Transformados de gloria en gloria: Contemplando la imagen de Dios en Cristo.

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Introducción

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, es un gozo estar reunidos hoy para adorar a nuestro amado Dios. En Su infinita gracia, Él nos ha prometido que Su Palabra y el poder de Su Espíritu nos transformarán a la imagen de Su Hijo, Jesucristo. Por tanto, les animo a tener una santa expectativa en nuestros corazones mientras nos acercamos a Él en adoración esta mañana.
En el Salmo 115:4-8, el salmista nos habla de la futilidad de adorar ídolos hechos por manos humanas. Estos ídolos no pueden hablar, ver, oír, oler, tocar ni caminar. Y aquellos que confían en ellos se vuelven semejantes a ellos.
Por otro lado, el apóstol Pablo nos enseña en 2 Corintios 3:18 que, al contemplar con rostro descubierto la gloria del Señor, somos transformados a Su imagen de gloria en gloria, por el Espíritu del Señor.
Hoy venimos a este lugar de adoración con un propósito: acercarnos a Cristo y ser conformados a Su imagen.
En el relato de Éxodo 34:29-35, Dios nos anticipa la gloria del nuevo pacto a través del encuentro de Moisés con Él en el monte Sinaí. Este encuentro revela la cercanía de Dios mediante Su mediador y nos muestra cómo, al contemplar y adorar al Señor, somos renovados de gloria en gloria por el poder de Su Santo Espíritu.
Quizás algunos de ustedes se sienten abrumados por el peso de su pecado, o han llegado a este lugar desmotivados para servir a Dios. Pero mi deseo y esperanza es que, al finalizar nuestra adoración, sus corazones puedan apreciar la obra transformadora de Dios en sus vidas y encuentren una renovada motivación para permanecer en la presencia del Señor, donde somos moldeados y transformados de gloria en gloria cada día.
Hermanos, preparemos nuestros corazones para recibir la Palabra de Dios con humildad y expectativa. Oremos para que el Espíritu Santo hable a nuestras vidas y nos guíe mientras exploramos cómo la adoración y la contemplación de la gloria de Dios nos transforman.
Señor, te rogamos que este tiempo juntos tu nos lleves por medio de Santo Espíritu y tu poderosa palabra parecernos más a nuestro amado Salvador, Jesucristo!.
Éxodo 34:29–35 NBLA
Cuando Moisés descendía del Monte Sinaí con las dos tablas del testimonio en su mano, al descender del monte, Moisés no sabía que la piel de su rostro resplandecía por haber hablado con Dios. Al ver Aarón y todos los israelitas que la piel del rostro de Moisés resplandecía, tuvieron temor de acercarse a él. Entonces Moisés los llamó, y Aarón y todos los jefes de la congregación regresaron a él, y Moisés les habló. Después se acercaron todos los Israelitas, y él les mandó que hicieran todo lo que el Señor había hablado con él en el monte Sinaí. Cuando Moisés acabó de hablar con ellos, puso un velo sobre su rostro. Pero siempre que Moisés entraba a la presencia del Señor para hablar con Él, se quitaba el velo hasta que salía. Siempre que él salía, decía a los israelitas lo que el Señor le había ordenado. Los israelitas veían que la piel del rostro de Moisés resplandecía, y Moisés volvía a ponerse el velo sobre su rostro hasta que entraba a hablar con Dios.
Antes exponer nuestro pasaje, permítanme compartir un poco de contexto histórico que nos ayudará a comprender la importancia y el significado del texto que leímos.
Recordemos que Dios había redimido al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto por mano de Moisés, a quien él llamo para ser su representante. Luego Dios guía al pueblo al monte Sinaí, donde estable su pacto de gracia con ellos, dándoles las tablas de la ley escritas por su propio dedo para que ellos aprendan a vivir delante de él y además les ordena edificar un tabernáculo en el cual Dios habitaría para estar en medio de ellos.
Sin embargo, mientras Moisés esta recibiendo la ley y las instrucciones de Dios para levantar su morada en medio de Israel. El pueblo reniega de Moises y pide a Aron que le haga un becerro de oro para adorar; de esta manera Israel quebranta el pacto, rechazando a Dios y a su ungido y quedan bajo el juicio de Dios.
Dios manifiesta su disgusto por medio de la acción de Moisés, que en representación de Jehová quiebra las tablas de piedra y actúa como juez castigando a los idolatras. Dios además le hace conocer a Moisés su determinación de no habitar en medio de su pueblo.
De esta manera, Dios anima Moisés, en quien habita el Espíritu de Cristo, a cumplir con su función de mediador. Vimos como Dios perdona la iniquidad del pueblo y perdona a los penitentes por la intercesión de su mediador y luego restaura con ellos su pacto y les llama a vivir fielmente recordándoles de nuevo las leyes tocantes a la adoración.
Ahora en nuestro texto, luego de que Moisés a permanecido durante 40 Dias con Dios, contemplando su gloria. Desciende del monte con dos nuevas copias de los diez mandamientos y con su rostro resplandeciente.
Aquí Dios le muestra a Israel la necesidad que ellos tienen de un mediador para ser perdonados, reconciliados con Dios, para que de esta manera ellos puedan adorarle, contemplarle, conocerle y ser así trasformados al contemplar la gloria de Dios en el rostro de su mediador. Veamos como Dios exalta a su humilde mediador para revelar a su pueblo la gracia del nuevo pacto que prometido en Jesucristo.
(vv. 31, 32) Notemos que ahora que Moisés regresa luego de 40 días de ausencia, el pueblo lo esta esperando con expectativa y ahora están dispuestos a recibir la ley y las instrucciones de Dios.
Todos se reúnen con Moisés para repasar el pacto que Dios había establecido con ellos. Primero los ancianos, y luego toda la nación, escuchan de que manera deben vivir delante de Dios, ahora que han sido redimidos y perdonados por gracia.
Mientras Moises comparte con todos las palabras del pacto, su rostro esta resplandeciendo a causa de haber estado expuesto a la gloria de Dios.
Pero noten que Moises no sabe, él no tiene idea de su apariencia. El solo había estado en presencia de Dios y fielmente esta ahora delante del pueblo, cumpliendo su papel de mediador. Moises es un hombre que sirve en humildad y que esta siendo exaltado por Dios, delante del pueblo.
Ligon Duncan dice: Muéstrame un líder espiritual arrogante, y te mostraré a una persona que tiene una fe inmadura y no está familiarizada con la presencia de Dios. Pero muéstrame a alguien que está viviendo en la presencia de Dios, y te mostraré una persona humilde.
En su rostro resplandecía la la gloria de Jehová y él no lo sabía.
La palabra “resplandecía” es ambigua en el original hebreo, puede ser traducida como “de su rostro salían cuernos” Así lo traduce la vulgata latina y es la razón por la que Miguel Angel esculpió a Moises con dos cuernos en su cabeza. Pero como la biblia, interpreta a la biblia, podemos estar seguros de que la palabra resplandor es la adecuada, puesto que Pablo lo interpreta de esta manera en 2 Corintios 3 cuando habla de la gloria de Dios en el rostro de Moises en el versículo 6.
Recordemos que Moisés pidió a Dios ver su gloria, Dios le revela su gloria develándole su glorioso carácter con una declaración de su justicia, compasión, majestad y soberanía. La revelación de la gloria de Dios tuvo un efecto transformador en Moises que se notaba en el resplandor de su rostro.
La luz de la compasión misericordiosa y del amor fiel de Dios por su pueblo, brillaba ahora en el rostro de Moises su siervo. Era tal este brillo, que la gente no podía soportarlo y tuvieron temor de acercarse a Moisés (Vs. 30).
Tenían una razón para temer el juicio de Dios. Se lo merecían. Todos tenemos una razón para temer el juicio de Dios.
Moises tiene que llamarles para tranquilizarlos. El parece de otro mundo. Este es un hombre que acaba de descender de la presencia de Dios y esta reflejando en su rostro mortal la gloria del cielo.
No es increíble como Dios exalta a su ungido, ellos pueden conocer la gloria de Dios, por medio del mediador que Dios escogió, quien no solamente tiene brillo en su rostro, sino que además les declaraba la palabra de Dios.
Dios hace que el resplandor del rostro de Moisés, testifique dos cosas: él es el mediador que necesitan para conocer a Dios, y la palabra de Dios es algo que ellos necesitan para ser transformados “el resplandor certificaba para Israel que el mensaje de Moisés viene de Dios”.
Moisés, al ver que ellos están asustados, con ternura aprovecha esta señal que Dios ha puesto sobre él para hablar con el pueblo la palabra e Dios, el pueblo seguramente va a temer a Dios y va a creer en su ungido por este resplandor, ellos estaban viendo al mediador que Dios estaba exaltando.
Según el Apóstol Pablo en 2 Corintios 3:13. El brillo en el rostro de Moises se desvanecía, por lo que en nuestro texto, dice que Moisés decidió poner un velo luego de hablar con el pueblo, para que ellos no vean su rostro opacarse. y luego comenzaran a dudar de la palabra de Dios.
El regresaría para estar con Dios y su rostro se encendería y así servía a Dios delante de los hijos de Israel. En dependencia de Dios, esperando que el Señor lo transformara de un estado de gloria a otro estado de gloria al contemplar con el rostro descubierto la gloria de Jehová.
Esto era necesario porque el pueblo había empezado a cuestionar su autoridad. Al principio del capítulo 32 habían rechazado a Moisés como mediador, no por primera vez ni por última. Como resultado, Dios necesitaba restablecer la autoridad del profeta de alguna manera. Envió a Moisés a dar la ley. ¿Pero cómo sabría el pueblo que la ley venía de Dios? ¿Cómo sabrían que Moisés hablaba en su nombre? Bastaba una mirada al rostro del profeta.
Moisés, fue calumniado y menospreciado por el pueblo, el se humillo delante de Dios y fue exaltado con esta manifestación visible:
1º Samuel 2:30 NBLA
»Por tanto, el Señor, Dios de Israel, declara: “Ciertamente Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de Mí para siempre”; pero ahora el Señor declara: “Lejos esté esto de Mí, porque Yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco.
Santiago 4:10 NBLA
Humíllense en la presencia del Señor y Él los exaltará.
Es el humilde mediador de Dios. Quien ha estado habitando en su presencia y ha sido exaltado. De esta manera Dios le enseña a su pueblo: su necesidad del mediador, su necesidad de la revelación especial y el privilegio que tienen al disfrutar de la presencia de Jehová nuevamente por gracia.
Lo que el pueblo vio en el rostro de Moisés era solo un reflejo pálido de la verdadera gloria de Dios y aun así estaban aterrados. Este destello de gloria era suficiente para escudriñar los corazones de ellos y despertar sus conciencias culpables que les recordaba que eran pecadores, incapaces de cumplir por ellos mismos los requisitos del pacto, les recordaba que el Dios que les llamo en pacto es Santo.
Este resplandor era suficiente para recordarles que Dios les esté diciendo: "He escuchado la intercesión de Moisés por ti, y no solo no te voy a destruir, y no solo voy a ser fiel a las promesas de Mi pacto, sino que voy a estar contigo a pesar de que no te lo mereces, y lo haré porque Moisés intercedió por ti".
Dios por medio de Moises, les llama a contemplar un destello de su gloria, para manifestarles su disposición a perdonarles de pura gracia y disposición a transformarles a su imagen al contemplar su gloria por medio de la palabra de Moises a quien Dios estaba exaltando como su mediador temporal.
Amados, hoy nosotros no solo vemos un destello de la gloria de Dios que eventualmente se oscurece. Moises estaba anticipando a nuestro Señor Jesucristo, quien es Dios con nosotros, en su transfiguración leemos:
Mateo 17:2 NBLA
Delante de ellos se transfiguró; y Su rostro resplandeció como el sol y Sus vestiduras se volvieron blancas como la luz.
Noten que no solo el rostro, sino todo su cuerpo resplandeció. El no solo es un destello de la gloria de Dios, el mismo es Dios con nosotros. Todo lo que podemos conocer de Dios lo podemos conocer en la persona de Jesucristo
Hebreos 1:2–3 NBLA
en estos últimos días nos ha hablado por Su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas, por medio de quien hizo también el universo. Él es el resplandor de Su gloria y la expresión exacta de Su naturaleza, y sostiene todas las cosas por la palabra de Su poder. Después de llevar a cabo la purificación de los pecados, el Hijo se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
Amados hoy podemos ver la gloria resplandeciente de Dios en la fas, no de Moises, sino en el rostro de nuestro Señor Jesucristo. Su gloria es inherente, no es un destello o reflejo; y por lo tanto, es permanente; no se desvanece.
2 Corintios 3:5–18 NBLA
No que seamos suficientes en nosotros mismos para pensar que cosa alguna procede de nosotros, sino que nuestra suficiencia es de Dios, el cual también nos hizo suficientes como ministros de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu. Porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, de tal manera que los israelitas no podían fijar la vista en el rostro de Moisés por causa de la gloria de su rostro, la cual se desvanecía, ¿cómo no será aún con más gloria el ministerio del Espíritu? Porque si el ministerio de condenación tiene gloria, mucho más abunda en gloria el ministerio de justicia. Pues en verdad, lo que tenía gloria, en este caso no tiene gloria por razón de la gloria que lo sobrepasa. Porque si lo que se desvanece fue con gloria, mucho más es con gloria lo que permanece. Teniendo, por tanto, tal esperanza, hablamos con mucha franqueza. Y no somos como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro para que los israelitas no fijaran su vista en el fin de aquello que había de desvanecerse. Pero el entendimiento de ellos se endureció. Porque hasta el día de hoy, en la lectura del antiguo pacto el mismo velo permanece sin alzarse, pues solo en Cristo es quitado. Y hasta el día de hoy, cada vez que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre sus corazones. Pero cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad. Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.
Pablo está diciendo en este pasaje, es que la gloria del antiguo pacto y su mediador, no puede igualar la gloria del nuevo pacto y su Mediador. La gloria transfigurada de Jesús nunca se desvanecerá. Su gloria se revelará aún más cuando le veamos en gloria.
Así que el apóstol Pablo dice que si estudias Éxodo 34, entonces el que vas a pensar es en Jesús. Porque tú también, al igual que los hijos de Israel, mereces que se juzguen tus pecados. Mereces ser condenado y necesitas un mediador. Y el mediador que necesitas no es Moisés. El mediador que necesitas es Jesús porque su gloria no se desvanece. Y a diferencia de Moisés, Él murió por ti". Y eso es lo que aprendemos cuando miramos el Éxodo 34.
Aunque no le veamos con nuestro ojos, su gloria esta expuesta en toda la escritura, hoy podemos conocer mas del mediador que Dios tenía preparado para redimir a su pueblo, porque este mediador que anticipaba Moisés ya vino. Tenemos toda la revelación completa de Cristo en cada pagina de la escritura. Toda la escritura nos habla de él, de sus sufrimiento y de las glorias que vinieron tras él.
Y es contemplando la gloria de nuestro mediador, es contemplando su carácter y su obra por nosotros en su vida, muerte, Resurrección y ascensión que nosotros somos transformado de un estado de gloria a otro estado de gloria por el el Espíritu de Dios.
Claro nuestro rostro no brillara como el de Moises. Pero aunque luchemos de este lado de la eternidad con nuestros pecados, con nuestras incertidumbres y temores, en la medida que como Moises, nos exponemos mas y mas a la palabra de Dios, y conocemos mas a Cristo por medio de ella, otros si que pueden notar como nuestra vida va en aumento como la luz de la aurora.
Por cuanto tenemos un mejor mediador, y estamos bajo un mejor pacto, Dios nos invita con amabilidad a acercarnos cada día a Cristo. Como Moises invitaba al pueblo a venir a él.
Te vas a sentir condenado al considerar la santidad de Dios en el rostro de su ungido, todos somos pecadores. Pero vengamos confiados a su trono de gracia, contemplemos la santidad de Cristo, su obra en la cruz para expiar nuestros pecados, consideremos su resurrección y aserción, consideremos que é vino a salvar y a redimir pecadores y confiemos en la provisión de Dios.
Dios en Cristo, nos recibe por gracia. Y nos invita a dorar a su hijo en el Espíritu y de esta manera podemos ser transformados por el Señor.
la razón por muchos no avanzan en la iglesia, la razón por la que muchos persisten en sus pecados y se quedan rezagado en sus vidas sirviéndose así mismos y no al señor, la razón por la que su vidas no cambian, no es por causa de alguna incapacidad den Dios para cumplir su promesa de transformaron por su poder y su Espíritu en a la imagen de su hijo en la medida que contemplamos en su rostro su gloria.
La razón esta en el velo que esta en el corazón de las personas por causa de su amor por el pecado, por las cosas de este mundo, por sus ídolos, que no les permite ver la gloria de Cristo en cada pagina de la escritura para así ser transformados por él:
2 Corintios 3:15–18 NBLA
Y hasta el día de hoy, cada vez que se lee a Moisés, un velo está puesto sobre sus corazones. Pero cuando alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, hay libertad. Pero todos nosotros, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu.
Si este es tu caso, necesitas volverte al Señor. Necesitas al igual que Israel, reconocer tu pecado, tu culpa, tu incapacidad para servir y obedece a Dios y tu necesidad de Cristo. Necesitas ver a él en arrepentimiento y fe.
Efesios 5:14 NBLA
Por esta razón dice: «Despierta, tú que duermes, Y levántate de entre los muertos, Y te alumbrará Cristo».
Pero si tu estas creciendo en tu relación con el Señor, estas siendo consistente con la lectura de la palabra y estas cada día siendo iluminado por el E.S. para ver la gloria de tu mediador, debes saber que Dios nunca dejará de bendecirte y de usar cada cosa en tu vida para conformarte al carácter de Cristo, tal vez no lo notes, pero otros si lo harán. Otros van a glorificar a Dios al ver el fruto del Espíritu en tu vida.
Amado si tienes sed de Cristo y ahora sabes que tu crecimiento en la vida cristiana depende de contemplar su gloria, debes crecer cada día en tu entendimiento de la palabra. Esto implica un deber capacitarse para comprender mejor como Cristo se revela en cada pagina de la biblia. Implica que oraras por tus pastores para que sean fieles a su juramento cuando prometieron someterse a un libro de orden que nos obliga bajo juramento predicar a Cristo y exaltar su gloria en cada sermón. Si oras por nosotros y en algún momento esto no pasa, acércate a nosotros y haznos el reclamo por amor a tu alma. Y si aun así no predicamos a Cristo y no hacemos brillar su gloria, habla con el presbiterio y si no eres escuchado corre de aquí.
Amaos no vale la pena perder el tiempo, escuchando un discurso desprovisto de Cristo. Solo en Él hay salvación. Solo en él hay vida terna, solo en él somos santificados y solo en él seremos reclamados para Dios en gloria.
Dios bendiga su palabra.
Lo que el pueblo vio en el rostro de Moisés fue la gloria de Dios, y les aterrorizó.
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