¿ZARANDEADO POR LAS OLAS? JESÚS CAMINA SOBRE ELLAS
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PASAJE
PASAJE
14 Al ver la señal que Jesús había realizado, la gente comenzó a decir: «En verdad este es el profeta, el que ha de venir al mundo». 15 Pero Jesús, dándose cuenta de que querían llevárselo a la fuerza y declararlo rey, se retiró de nuevo a la montaña él solo. 16 Cuando ya anochecía, sus discípulos bajaron al lago 17 y subieron a una barca, y comenzaron a cruzar el lago en dirección a Capernaúm. Para entonces ya había oscurecido, y Jesús todavía no se les había unido. 18 Por causa del fuerte viento que soplaba, el lago estaba picado. 19 Habrían remado unos cinco o seis kilómetros[a] cuando vieron que Jesús se acercaba a la barca, caminando sobre el agua, y se asustaron. 20 Pero él les dijo: «No tengan miedo, que soy yo». 21 Así que se dispusieron a recibirlo a bordo, y en seguida la barca llegó a la orilla adonde se dirigían.
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
«El Evangelio según Juan es el libro más extraordinario que jamás se haya escrito. “Quita tus zapatos de tus pies porque el lugar donde estás es Santo”[1]», con estas palabras comienza su comentario sobre este evangelio el estimado erudito y galardonado con el «Gold Medallion Book Award», William Hendriksen. Sin duda alguna el evangelio de Juan está entre los libros favoritos de la mayoría de los cristianos, su sencillez, su mensaje evangelístico, su estructura narrativa y sus detalles asombrosamente penetrantes lo hace sin par.
Pero dentro de los académicos Hendriksen no es el único que alaba este libro sagrado, John McArthur dijo en su comentario a este libro: «Juan es único entre los Evangelios»[2]. Inclusive Juan Calvino llegó a considerar a Juan el «discípulo que fue, más que los demás, amado por Cristo».[3] Por su parte, Barclay dice: «Juan tiene la mirada más penetrante de todos los autores del Nuevo Testamento para escrutar las verdades y los misterios eternos y la misma naturaleza de Dios. Muchos se encuentran más cerca de Dios y de Jesucristo en Juan que en ningún otro libro del mundo.»[4]
El propósito de este libro esta bien delineado por el mismo Juan: «pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; y para que al creer, tengáis vida en su nombre» Jn 20:31. Es movido por este propósito que Juan selecciona intencionalmente un grupo de frases que el propio Jesús dijo acompañadas de la expresión «Yo soy…», con las que nos revela aspectos importantes de su persona y obra redentora. Además, el libro gira entorno a un conjunto de 7 señales milagrosas llevadas a cabo por nuestro Señor que van desde convertir el agua en vino en una boda en Canaán (Jn. 2:1-11), la sanidad del hijo de un oficial (Jn. 4:46-54), la curación de un paralítico en el estanque de Betesda (Jn 5:1-15), la alimentación de 5000 mil hombres (Jn 6:1-15), caminar sobre las aguas (Jn 6:16-24) la curación del ciego de nacimiento (Jn.9), la resurrección de Lázaro (Jn. 11).
Todas estas señales se dieron en contexto y audiencias distintas pero tiene dos cosas en común, la primera es que exaltan la divinidad, la majestad y la gloria de Cristo y la segunda es que beneficiaron ricamente a los hombres que las presenciaron.
En esta ocasión vamos a explorar los diferentes aspecto de la quinta señal milagrosa que tuvo lugar en el lago de Genesaret o Mar de Galilea. Una noche oscuras, un mar embravecido y unos discípulos confundidos y asustados por el inminente peligro, son el escenario que el Señor escoge para mostrar nuevamente su gloria sin par.
BOSQUEJO
BOSQUEJO
I. Jesús libra a sus discípulos de un primer peligro.
II. Ser un discípulo de Jesús no exime de todos los peligros
III. ¿Qué hace Jesús mientras sus discípulos sufren el peligro?
A. orando por ellos
B. vigilandolos
IV. El milagro cuadruple en el peligro
A. Jesús muestra su divinidad
B. Jesús confieza su divinidad
Objetivo de la enseñanza
Objetivo de la enseñanza
El propósito de esta enseñanza es doble. En primer lugar, exaltar la gloria de Cristo, quien domina y trasciende toda la creación, y cuida tiernamente de sus discípulos con amor y compasión. En segundo lugar, a medida que esta gloriosa revelación se despliega, deseamos brindar consuelo y alivio a los hermanos que enfrentan circunstancias desafiantes en sus vidas. Que la Palabra de Dios sea un bálsamo sanador para los corazones afligidos y resuene como un trueno en los corazones obstinados, llamándolos al arrepentimiento.
De un momento a otro las tranquilas aguas del Mar de Galilea se convierten en un mar embravecido. La razón de este fenómeno es meramente geográfico, resulta que este lago ubicado a 200 mts por debajo del nivel del mar (Mar Muerto) está rodeado de un conjunto de montañas conocida como “el monte de Hermón” que llegan a tener una altitud que superan los 2,800 mt. esta zona se conoce como “el valle del Jordan”, tal ubicación genera con frecuencia inestabilidad climática, e inesperadas ráfagas de viento caen en picada por las montañas hasta golpear la superficie del lago, levantando olas de hasta 2 mts de alturas. Es así como un día tranquilo en el lago de “Genezaret” puede súbitamente convertirse en un tormentoso día.
Por lo tanto, el relato que tenemos frente a nosotros, específicamente “…los fuertes vientos …y el mar picado”, no debió ser algo inusual o extraño para este grupo de discípulos, quienes en su mayoría era pescadores experimentados. Tengamos esto en cuenta durante toda la enseñanza; en realidad, la tormenta no era lo inusual en la vida de estos pescadores, era lo usual. Del mismo modo, y eso a la luz de toda la Escritura, podemos decir que las tormentas en la vida cristiana no es lo inusual sino lo usual.
Juan omite algunos datos interesantes de lo que sucedió es día, puesto que daba por sentado el hecho de que sus lectores ya estaban familiarizados con la historia que narraban los sinópticos de Mateo y Marcos. Sin embargo, lo interesante de la historia narrada por Juan es que contiene la perspectiva de alguien que estuvo en la barca, por eso, sus detalles son interesantes y vividos.
I. Jesús libra a sus discípulos de un primer peligro
I. Jesús libra a sus discípulos de un primer peligro
16 Cuando ya anochecía, sus discípulos bajaron al lago 17 y subieron a una barca, y comenzaron a cruzar el lago en dirección a Capernaúm.
Juan nos dice que cuando ya anochecía, un periodo que abarca desde las 6:00 pm. hasta las 9:00 pm, sus discípulos bajaron al lago y subieron a una barca y comenzaron a cruzar el lago en dirección a Capernaúm. A simple vista parece un acto descortés e insensible de los discípulos dejar a su Maestro solo en una montaña, pero una mirada por los sinópicos, no puede ayudar a formarnos una mejor idea.
En el evangelio de Marcos leemos:
“Enseguida hizo que sus discípulos subieran a la barca y fueran delante de Él al otro lado… mientras Él despedía a la multitud. Mc. 6:45.
Las mismas palabras las repite Mateo (14:22).
La palabra hizo (anagkázo) que escogieron los escritores para describir la acción llevada a cabo por Jesús significa obligar, instar con una urgencia apremiante, incluso, forzar a alguien que haga algo que no quiere. Al parecer los discípulos estaban renuente a dejar solo a su Maestro, pero Jesús mostraba urgencia en que se fueran hasta que finalmente los obligó. La pregunta que nos haremos en este punto será ¿por qué los obligó y por qué los discípulos estaban renuentes a irse?
¿Podría haber representado un peligro para los corazones de los jóvenes discípulos lo sucedido en la alimentación de los 5000 hombres? Es posible que el Señor quisiera evitar una situación de peligro para ellos. Recordemos que había una multitud enfervorizada y emocionada por el asombroso milagro que acababan de presenciar, llegando incluso al punto de querer llevarlo a la fuerza para proclamarle rey.
La sensibilidad social en torno al Mesías esperado, especialmente debido a la proximidad de la Pascua, despertó emociones intensas en esta multitud que estaba no menos que dispuesta de iniciar una revuelta. En una sociedad ya convulsionada política y socialmente, esto representaba un verdadero peligro para cualquier joven discípulo. No era algo trivial, ya que podía desviar la atención de ellos del reino espiritual y enfocarla en un reinado terrenal. Satanás tentó a Jesús con las glorias de este reino (Mateo 4:1-11) e incluso, mientras estaba frente a Pilato en el Pretorio, lo incita con la pregunta: "¿Eres tú el Rey de los judíos?" (Juan 18:33).
Es probable que, debido a la falta de madurez de los discípulos en ese momento, ese exceso de emocionalismo afectara sus corazones y los llevara a adoptar ideas nacionalistas, distorsionando su percepción del verdadero Mesías. Sin embargo, el Señor sabe cómo cuidar los corazones de sus seguidores, conoce sus límites y hasta dónde pueden resistir una prueba y es por esto que decide que los discípulos vayan al otro lado del Mar sentido a Capernaúm.
II. Ser un discípulo de Jesús no exime de todos los peligros
II. Ser un discípulo de Jesús no exime de todos los peligros
17…Para entonces ya había oscurecido, y Jesús todavía no se les había unido. 18 Por causa del fuerte viento que soplaba, el lago estaba picado.
Este punto equilibra la idea anterior, porque aunque el Señor les evitó el peligro de una mar de personas emocionalistas no les evitó el peligro de una mar embravecido. Como ya hemos dicho Jesús ordenó u obligó a sus discípulos a ir adelante a Capernaún solos, y ahora fuertes vientos y un mar picado amenaza con voltearles la barca. Por favor, pongámonos por un momento en la sandalias de aquellos hombres ¿Qué pudieron pensar los discípulos en ese momento? ¿Si usted hubiese sido uno de ellos que hubiese pensando acerca de su Maestro? Seguramente ninguno de ellos esperó que obedeciendo al Señor se encontrarían con el mal tiempo, los fuertes vientos y una barca amenazada por las olas. Esta es la historia de muchos santos hermanos, oran y actúan confiando que están obedeciendo a Dios y de repente todo se sale de control.
Algunos salmistas estuvieron en situaciones parecidas, leemos el Salmo 71:7-9 de Asaf:
¿Nos rechazará el Señor para siempre?
¿No volverá a mostrar su buena voluntad?
¿Se habrá agotado su gran amor eterno y sus promesas por todas las generaciones?
¿Se habrá olvidado Dios de sus bondades, y en su enojo ya no quiere tenernos compasión?
Volvamos a los discípulos y pensemos en el cambio tan brusco que les tocó experimentar aquel día:
En el maravilloso y prodigioso milagro de la multiplicación de los panes y los peces, los discípulos se encontraban rodeados por multitudes innumerables. Sin embargo, en ese momento, se hallaban solos, navegando en aguas tumultuosas.
La escena de ese milagro tuvo lugar en una colina, en pleno día, con abundante hierba y una brisa primaveral refrescante acariciando el rostro de los dichosos discípulos. Pero ahora, pasadas un par de horas, se enfrentaban a un mar embravecido que golpeaba sus rostros, mientras que una noche oscura como el corazón humano sumido en tinieblas, dominaba la escena.
En aquel portentoso evento de la multiplicación, ellos fueron los instrumentos que Jesús utilizó para alimentar a la multitud. ¿Pueden imaginar la gloria que experimentaron? La emoción, la gloria, el asombro. Fueron sus manos las que distribuyeron el pan bendito, mientras su Maestro, creaba de la nada innumerables panes y peces. Pero ahora, esas mismas manos que repartieron el pan milagroso se aferraban a los rudos remos de una pequeña barca.
No puedo concebir un momento más emocionante, estimulante y angustiante en la vida de estos hombres. Ese día nunca podría ser olvidado. Juan, al escribir este evangelio 70 años después de aquel suceso, aún mantiene en su corazón la imagen vívida de aquel glorioso día.
¿Se siente identificado con esto? ¿No ha experimentado temporadas como estas en su vida cristiana? Un día, Dios lo utiliza como su instrumento en el hogar, el trabajo, la iglesia, y todo parece ir bien. En esas circunstancias, la vida se asemeja a una divina primavera, y usted anhela que esa temporada perdure eternamente. Pero, de repente todo cambia, el sol esconde su rostro y la apacible hierba del descanso se convierte en un mar inestable y furioso. De un amplio y verde valle, la providencia divina lo confina en una pequeña barca. Y lo peor de todo es que al parecer "Jesús no está en la barca".
Me pregunto si los discípulos pensaron que aquel que había convertido el agua en vino, purificado el templo, expulsado demonios con solo una orden, sanado a paralíticos como quien levanta una flor del suelo, devuelto la vista a los ciegos, el oído a los sordos, la capacidad de caminar a los cojos, y alimentado a una multitud con cinco panes y dos peces, también les garantizaría un viaje seguro. Quizás, aquellos fieles seguidores tenían esas expectativas. Sin embargo, si ese era su pensamiento, estaban equivocados. Y hoy en día, aquellos que acuden a Cristo esperando una vida fácil también se equivocan.
J.C. Ryle en su Libro Santidad tiene un comentario muy acertado:
“Es provechoso comprender que servir a Cristo nunca eximió a nadie de los males que la carne hereda, ni tampoco eximirá de ellos a nadie. Si usted es creyente tiene que saber que mientras esté en el cuerpo tendrá su porción de enfermedades y dolores, de sufrimientos y lágrimas, de pérdidas y cruces, de muertes y pesares, de despedidas y separaciones y de disgustos y desencantos. Cristo nunca se comprometió a que usted llegue al cielo sin esto. Se encarga de que todo aquel que venga a él tendrá todas las cosas relacionadas con la vida y la santidad, pero nunca se responsabilizó de darle prosperidad, ni riqueza, ni buena salud ni de eximir a su familia de la muerte y la aflicción.”
III. Que hace Jesús mientras sus discípulos sufren el peligro
III. Que hace Jesús mientras sus discípulos sufren el peligro
Bueno, sí los discípulos no fueron los desconsiderado en esta ocasión, pues, ellos no se querían ir, entonces, tuvo que ser Jesús el desconsiderado que los obligó a irse a sabiendas del peligro que les esperaba ¿no es cierto? ¡Claro que no! Jesús estaba por darle una poderosa lección acerca de su carácter, veamos lo que Jesús estaba haciendo:
A. Orando
A. Orando
El relato registrado por Mateo nos arroja buena luz al respecto. Él nos dice:
“Después de despedida la gente, subió a la montaña para orar a solas, Al anochecer, estaba allí él solo, y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario.” Mt 14:23-24.
Por su parte, Marcos de manera sucinta nos dice que Jesús “fue a la montaña para orar”. Mc. 6:46.
¿Podemos dudar de que el Señor Jesús estaba intercediendo por sus discípulos? aquí tenemos un bella demostración practica de ese sacerdocio inmutable que el Señor ofrece por su pueblo. William Hendricksem comenta:
“Aún cuando la tempestad rugía furiosa, y las tinieblas envolvían al pequeño grupo, en realidad estaban totalmente seguros, pues en el monte el Señor intercedía por ellos.”
Es probable que nadie más sobre la tierra estuviera elevando una oración a Dios por esos hombres, pero el Señor Jesús sí y eso era suficiente: Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos. Hebreos 7:25
B. Vigilandolos
B. Vigilandolos
Pero hay algo más que Marcos nos cuenta:
En la madrugada, [Jesús] vio que los discípulos hacían grandes esfuerzos para remar, pues tenían el viento en contra. Marcos 6:48 NVI, la BLA lo dice así: “Y al verlos remar fatigados porque el viento les era contrario". El verbo “verlos” significa literalmente ver con atención. El Señor Jesús no solo estaba orando por ellos desde la montaña, además, los estaba vigilando cuidadosamente. Pero ¿Cómo hizo para verlos con precisión? Yo pienso que lo hizo de dos manera primero haciendo uso del atributo divino de la omnisciencia. Está idea está avalada por el hecho de que Jesús los vio “fatigados”, verbo que significa atormentados, preocupados o profundamente angustiados. Difícilmente a esa distancia el Señor iba a poder verles la cara de angustia.
Pero también pienso que vigilaba a sus discípulos con la vista humana, recuerden que todo esto está ocurriendo en plena primavera, la super luna llena de esta época es capaz de iluminar todo aquel lago. Personalmente pienso que aquí se ve a nuestro Señor haciendo uso de su doble naturaleza para cuidar tiernamente de los suyos. Me pregunto si en algún momento de toda esta angustia los discípulos alzaron sus ojos hacia el monte para ver a Jesús porque esta escena es un conmovedor retrato del salmo 121:
Alzaré mis ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi Socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá
El que guarda a Israel.
Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
El sol no te fatigará de día,
Ni la luna de noche.
Jehová te guardará de todo mal;
El guardará tu alma.
Jehová guardará tu salida y tu entrada
Desde ahora y para siempre.
Salmo 121
Además, nos recuerda la promesas de amor y misericordia que Dios le había hecho a Israel a través del profeta Isaías:
“No temas, porque yo te he redimido, te he llamado por tu nombre; mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo, y si por los ríos, no te anegarán” Isa 43:1-2
IV. El milagro en el peligro
IV. El milagro en el peligro
Veamos el contenido del milagro y como el Señor lo usa como una señal para demostrar una vez más su divinidad:
A. Jesús muestra su divinidad
A. Jesús muestra su divinidad
Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, vieron* a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca; y se asustaron.
El lago tiene de ancho unos 7 km, y Juan nos dice que aprox. estaban entre el km 5 ó 6. Marcos nos dice que “…la barca se hallaba en medio del lago” (v. 47), Y Mateo nos dice que “…la barca ya estaba bastante lejos de la tierra” Por lo tanto, es razonable concluir que los discípulos se encontraban un poco más allá de la mitad del lago. Esta travesía había comenzado al anochecer (6 a 9 pm) pero según Mateo Jesús vino a ellos a la cuarta vigila de la noche (3 a 6 am) (Mt. 14:25), ósea que habían pasado entre 6 a 12 horas remando angustiados luchando contra el viento en contra, esas doce horas debieron haber sido eternas para los discípulos, solemos luchar con la idea de que las horas de angustias siempre son más largas y que Dios tarda más de lo debido en llegar a resolver nuestras situaciones mas apremiantes. Incluso los salmos están lleno de estos sentimientos.
Es interesante que con todo lo que ha sucedido los discípulos estaban cansados y atormentados pero no se nos dice que hayan experimentado miedo, hasta que “vieron a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca; y se asutaron”. Aqui la palabra es phobéo que significa temer, evitar, huir, de donde viene nuestra palabra fobia. La respuesta natural ante algo que te aterra es huir de eso. Las palabras de Mateo son más gráficas “Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar.” Mt 14:26.
Ellos vieron algo aterrador que los hizo gritar de sorpresa y horror, ellos vieron a Jesús caminar sobre las aguas. Y de paso no lo vieron abatido por el viento o cansado por la distancia de aquellos largos km al contrario lo viendo ejerciendo su dominio sobre olas y vientos, Marcos dice: "fue* hacia ellos andando sobre el mar, y quería pasarles de largo.” Mr 6:48.
La leyes con las que Dios a ordenado su creación ha sido subyugadas por un momento, y Jesús ha demostrado ser el Señor de la creación. David escribió referente al Dios de su Salvación: “el que calma el rugido de los mares, el estruendo de las olas, y el tumulto de los pueblos” Sal 65:7. Estas tres cosas la hizo Jesús en aquel día. Y en el Salmo 104 el salmista exalta a Dios así “Él es el que pone las vigas de sus altos aposentos en las aguas; el que hace de las nubes su carroza; el que anda sobre las alas del viento; Sal 104:3.
B. Jesús les confieza su divindad
B. Jesús les confieza su divindad
Ante todo este asombro el Señor les dijo*: Soy yo; no temáis.” Jn 6:20. En griego las palabras son mucho más reveladoras: Ἐγώ εἰμι, μὴ φοβεῖσθε (egó imi, mi fobiste) Las palabras Ἐγώ εἰμ son enfática por si solas y de manera independiente ambas significan “yo soy”, Jesús al usarlas juntas, está enfatizando una idea, es como si dijera YO SOY dos veces, lo que claramente es una identificación con el Nombre sagrado Jehová que significa “YO SOY EL QUE SOY”. Y dado todo lo que está aconteciendo sus palabras son más que oportunas puesto que para los judíos solo Dios podía tener poder y dominio sobre las fuerzas de la naturaleza:
Te abriste camino en el mar; te hiciste paso entre las muchas aguas, y no se hallaron tus huellas. Por medio de Moisés y de Aarón guiaste como un rebaño a tu pueblo. Salmo 77:19-20
Él se basta para extender los cielos; somete a su dominio las olas del mar. Job 9:8
V. Un final feliz
V. Un final feliz
Juan culmina esta parte de su relato de la siguiente manera: Entonces ellos querían recibirle en la barca, e inmediatamente la barca llegó a la tierra adonde iban. Jn 6:21. Marcos añade algo más: Subió entonces a la barca con ellos, y el viento se calmó. Marcos 6:51
Luego que el Señor subió a la barca todo se calmó, se calmaron sus corazones y se calmó el mar embravecido. Aquí hay dos milagros más para un total de 4: (1) El Señor logra ver a una distancia de más o menos 5km que sus discípulos estaban cansados y preocupados lo que claramente es una demostración de su omnipresencia, (2) camina sobre el mar, (3) Calma el viento y (4) acorta el camino. Una imagen vivida del salmo 107:
Entonces en su angustia clamaron al SEÑOR y Él los sacó de sus aflicciones. Cambió la tempestad en calma y las olas del mar callaron. Entonces se alegraron porque las olas se habían aquietado, y Él los guió al puerto anhelado. Den gracias al SEÑOR por su misericordia y por sus maravillas para con los hijos de los hombres. (28-31).
Mateo añade algo más:
“Y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: -verdaderamente tu eres el Hijo de Dios.” Mt. 14:33
Mateo usa este verbo adorar, que significa postrarse ante una divinidad. El Señor ha evitado que el corazón de sus discípulos se contamine con una multitud emocionada y confundida, lo manda a atravesar el mar de Galilea, ellos creen que están solos, pero no es cierto, el Señor los está siguiendo con mirada amorosa cuidando cada detalle de sus vida y está intercediendo por ellos desde la montaña. Cuando se encuentran en el momento más oscuro de su naufragio aparece el Señor dominando las olas, calmando los corazones de aquellos cansando discípulos, calmando el viento, y acortando el camino de manera sobrenatural. El señor en este milagro ha demostrado el conocimiento que tiene sobre el corazón humano, el dominio que tiene sobre todo el mundo físico, espacio, tiempo y materia, todo lo ha dominado, algunas personas pueden creer en el Reino espiritual de Cristo pero les cuenta mucho creer en el dominio que tiene sobre el mundo físico, el Señor puede hacer todo lo que quiera y cuando quiera y como quiera, no está condicionado a nada que condiciona a las criaturas, Hizo que las aguas del mar se dividiera en dos, que rocas brotaran aguas como un manantial, hizo que cuervos llevaran carne a un profeta hambriento, hizo que un pez gigante se tragara a un profeta desobediente y lo condujera por las profundidades del mar durante tres días, hizo que leones hambrientos no sintieran apetito por comerse a Daniel en la cueva, que un horno de fuego no quemara a 3 hombres, hizo que cardumenes de peces llenaran las redes de unos pescadores experimentados.
APLICACION
1. Usted puede pedirle al Señor todo lo que considera necesario para su vida, todo, absolutamente todo, pero podemos estar seguros de que el Señor al final hará lo que sea mejor para la gloria de su Nombre y para el bien eterno de nuestras almas. Es interesante notar que mientras la multitud lo quería forzar a Él a hacerse “Rey”, Él forzaba a sus discípulos a huir de aquella escena. Buscar fama y poder en en el Reino del Señor está prohibido. Dios cuida de su pueblo con suma ternura.
2. A nadie le gusta cruzar el mar de la vida en estas condiciones, todos quisieramos siempre el buen tiempo, el mar tranquilo y bello, y el sol bañando nuestro rostro. Pero no es así, la vida Cristiana está llena de muchisimas pruebas las cuales el Señor usa como instrumentos para perfeccionarnos (llevarnos a la plenitud en Cristo Jesús). Acostumbremonos que son las pruebas las que nos perfeccionan. Pero recuerda la providencia divina no te llevará a nigún lugar donde la gracia no te sostenga.
Aplicación practica 3
Cuando nuestra fe es zarandeada por el mar de los problemas, por los vientos contrarios e inesperados, cuando las luchas y las embestidas del mal, de Satanás, de los demonios y de los hombres malos azoten nuestra barca no olvidemos las palabras de Pablo:
¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros.” Romanos 8:34.
Lo cierto es que el Señor no estaba en la colina durmiedo, mientras a sus espaldas sus discipulos amados estaban en peligro de muerte, el estaba intercendiendo por ellos. Puede que tu pastor no ore por ti todos los días ni conozca todas tus luchas y situaciones, y que hayan hermanos que nunca hayan tenido memoria de ti en sus plegarias, pero el Señor Jesús si. Él ora desde el monte celeste para fortalecer y guardar a los suyos, aunque no haya nadie sobre la tierra que eleve una plegaria en tu nombre, con todo, El Señor todo Poderoso no se ha olvidado de ti. El Señor no está durmiendo mientras usted y yo estamos en peligros mil, el interce y su gracia nos fortalece.
Suele paracernos que ¿No suele parecernos a nosotros que Dios tarde en llegar a resolver nuestras situaciones mas apremiantes?, los salmos están lleno de estos sentimientos.
En verdad solemos creer que las cosas van muy lentas que el señor está demorando más de los debido, nos anfanamos, pero el señor tiene el control de todas las cosas, y basta que el se monte a la barca nuestra para llevarnos pronto y seguro a puerto de destino. Nadie jamás ha naufragado en los mares de la vida si el señor va con ellos nuestro Dios tiene el poder para llevarnos a un final feliz.
[1][1] William Hendriksen, Comentario al Nuevo Testamento: El Evangelio según San Juan (Grand Rapids, Michigan: Libros Desafío,1981), p. vii.
[2] Jhon McArthur, Comentario McArthur del Nuevo Testamento: Juan (Grand Rapids, Michiga: Portavoz, 2011), p. 2
[3] Juan Calvino, Comentario a la Primera Epistola de San Juan, http://www.iglesiareformada.com/Calvino_I_Juan.html (consultado el 10-03-21).
[4] William Barclay, Comentario al Nuevo Testamento (Barcelona: Editorial Clie), p. 365.