La Multiplicación de Iglesias en el Libro de los Hechos.

Introducción:

¿Qué se nos viene a la mente cuando hablamos de multiplicación?

Inmediatamente pensamos en la multiplicación de personas, es decir, la manera en que más personas comienzan a compartir el evangelio con otras y estas que llegan a conocer al Señor comparten el evangelio con otras y así se va multiplicando el número de personas que sigue al Señor y ayuda a otros a seguirle. Sin embargo, aunque este es un muy buen entendimiento de la multiplicación hay otro aspecto de la multiplicación que es “la multiplicación de Iglesias”. La multiplicación de discípulos debe ir de la mano con la multiplicación de Iglesias.

Quiero compartir con ustedes cómo el evangelio se multiplicó de la mano con la multiplicación de Iglesias en el libro de los Hechos.

Desarrollo:

Quiero que observemos dos textos que son muy representativos de cómo se multiplicó la plantación de Iglesias en el libro de los Hechos.

1. Hechos 11:19-26

Hechos de los Apóstoles 11:19–26 NBLA

19 Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que sobrevino después de la muerte de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando la palabra a nadie, sino solo a los judíos. 20 Pero había algunos de ellos, hombres de Chipre y de Cirene, los cuales al llegar a Antioquía, hablaban también a los griegos, predicando el evangelio del Señor Jesús. 21 La mano del Señor estaba con ellos, y gran número que creyó se convirtió al Señor. 22 La noticia de esto llegó a oídos de la iglesia de Jerusalén y enviaron a Bernabé a Antioquía, 23 el cual, cuando vino y vio la gracia de Dios, se regocijó y animaba a todos para que con corazón firme permanecieran fieles al Señor; 24 porque era un hombre bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. 25 Bernabé salió rumbo a Tarso para buscar a Saulo; 26 y cuando lo encontró, lo trajo a Antioquía. Y se reunieron con la iglesia por todo un año, y enseñaban a las multitudes; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.

El punto central de este texto es mostrarnos cómo el evangelio llegó a los gentiles de Antioquía.

1. Los creyentes que fueron esparcidos predicaban la Palabra a los judíos.

Hechos 11.19 “19 Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que sobrevino después de la muerte de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando la palabra a nadie, sino solo a los judíos.”

Los que fueron esparcidos llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía.

Esta primera parte del texto nos vuelve atrás. Nos habla de los que fueron esparcidos por la persecución desatada por Saulo, después de la muerte de Esteban predicaban la Palabra donde quiera que iban.

Predicaban la Palabra solo a Judíos.

Predicaban solo a Judíos. Esto nos habla de que todavía ellos no entendían que el evangelio era para los gentiles también.

Sin embargo se nos dice que ellos predicaban. Esto es de gran valor considerando las circunstancias que ellos habían vivido.

Un texto atrás nos describe también este hecho, en Hechos 8.4 “4 Así que los que habían sido esparcidos iban predicando la palabra.”

Habían perdido todo, tuvieron que dejar sus trabajos, sus casas y propiedades, tuvieron que huir buscando un lugar nuevo donde vivir y aun así ellos predicaban, mostrando así el entendimiento y valor que tenía para ellos ser testigos del Señor.

AP: Esto es muy distinto al entendimiento que muchos tienen de la fe hoy. ven la fe como un asunto solo entre ellos y Dios, y muchos toman la fe como un medio de conseguir cosas de Dios, aun en los que confiesan el verdadero evangelio, con una actitud individualista muestran que no les interesa el avance del reino de Dios si no lo que el reino puede darle a ellos. Es necesario que nosotros conduzcamos a nuestras Iglesias a una negación de nosotros mismos y una entrega con todo el ser a los propósitos de Dios.

Esta descripción está puesta para resaltar lo que dice en el versículo siguiente:

2. Otros predicaron a gentiles también.

Hechos 11.20-21 “20 Pero había algunos de ellos, hombres de Chipre y de Cirene, los cuales al llegar a Antioquía, hablaban también a los griegos, predicando el evangelio del Señor Jesús. 21 La mano del Señor estaba con ellos, y gran número que creyó se convirtió al Señor.”

Algunos de ellos predicaron a gentiles.

Llegamos al punto importante de este texto. Nos recalca que hubieron algunos creyentes judíos que, a diferencia de los otros, si predicaron el evangelio a los gentiles. Griegos no necesariamente se refiere a judíos helenistas, si no mas bien a gentiles de habla griega.

Se dice que esta predicación tuvo lugar en la ciudad de Antioquía. Esta ciudad fue muy importante en el tiempo de N.T ya que fue la capital de Siria en el imperio romano.

Este texto es muy importante ya que nos muestra el comienzo de la Iglesia en Antioquía, quizá la primera gran Iglesia gentil.

Dios bendijo esa predicación.

Esta predicación estaba acorde con la voluntad de Dios. El mismo lo había expresado en muchas partes de la Escritura, y se ve en los capítulos anteriores y posteriores de de Hechos.

Esta aprobación de Dios se ve reflejada en el hecho que él la bendice. “La mano del Señor estaba con ellos, y gran número que creyó se convirtió al Señor.”

Ap: La predicación del evangelio, hecha con la guía de Dios, será bendecida. Dios obrará en salvación de personas.

3. La Iglesia en Jerusalén envía ayuda a la naciente Iglesia en Antioquía.

Hechos 11.22-26 “22 La noticia de esto llegó a oídos de la iglesia de Jerusalén y enviaron a Bernabé a Antioquía, 23 el cual, cuando vino y vio la gracia de Dios, se regocijó y animaba a todos para que con corazón firme permanecieran fieles al Señor; 24 porque era un hombre bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. 25 Bernabé salió rumbo a Tarso para buscar a Saulo; 26 y cuando lo encontró, lo trajo a Antioquía. Y se reunieron con la iglesia por todo un año, y enseñaban a las multitudes; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.”

La Iglesia en Jerusalén llega a saber de la obra de Dios entre los gentiles de Antioquía y ¿Qué hace?

Envía ayuda. Decidieron enviar a Bernabé, el que en Hechos 2 se nos dice que su nombre verdadero era José y que le pusieron Bernabé que significa hijo de consolación.

Se nos dice que esto fue de mucha bendición para los hermanos de Antioquía.

Y que, por otra parte, no enviaron a cualquier hermano, si no un hombre maduro, espiritual, que fue calificado por los apóstoles para cumplir esta tarea.

Este hombre no quizo hacer solo su tarea y llama a Pablo. Ambos hacen un trabajo de enseñanza de un año entero, lo cual fortaleció grandemente a esta iglesia naciente.

Esto nos habla de dos cosas dignas de mencionar:

Había un grupo considerable de creyentes, que necesitaban ser enseñados. Pero era un grupo, no eran personas aisladas.

La Iglesia de Antioquía tuvo interés en apoyar la obra que los creyentes judíos estaban haciendo. Por eso enviaron a Bernabé. Esto lo vemos de una manera semejante cuando el evangelio se predicó en Samaria.

Hechos 8.14-15 “14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan, 15 quienes descendieron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo.”

También lo vemos en la visitas que el ap. Pedro realiza en diferentes lugares donde se habían formado comunidades de creyentes. Por ejemplo cuando visita Jope y encuentra una congregación que lloraba la perdida de la hermana Dorcas quien era conocida por sus buenas obras. ¿Cómo sería esta congregación que había llegado a tener personas que habían llegado a cultivar las virtudes de esta hermana?

Verdades:

Los creyentes tenían un verdadero compromiso con el testimonio de Cristo.

‌Donde el evangelio se predicaba se formaban comunidades de creyentes que se reunían y se ayudaban mutuamente para seguir a Jesús.

‌Las autoridades de la Iglesia estuvieron listos para colaborar donde la obra de Dios se estaba realizando.

2. Hechos 13.1-3

Hechos de los Apóstoles 13:1–3 NBLA

1 En la iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simón llamado Niger, Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca, y Saulo. 2 Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: «Aparten a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado» 3 Entonces, después de ayunar, orar y haber impuesto las manos sobre ellos, los enviaron.

En esta parte encontramos como Dios obra en la Iglesia de Antioquía y envía al primer grupo misionero a predicar el evangelio y plantar iglesias en el mundo gentil.

1. La Iglesia de Antioquía estaba dotada de muchos ministros.

Hechos 13.1 “1 En la iglesia que estaba en Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simón llamado Niger, Lucio de Cirene, Manaén, que se había criado con Herodes el tetrarca, y Saulo.”

Del último versículo del cap. 11 hasta estos primeros versículos del cap. 13 no podemos precisar cuánto tiempo pasó pero vemos que hubo un progreso en esta Iglesia.

Se menciona de hombres que servían en esta Iglesia como maestros.

2. El Señor llama a dos de ellos para un misión especial.

Hechos 13.2 “2 Mientras ministraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: «Aparten a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado»”

Vemos la actividad de estos siervos de la Iglesia de Antioquía.

Ellos ministraban al Señor y ayunaban.

En esta actividad espiritual Dios llama a dos de ellos a una obra especial.

Ellos tuvieron una actitud de dependencia al Señor para poder distinguir la voluntad de Dios en este asunto.

3. La Iglesia reconoce el llamado y los envía.

Hechos 13.3 “3 Entonces, después de ayunar, orar y haber impuesto las manos sobre ellos, los enviaron.”

Reconocieron y apoyaron el llamado de Dios para Bernabé y Saulo.

Esto revela, entre otras cosas que no se concentraron en si mismos, en su crecimiento, ellos tenía la visión de expandir el evangelio.

Apoyaron y respaldaron a los que Dios había llamado a la plantación de Iglesias.

Después de este texto veremos que Dios bendice el ministerio de Bernabé y Saulo y el evangelio se extiende y muchas Iglesias son plantadas.

Verdades:

La Iglesia no se centraba en si misma de modo que buscaban que el evangelio se extendiera por otros lugares.

La Iglesia enviaba equipos misioneros a plantar Iglesias.

La Iglesias respaldaban y apoyaban a los que Dios enviaba.

Conclusión:

“La multiplicación de discípulos va de la mano de la multiplicación de iglesias”