser fieles a Dios.

Es la participación en una conducta perseverante, llena de hábitos espirituales sanos la que nos ayuda a caminar siempre con Dios. Es nuestro deseo de levantarnos a hablar con él cada día y acostarnos pensando en él, lo que hace de su compañía una experiencia permanente.

La atracción divina es la que supera cualquier otro deseo o no permite que se ahogue nuestro anhelo de estar siempre con él. Las muchas aguas no pueden ahogar el amor que tenemos por nuestro Salvador y Señor.

Pero sobre todo saber que su mano sosteniendo la nuestra es la mejor garantía para nuestra vida.

Si Dios ya tomo mi mano, no debería estar pensando en la alternativa de vivir separado de él, aunque lo que sucede a mi alrededor me este invitando hacerlo y me ofrezcan una aparente vida mejor.

Las circunstancias negativas que vivo y las personas que estén a mi lado que quieren producir en mi resentimiento, amargura y envidia deben convertirse en una razón más para no alejarme de Dios porque él es el único que puede defenderme de ellos.

Dios ha tomado mi mano y esto también es cierto cuando no tengo lo que deseo, cuando sufro por lo que no esperaba recibir, cuando no alcanzo lo que esperaba ganar, cuando la tristeza inunda mi alma. El siempre esta conmigo.

Hoy yo también tomaré mas fuerte la mano de Dios, en la prueba o necesidad que estoy pasando y no permitiré que nada me aparte de él.

Oremos,

Padre, yo se que siempre estás conmigo aunque mi corazón este cercado de enemigos que quieran apartarme de ti, quiero ser fiel a mi decisión de no apartarme de tú presencia.

Gracias porque aunque a veces me dominan sentimientos y pensamientos que no revelan un corazón rendido y confiado en ti, me has dado el valor y determinación para superarlos.

Quiero pedirte por cada una de esas áreas de mi humanidad que son atacadas constantemente para rendirme en mi caminar contigo: mis necesidades, mi salud, mis relaciones, mis metas. Ayúdame a ver cada circunstancia a través del lente de tu Palabra.

Quiero pedirte por las personas que en este momento están dudado de tu amor y poder por las circunstancias que viven.

Por las que dudan de tu verdad por la maldad de aquellos que la niegan con sus hechos. Fortalecelos en sus debilidades, tomalos con tu mano.

En el nombre de Jesús, amén.

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