No hay otro como Dios
I .El Dios sin igual
A. La plaga de la sangre
B. La plaga de las ranas
C. la plaga de los piojos
II. Intentos frustrados
El propósito de esta primera señal parece agregar varios factores: el motivo que habría llevado al faraón a las márgenes del Nilo, la razón de transformar las aguas del Nilo en sangre, y finalmente la contribución de esta señal al proceso de convencer al faraón de dejar ir al pueblo. El primer motivo debe ser visto como un acto con significado religioso. En las oraciones diarias en el templo de Amón-Ra en Karnak había un gesto ceremonial de romper el “sello de barro”, que significaba el rompimiento de las arterias de Osiris, cuya sangre derramada daba origen a las aguas del Nilo.
El tema más importante asociado a la tercera señal, la invasión de mosquitos, es que los magos egipcios reconocieron que definitivamente esto era una obra del Dios de los hebreos (8:19).
Según parece, Moisés observó que la verdadera motivación del faraón era verificar la autoría de las señales, y ofrecer así una oportunidad adicional para que la duda fuera esclarecida. Moisés le pidió al faraón que determinara el momento en que debía terminar la invasión de ranas (8:9–11), demostrando que el Dios de los hebreos tenía la capacidad de traer alivio (8:15) sobre los opresores de su pueblo, lo que redundaría en el reconocimiento de su nombre como el único Dios sobre la tierra