1 Juan 2: 18-27 | Cristianos y Anticristos

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Desde sus primeros capítulos la Biblia muestra que el maligno y todos los que actúan en su reino (Ef. 2:2-3; Col. 1:13) se han opuesto constantemente al plan de Dios.
En el pasaje de hoy vamos a ver un contraste, entre los cristianos y los que estan en contra de Cristo; Anticristos.
Caracteristicas de los Anticristos (2:18-19, 22-23, 26)
Caracteristicas de los Cristianos (2:20-21, 24-25, 27)

1. Caracteristicas de los Anticristos (2:18-19, 22-23, 26)

1. Surgirán en los ultimos tiempos (v.18)

De nuevo Juan se dirige a sus lectores como hijitos (paidia), identificándolos como los que pertenecen a la familia de Dios, y aquellos a quienes su Padre desea advertir que había un peligro inminente.
Resaltando aún más la urgencia del tema, Juan recuerda a sus lectores que ya es el último tiempo. La frase dice literalmente: “la hora final ya es”, haciendo del orden de las palabras una expresión enfática.
El último tiempo se refiere a la época actual perversa.
El último tiempo comenzó en la primera venida de Jesucristo (cp. 1 Co. 10:11; Gá. 4:4; He. 1:1-2; 9:26; 1 P. 1:20), y concluirá cuando él regrese.
(Zac. 11:16-17). Al final de la era Dios permitirá que surja un pastor perverso (el anticristo), el cual será la antítesis del Buen Pastor. Este individuo será un falso apacentador que no ama a las ovejas, sino que las mata para satisfacer su hambre insaciable.

2. Se infiltran en las iglesias (v. 19)

Los anticristos que se infiltran en la Iglesia y se mezclan entre los creyentes, tratando de destruir a través de propagar mentiras y engaños, son fácilmente identificables por tres características principales. Primera, se apartan de la comunión. Entran a la Iglesia solo para sabotearla, usando a menudo una estrategia sofisticada de falsa enseñanza y mentiras. Pero al final la mayoría se aleja, separándose de los verdaderos cristianos, dejando una senda de destrucción espiritual a su paso, y llevándose inevitablemente a algunos de los débiles.

3. Niegan la fe (v. 22-23)

La segunda particularidad claramente reconocible de los anticristos es que niegan la fe.
El espíritu de anticristo es el del mentiroso… el que niega que Jesús es el Cristo. Una visión correcta de Jesucristo (su persona, su obra y su mensaje salvador) es un rasgo esencial de la fe genuina que salva; no se puede salvar nadie que rechace la revelación bíblica acerca de Cristo (Jn. 8:24; cp. 1:12-13; 3:18, 36; Hch. 4:12; Ro. 10:9-10; 1 Co. 15:1-4). Tampoco hay esperanza para quien confía en alguna idea personal y especulativa en cuanto a quién es Jesucristo (cp. Mt. 16:13-14). La salvación verdadera requiere aceptar a Jesús como el Mesías ungido de Dios (Jn. 1:43-49), afirmar que Él es único Dios-hombre (1 Ti. 2:5; Tit. 2:13), y obedecer las enseñanzas de su evangelio (Mr. 1:15; Jn. 3:36; 15:10).
Cualquier negación, desviación o distorsión del punto de vista bíblico de Jesucristo constituye el espíritu de anticristo.

4. Engañan (v. 26)

Finalmente, por naturaleza los anticristos tratan de confundir a los fieles. Juan advirtió a sus lectores que les había escrito esto acerca de los que los engañan. Los falsos maestros persisten en tratar de descarriar a los santos, pero en última instancia no pueden lograr que los creyentes abandonen la fe.
Ellos pueden confundir la simplicidad de la devoción de los creyentes con Cristo, manipularle su confianza espiritual, hacerles dudar de la suficiencia de la Palabra y lograr que se confundan o estén inseguros de las doctrinas clave, pero no pueden quitarles la fe que los aferra a Cristo ni la vida eterna que pertenece a los que de veras son elegidos y regenerados (Jn. 10:27-29).

2. Caracteristicas de los Cristianos (2:20-21, 24-25, 27)

En contraste a los anticristos están los verdaderos cristianos que son creyentes comprometidos con la verdad. En su segunda carta, Juan escribió a la Iglesia: “Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad” (v. 4a); y de nuevo en su tercera epístola animó a sus lectores con lo siguiente: “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad” (v. 4).

1. Aceptan la fe (v.20-21, 27)

Los verdaderos cristianos tienen la unción del Santo.
Puesto que los creyentes han recibido esa unción, tienen el verdadero -conocimiento de Dios que viene exclusivamente a través de Jesucristo, “en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento” (Col. 2:3).
No necesitan ningún conocimiento secreto, especial, o visión transcendente y esotérica. Unción (chrisma) literalmente significa “ungüento” o “aceite”.
En este texto se refiere de modo figurado al Espíritu Santo (2 Co. 1:21-22), quien ha venido a morar en los creyentes a instancias de Jesucristo.
En el versículo 21 Juan reitera que los creyentes tienen verdadero conocimiento de Dios al decir que no les ha escrito como si no conocieran la verdad, sino porque la conocen. Entonces concluye el versículo con la declaración axiomática de que ninguna mentira procede de la verdad (algo no puede ser verdadero y falso al mismo tiempo). Ya que el Espíritu les enseña a los cristianos a conocer la verdad, estos pueden reconocer el error doctrinal por lo que en realidad es (cp. 1 Co. 2:10-16).

2. Permanecen fieles (v. 24-25)

1 Pedro 1:5 RVR60
5 que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
La palabra traducida permanezca, permanece y permaneceréis viene de menō, que se refiere a una acción continua de perdurar.
Los que perduran en lo que han oído desde el principio demuestran que esa realidad permanece en ellos, y también que ellos permanecen en el Hijo y en el Padre (1 Juan 4:13).
El premio final para quienes permanecen fieles es desde luego la vida eterna.
Juan 6:53–58 RVR60
53 Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí. 58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.
La diferencia entre los anticristos y los cristianos es absolutamente clara.
Los anticristos niegan la fe, apartan de la fe, y tratan de engañar a los fieles. Por otra parte, los cristianos afirman la fe y permanecen fieles hasta el final (no pueden ser engañados permanentemente).
La Confesión de Fe de Westminster establece lo siguiente con relación al entendimiento de la verdad y la perseverancia:
Las cosas contenidas en las Escrituras, no todas son igualmente claras ni se entienden con la misma facilidad por todos; sin embargo, las cosas que necesariamente deben saberse, creerse y guardarse para conseguir la salvación, se proponen y declaran en uno u otro lugar de las Escrituras, de tal manera que no solo los estudiosos, sino aun los que no lo son, pueden adquirir un conocimiento suficiente de tales cosas por el debido uso de los medios ordinarios (I:VII).
A quienes Dios ha aceptado en su Amado, y que han sido llamados eficazmente y santificados por su Espíritu, no pueden caer ni total ni definitivamente del estado de gracia, sino que ciertamente han de perseverar en él hasta el fin, y serán salvados eternamente (XVII:I).
Todos los cristianos pueden tener consuelo eterno en la verdad de esas palabras.
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