Dios escoge a Saúl

1º Samuel 9:1–2

“1Había un varón de Benjamín, hombre valeroso, el cual se llamaba Cis, hijo de Abiel, hijo de Zeror, hijo de Becorat, hijo de Afía, hijo de un benjamita. 2Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo.”

Introducción

Los israelitas habían pedido rey, usando como pretexto la corrupción de los hijos de Samuel.

Sin embargo, el deseo de ellos era tener un rey como las demás naciones, despreciando a Dios como su rey. 1 Samuel 8:7 “Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.”

Por tanto Dios cumple su deseo para que a través de su deseo recibieran el fruto de su necedad.

Un rey conforme al corazón de pueblo

Los reyes de las naciones paganas eran personas con una presentación imponente, guerreros, fuertes y de gran estatura.

Por estos atributos físicos, algunos de ellos se consideraban dioses.

Dios escoge a Saúl, un hombre que era agradable a los ojos de los hombres: 1 Samuel 9:2 “Y tenía él un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo.”

Independientemente de sus virtudes, Saúl era un hombre con una apariencia física impresionante a la vista de los hombres, digna de un rey.

Su belleza sobrepasaba a los demás varones israelitas, al igual que su estatura, posiblemente superior a los 2 metros de estatura.

Dios le estaba dando al pueblo lo que ellos querían, no lo que Dios tenían preparado para ellos. Romanos 1.28 “Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen”

La vida espiritual no es por vista, sino por fe. 2 Corintios 5:7 “(porque por fe andamos, no por vista)”

Pero la humanidad se conduce por la vista, por esa razón somos fácilmente engañados, frustrados y decepcionados, porque no buscamos lo espiritual sino lo material.

Después de Saúl fue escogido David como rey, quien era conforme al corazón de Jehová. 1 Samuel 16:7 “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”

Saúl diligente y obediente

1 Samuel 9:3 “Y se habían perdido las asnas de Cis, padre de Saúl; por lo que dijo Cis a Saúl su hijo: Toma ahora contigo alguno de los criados, y levántate, y ve a buscar las asnas.”

Las características del carácter de Saúl lo presentan como un hombre piadoso, diligente en atender los negocios de su padre al disponerse a buscar las asnas perdidas.

También es evidente su obediencia al no replicar las ordenes de su padre sino que a atenderlas presurosamente.

Saúl buscó por una gran distancia a las asnas, sin saber que estaba dentro del propósito de Dios que se perdieran.

Dios llama a personas ocupadas y obedientes porque tiene propósitos para ellos, Dios primero trata con ellos para moldear su carácter conforme a su propósito.

Hebreos 12:6 “Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo.”

La obediencia de Saúl le sirvió para encontrar el propósito de Dios para su vida.

La humildad de Saúl

Saúl y su familia pertenecían a la tribu de Benjamín, la más pequeña de las tribus de Israel, no solo en territorio sino que también en habitantes.

Sin embargo, de esta pequeña tribu Dios escoge al próximo rey de Israel.

De aquí podemos aprender que:

Dios puede escoger para grandes cosas a personas que se consideran pequeñas intelectualmente o en virtudes. 1 Corintios 1:27 “sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;”

A pesar de los antecedentes de pecado de Benjamín, Dios la restaura y la usa para su propósito. El mismo apóstol Pablo venía de la tribu de Benjamín, y fue escogido por Dios para la obra misionera. 1 Corintios 15:9 “Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.”

cuando el profeta le declara el propósito de Dios, Saúl no respondió con arrogancia sino humildad.

1 Samuel 9:20-21 “Y de las asnas que se te perdieron hace ya tres días, pierde cuidado de ellas, porque se han hallado. Mas ¿para quién es todo lo que hay de codiciable en Israel, sino para ti y para toda la casa de tu padre? Saúl respondió y dijo: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?”

La gente que se considera de linaje real, superior a los demás no responde con humildad sino con arrogancia.

Sin embargo Saúl tenía muy clara su posición, y esto fue importante para que Dios fijara sus ojos en él.

Es a través de la humillación que seremos exaltados por Dios. Salmo 147:6 “Jehová exalta a los humildes, Y humilla a los impíos hasta la tierra.”

Conclusión

Aquí se inicia una nueva etapa de Israel, Samuel sería crucial para esta transición, siendo profeta y juez abre el camino para establecer una monarquía de los hombres, pero lo hará también para establecer la monarquía conforme a corazón de Dios.

Dios escoge a Saúl principalmente porque cumplía las expectativas de los hombres, sin embargo, también era un hombre con virtudes espirituales que, aunque no serían apreciadas por los hombres, si lo son para Dios.

1 Samuel 9:6-10 En un momento en que se desesperó por no encontrar las asnas, buscó al hombre de Dios para encontrar ayuda.

Cuando te estés desesperado y no encuentres solución, acude a tu Padre celestial, quizá Dios te sorprenda con algo mucho más glorioso de lo que esperabas.