Los mandamientos y los estatutos de Dios son para beneficio nuestro. Dios quiere el bien para nosotros como cualquier padre terrenal quiere el bien para sus hijos. Los mandamientos de Dios no son gravosos. Literalmente pesados, severos, feroces. o difíciles de cumplir. Esta palabra tiene el sentido de opresivo, lo que habla de algo marcado por una severidad injusta o un comportamiento arbitrario. ¡Qué bendición es saber que Dios es Justo, es Bueno y que todo lo que Él me pide hacer se fundamenta en su persona y es para mi propio bienestar.