María - El Dios soberano nos usa en Su plan eterno

EL DIOS SOBERANO ELABORA SU PLAN ETERNO EN MEDIO DE NUESTROS DESAFÍOS – EJ. MARIA

INTRODUCCIÓN:

Imprevistos, interrupciones y 4 grandes verdades

No sé vosotros, pero a mí no me gustan los improvistos. Me encanta planificar y tener horarios, que todo vaya según la agenda. Me proporciona seguridad y un sentido que estoy en control. De hecho, aunque a muchos les gusta la aventura y las sorpresas, creo que a nadie le gusta la incertidumbre o cuando en medio de tus planes de repente, algo ocurre y no puedas hacer lo que tenías pensado. Creo que una buena ilustración es el año y medio que llevamos con el COVID 19. ¿Cuántas cosas hemos tenido que aplazar, dejar de hacer, o aprender nuevas técnicas…?

Realmente la vida está llena de imprevistos e interrupciones. Cuando ocurren debemos saber que aunque a nosotros nos toman por sorpresa, Dios es soberano incluso en las cosas que no controlamos y que nos suponen un desafío.

Dios va a usa todas las circunstancias y el tiempo para lograr Su propósito y plan.

Jeremías 29:11  Porque yo sé los planes que tengo para vosotros» —declara el Señor— «planes de bienestar y no de calamidad, para daros un futuro y una esperanza.

Además nos llama a formar parte de Su plan y a colaborar con él, porque nuestros desafíos son Sus oportunidades. El Apóstol Pablo escribe a los corintios que somos colaboradores con Cristo. Pero para poder colaborar con Dios en Sus planes, es necesario dejar el temor y confiar, además de obedecer. Necesitamos osadía, una actitud de fe. 2 Timoteo 1:7 dice:  Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Quiero hablar hoy sobre un personaje bíblico, una mujer de fe, que no permitió que el temor la paralizase y cómo Dios la uso en Su plan eterno de redención.

María, la madre de Jesús, es un ejemplo tremendo de fe y de osadía. A lo largo de las Escrituras vemos que ella vive muchos imprevistos, situaciones que le sorprenden, en las que no tiene el control, pero va meditando en lo que Dios le va diciendo o lo que vive, aunque en el momento tal vez no siempre entendía. Ella tenía una confianza tan grande en Dios y por eso podemos aprender mucho de ella.

Quiero primero establecer

4 VERDADES: 1. Dios tiene autoridad 2. Dios es sabio, 3. Dios es misericordioso y 4. Dios obra a través de la iglesia

TENEMOS QUE SABER QUE DIOS TIENE LA ABSOLUTA AUTORIDAD DE TODO. EL ES SOBERANO. NUNCA PIERDE UNA BATALLA, NUNCA ES VENCIDO NI ASOMBRADO. ES EL DIOS QUE CREO TODAS LAS COSAS Y NADA SE LE ESCAPA.

DIOS ES SABIO, ENTIENDE TODO Y ES OMNISCIENTE . ES EL ADMIRABLE CONSEJERO Y DA SABIDURIA A LOS QUE LE BUSCAN. La diferencia de conocimiento y sabiduría es que el conocimiento se limita al intelecto, mientras el sabio sabe aplicar las verdades y principios de Dios a su vida diaria. Dios no comete errores. Siempre sabe lo que hace y, aunque a veces no parece, siempre está en control. Isaías 55:8-9 dice: Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos —declara el Señor. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

DIOS TRATA CON NOSOTROS CON MISERICORDIA Y NOS SALVA, NOS LEVANTA, NOS RESTAURA, NOS LIBERA. NOS DA FAVOR INMERECIDO, QUE ES SU GRACIA, Y NOS PERDONA. El mensaje de la navidad y lo que proclamaban los ángeles desde los cielos fue 14 Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz entre los hombres en quienes Él se complace[ (Lucas 2:14). Dios viene a traer buenas noticias (significado del evangelio), no un palo. El se complace en nosotros, extiende Su gracia a las personas. Como el Rey David preguntó si quedaba alguien de la casa de Saúl para extenderle misericordia, así es nuestro Dios. Cuando El te llama, El te da favor inmerecido. Te regala Su salvación por pura gracia.

DIOS USA A PERSONAS. USA A SUS HIJOS, SU IGLESIA. ES SU ESTRATEGIA. HIZO UN PACTO CON EL SER HUMANO QUE SIGUE VIGENTE. NOS DIO AUTORIDAD Y CAPACIDAD PARA QUE CUIDARAMOS Y CULTIVARAMOS EL JARDIN, NUESTRO MUNDO, NUESTRA FAMILIA, ETC. Por la desobediencia a Dios y el pecado hemos fracasado, hemos abierto puertas al enemigo y perdido muchas bendiciones. Ahora Dios nos ha perdonado nuestros pecados, nos ha devuelto la autoridad y vencido el enemigo.

Vamos entonces al pasaje de Lucas 1.

Contexto:

Es un capítulo lleno de eventos sobrenaturales, en las que Dios interviene soberanamente en la historia humana. En los primeros versículos Dios repite el milagro de Abraham preparando el nacimiento de Juan el Bautista. Zacarías y Elisabet eran personas mayores y además de jóven Elisabet había sido estéril. Dios anunció e hizo un milagro y los viejitos quedaron esperando un bebé, que llegaría a ser Juan El Bautista. Cuando Elisabet ya tenía 6 meses, un ángel fue enviado a su parienta joven María a unos 140km de distancia en una ciudad llamada Nazaret para anunciarle otro milagro:

Luke 1:26–38 LBLA

Y al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre que se llamaba José, de los descendientes de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel, le dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo; bendita eres tú entre las mujeres. Pero ella se turbó mucho por estas palabras, y se preguntaba qué clase de saludo sería este. Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que soy virgen? Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso lo santo que nacerá será llamado Hijo de Dios. Y he aquí, tu parienta Elisabet en su vejez también ha concebido un hijo; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril. Porque ninguna cosa será imposible para Dios. Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.

26 Y al sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, 27 a una virgen desposada[o] con un hombre que se llamaba José, de los descendientes[p] de David; y el nombre de la virgen era María. 28 Y entrando el ángel, le dijo: ¡Salve, muy favorecida[q]! El Señor está[r] contigo; bendita eres tú entre las mujeres[s]. 29 Pero ella se turbó mucho por estas[t] palabras, y se preguntaba qué clase de saludo sería este. 30 Y el ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios. 31 Y he aquí, concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, y le pondrás por[u] nombre Jesús. 32 Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. 34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que soy virgen[v]? 35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el santo Niño que nacerá[w] será llamado Hijo de Dios. 36 Y he aquí, tu parienta Elisabet en su vejez también ha concebido un hijo; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril. 37 Porque ninguna cosa[x] será imposible para[y] Dios. 38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.

Al igual que Dios usó a María, te quiere usar a ti. Hay 6 cosas que podemos aprender de María:

Dios no te condena por sentir temor o sentirte abrumado cuando te encuentras con un llamado o nuevos desafíos.

En v.29 leemos que María se turbió mucho por estas palabras. Se quedó perpleja, sacudida, algo confusa. No era normal ni lógico lo que estaba viendo y escuchando.

Dios no espera que saltemos con emoción y entendamos todo en seguida. Le dijo no temas. 2 veces seguido le aseguró que Dios le daba un favor, una gracia especial para ese llamado. Es normal sentir miedo a lo desconocido y cuando no controlamos la situación. Es parte de nuestra naturaleza humana. Pero no debemos permitir que el miedo nos impida avanzar. No pienses automáticamente que eres un fracaso, si tu reacción inicial al coger algún proyecto o si Dios te llama a hacer algo que nunca has hecho antes es temor o preocupación. Igual que María, conforme vamos avanzando, madurando, caminando con Dios, crecerá nuestra seguridad, conoceremos mejor a Dios y Su gran fidelidad. Muchos siervos de Dios empezaron con inseguridades. Piensa en Moisés, que dio excusas por tartamudear, Jeremías que temía pensando que era demasiado joven y piensa en Jonás que incluso intentó escapar del llamado de Dios.

María supo decirle Sí al Señor sin tenerlo todo claro y todas las respuestas.

Gracias a Dios María no dejó que su preocupación o miedo le impidiera decirle sí a Dios. Sino Dios hubiera tenido que buscar a otra mujer, porque El estaba empeñado en redimir al mundo. María le hizo una pregunta legítima: v.34 ¿Cómo será esto? Y el ángel le contestó cómo el embarazo iba a ocurrir. Ella simplemente obedeció y creyó, respondiéndole “He aquí la sierva del Señor. Hágase conmigo conforme a Tu palabra.”Esto fue el momento clave para todo lo que iba a venir.

Primeramente, hay que destacar su obediencia. Dios nos ha creado con una libre voluntad y no nos fuerza a decirle sí. Depende de nosotros si aceptamos o rechazamos lo que Dios nos ofrece. Naturalmente El anhela que nuestra respuesta fuera sí. Y como en el caso de María, nuestro sí podría cambiar significantemente el mundo – o al menos el mundo de alguna persona.

En segundo lugar, el ángel usó la historia de Elisabet como ilustración para explicarle cómo exactamente ella llegaría a ser la madre del Salvador.. Aun así, no lo tenía 100% claro. Al fin, ella fue la primera virgen de la historia humana que iba a concebir un bebé de esta forma. Cuando el angel le explicó, era el Espíritu Santo el que se iba a encargar de lo que era imposible y ella entendió eso, pudo decirle sí a Dios.

En nuestro día a día, cuando hacemos planes o proyectos, tomamos decisiones y pasos, siempre habrá cosas en las que necesitamos la intervención del Espíritu Santo o la ayuda de Dios. Lo importante es confiar en las promesas y la dirección de Dios y como María poder decir Hágase conmigo conforme a Tu palabra.

María tenía una preocupación genuina por ayudar a los demás:

Habiéndose enterado del embarazo de su parienta mayor, Elisabet, hizo un viaje desde Nazaret a la zona montañosa en los alrededores de Jerúsalen, que eran unos 140km aproximadamente para visitarla, pasar los últimos 3 meses de su embarazo con ella y ayudarle. No tenían trenes, ni coches, ni aviones, así que seguramente fue un viaje largo y cansador. Cuántos de nosotros caminamos la otra milla o salimos de nuestro confort para ayudar a otra persona.

También vemos su preocupación que provoca a que Jesús hiciera su primer milagro en la boda de Caná (Juan 2:1-9) asegurándose que los anfitriones no fueran avergonzados cuando se quedaron sin vino. Nosotros también podemos ser luz, y señalar a las personas a Jesús, que puede ayudarles en sus problemas. Ella podría haber dicho. “Mira yo soy simplemente un invitado en la boda, no es mi problema que se hayan quedado sin vino.”

Finalmente, al pie de la cruz, tuvo que experimentar un dolor y angustia inexplicable al presenciar como su Hijo, al que había llevado en el vientre y criado, pasó por una de las peores formas de muerte – crucifixión y murió. A pesar de toda su tristeza, ella quería estar allí para apoyar a su Hijo (Juan 19:25). Probablemente al darse cuenta cuanto dolor sufría y apoyo ella necesitaría, Jesús le pide a Juan que se cuiden y apoyen mútuamente (Juan 19:26). ¿Cuántas veces estamos allí para apoyar a otros, en lugar de enfocarnos en nuestros propios problemas?

María era humilde – pero consciente de su valor

Justo después de que Juan, el bebé de Elisabet saltó en su vientre reconociendo a María (que tremendo momento) y Elisabet, lleno del Espíritu, bendijo a María, diciendo “ ¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! (Lucas 1:42) María declara una alabanza a Dios en voz alta (Lucas 1:47-49), en la que claramente muestra humildad y primero da gloria a Dios. Hay una frase que me llama la atención: Porque ha mirado la humilde condición de esta su sierva; pues he aquí, desde ahora en adelante todas las generaciones me tendrán por bienaventurada.49 Porque grandes cosas me ha hecho el Poderoso; y santo es su nombre. (Lucas 1:48-49)

¿Estaba sintiendo orgullo? No creo. Pienso que estaba reconociendo y aceptando el honor que Dios le había dado. Muchas veces escondemos nuestro valor o no creemos que valemos nada. Escondemos nuestros talentos y dones como el hombre en la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30). Dios quiere que puedas reconocer tus talentos, bendiciones y habilidades. Claro sin caer en el extremo del orgullo.

María reconocía su necesidad de meditar y reflexionar

Vivimos en un tiempo en que todo va tan rápido. Tenemos tanto que hacer y nos cuesta a veces encontrar un momento para reflexionar y meditar en la Palabra de Dios. En Lucas 2 vemos 2 momentos en los que María se para a reflexionar. En el v.19 después de que los pastores habían hablado tanto de Jesús, 19 Pero María atesoraba todas estas cosas, reflexionando sobre ellas en su corazón. Reflexionar significa pensar en algo detenidamente antes de tomar una decisión o llegar a una conclusión, contemplar o meditar.

De manera similar, en el v.51 dice Y su madre atesoraba todas estas cosas[v] en su corazón. Parece que ella fuera muy pensativa, acostumbada a ir a un lugar tranquilo para rumear y buscar la sabiduría de Dios. Es un hábito que nos haría bien adoptar.

María era una madre que se preocupaba por su Hijo

No conozco ninguna mamá que no se preocupara o pusiera ansiosa por el bienestar de sus hijos. María era igual, aún cuando su Hijo Jesús tenía 12 años. Cuando lo perdieron de vista y El se sentó con los ancianos, ella lo encontró y le dijo: Hijo, ¿por qué nos has tratado de esta manera? Mira, tu padre y yo te hemos estado buscando[t] llenos de angustia. (v.48). Podemos ponerlos en las manos de Dios y confiar en que Dios Padre los cuida aun cuando nosotros no podemos estar.

Conclusión: ¿Sabías que tu formas parte del plan de Dios y quiere usarte?

¿No sé si en este tiempo tienes algún desafío o si Dios te está llamando a hacer algo que nunca antes has hecho y te da miedo?

No te preocupes, Dios no te condena por lo que puedas sentir y nos da Su Espíritu Santo, que hará justamente lo que tú no puedes hacer. Tienes a Dios todopoderoso contigo. Puedes decirle sí a Dios y obedecer cuando El te dirige.

¿Piensas que no vales nada, que Dios no te puede usar? Pues, Dios quiere usarte a ti, anhela que reconozcas tus bendiciones y explores todos los talentos y el potencial que El puso en ti para usar para bendecir a los demás, ayudarles y dirigirles a Cristo.

O tal vez vives corriendo de aquí para allá y te cuesta parar a descansar, a escuchar a Dios y tomar tiempo para reflexionar. Si rumeamos las promesas de Dios y la Palabra, evitaremos muchos errores. Que podamos aprender de María en esta Navidad.

Aunque en la vida ocurren muchas cosas que no podemos controlar e imprevistos que se nos escapan. Pero gracias a Dios, no estamos solos. Tenemos un Dios sabio, soberano y lleno de gracia y amor, que quiere aprovechar todas las cosas para cumplir su plan y propósito en y a través de nosotros.