Si bien el candelabro del tabernáculo posee siete lámparas (Éxodo 25:31-37); siete son los días de la semana hebrea (Levítico 23:3); siete son las iglesias (Apocalipsis 1:20); los sellos (Apocalipsis 5:1); las trompetas (Apocalipsis 8:2); las copas de ira (Apocalipsis 16:1); etc., etc., etc., todo ello obedece a que en realidad el número 7 es la expresión de lo sobrenatural, lo espiritual, lo invisible, intangible, celestial y eterno (2 Corintios 4:18).