DIOS DE VIVOS (MARCOS 12:18-27)

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1 LA CUESTIÓN DE LOS SADUCEOS Y EL LEVIRATO (18-23)
2 LA RESPUESTA DE CRISTO: DIOS DE VIVOS (24-27)
INTRODUCCIÓN
Seguimos con la serie del Evangelio según san Marcos.
En esta serie estamos adestrándonos en el centro el Evangelio. El centro del Evangelio no es otro que Cristo, Cristo como el se presentó al mundo.
Este capítulo 12 va sobre la autoridad de Cristo.
Vimos a Cristo hablar con el sistema religiosos en general.
Vimos a Cristo hablar con la extraña combinación de herodianos y fariseos.
Ahora lo vamos a ver en una conversación con los saduceos.
Esta es la cuarta de las seis controversias en el templo, que resaltan la autoridad de Jesús como Mesías, incrementan la oposición hacia él y ponen las bases para su arresto y crucifixión. También es la segunda de las tres preguntas planteadas por distintos grupos de judíos.
Mientras que la cuestión del pago de impuestos a César (12:13–17) la plantearon los fariseos y herodianos (grupos con diferentes puntos de vista sobre la autoridad romana), esta de la resurrección la plantean los saduceos, que difieren de los fariseos en su idea sobre la resurrección. La tercera será planteada por un experto de la ley (ver 12:28–34).
Las controversias llegan a su punto culminante con una pregunta de Jesús (12:35–37), que intriga y deleita a la multitud.
Aquí Jesús muestra su autoridad como Dios, más allá de esta vida, pues Él, como veremos, no es solamente un Dios para esta vida, sino que también es un Dios de Vivos, pero de aquellos vivificados por Dios para la vida eterna.
¿Qué nos enseña este pasaje sobre la autoridad de Cristo? ¿Que nos enseña Cristo sobre la cuestión de la vida eterna? ¿Que nos enseña sobre el matrimonio y la ley judía del levirato?

1. LA CUESTIÓN DE LOS SADUCEOS Y EL LEVIRATO (18-23)

Marcos 12:18–23 LBLA
18 Y algunos saduceos (los que dicen que no hay resurrección) se le acercaron*, y le preguntaban, diciendo: 19 Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si el hermano de alguno muere y deja mujer y no deja hijo, que su hermano tome la mujer y levante descendencia a su hermano. 20 Hubo siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia. 21 Y el segundo la tomó, y murió sin dejar descendencia; y asimismo el tercero; 22 y así los siete, sin dejar descendencia. Y por último murió también la mujer. 23 En la resurrección, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Pues los siete la tuvieron por mujer.
Vemos esta historia que le cuentan a Jesús, lo primero que debemos saber es quienes son los saduceos.
a) Los saduceos preguntan a Jesús.
Los saduceos, es un grupo que coge su fuerza en la época intesstamentaria, después del exilio y con la cosntrucción del segundo templo. Con influencias elenistas, eran muy contrario a los fariseos.
Pero lon Más seguro es remontarse al sumo sacerdote que vivió en la época de David, llamado > Sadoc, Tsadoq, צָדֹוק (2 Sam. 8:17), escrito Sadduk, Σαδδούκ, en el gr. de la LXX. Los saduceos se llamaban a sí mismos tsadduqim, «los justos». El sumo sacerdocio fue ostentado por los descendientes de este Sadoc hasta la turbulenta época de los > Macabeos. Sus descendientes y partisanos se llamaron sadoquitas.
Rechazaban la > tradición oral y toda doctrina posterior a los escritos de la Torah, p.ej.:
a) La resurrección y la retribución en el más allá, afirmando que el alma muere juntamente con el cuerpo (Mt. 22:23–33; Hch. 23:8; Ant. 18, 1, 4; Guerras 2, 8, 14).
b) La existencia de los ángeles y de los demonios (Hch. 23:8).
c) La predestinación, a la que oponían el libre albedrío. Enseñaban que sufrimos las consecuencias directas de nuestros actos, buenos o malos, aquí en la tierra, y que aparte de esto Dios no se ocupa de nuestra conducta (Ant. 13, 5, 9; Guerras 2, 8, 14).
Hechos de los Apóstoles 23:8 LBLA
8 Porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángel, ni espíritu, mas los fariseos creen todo esto.
Jesús tenía mucho más en común teológicamente hablando con los fariseos que con los saduceos, especialmente en lo concerniente a la autoridad de las Escrituras y la realidad de la resurrección. Es en este último tema donde los saduceos buscan desacreditarlo.
Querían desacreditar a Jesús y además quedar por encima de sus adversarios los fariseos. La ignorancia es muy atrevida y así se lo hará notar Jesús.
b) La ley del Levirato.
Le plantean una historia relacionado con la Ley del levirato.

20 Hubo siete hermanos; y el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia.

21 Y el segundo la tomó, y murió sin dejar descendencia; y asimismo el tercero;

22 y así los siete, sin dejar descendencia. Y por último murió también la mujer.

23 En la resurrección, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será mujer? Pues los siete la tuvieron por mujer.

¿Qué es la ley del Levirato?
Lat. levir, de lege vir = «marido por ley»; otra etimología posible, aunque popular entre los romanos, sería laevus vir, es decir, «marido por la mano izquierda», emparentado con otros términos en lenguas indoeuropeas que indican al hermano del marido, es decir, al cuñado. Heb. yabam, יָבָם= «hermano».
Antigua costumbre común en el Antiguo Oriente, pero casi inexistente en el mundo de hoy, por la que a la muerte de un marido sin descendientes varones, su hermano tenía que casarse con la viuda para levantarle descendencia. El primer hijo del levirato era considerado entonces, de manera formal, como hijo del difunto.
Esta costumbre se transforma en ley en Dt. 25:5–10. En esta reordenación, se prescribe que la viuda del hermano muerto sin hijos sea tomada como esposa por el hermano superviviente. El primogénito de los hijos de esta nueva unión debía heredar los bienes y el nombre del fallecido (Dt. vv. 5–6).
Deuteronomio 25:5–10 LBLA
5 Cuando dos hermanos habitan juntos y uno de ellos muere y no tiene hijo, la mujer del fallecido no se casará fuera de la familia con un extraño. El cuñado se allegará a ella y la tomará para sí como mujer, y cumplirá con ella su deber de cuñado. 6 Y será que el primogénito que ella dé a luz llevará el nombre de su hermano difunto, para que su nombre no sea borrado de Israel. 7 Pero si el hombre no quiere tomar a su cuñada, entonces su cuñada irá a la puerta, a los ancianos, y dirá: «Mi cuñado se niega a establecer un nombre para su hermano en Israel; no quiere cumplir para conmigo su deber de cuñado». 8 Entonces los ancianos de su ciudad lo llamarán y le hablarán. Y si él persiste y dice: «No deseo tomarla», 9 entonces su cuñada vendrá a él a la vista de los ancianos, le quitará la sandalia de su pie y le escupirá en la cara; y ella declarará: «Así se hace al hombre que no quiere edificar la casa de su hermano». 10 Y en Israel se le llamará: «La casa del de la sandalia quitada».
Vemos en el AT algunos ejemplos de esta ley
Génesis 38:8 LBLA
8 Entonces Judá dijo a Onán: Llégate a la mujer de tu hermano, y cumple con ella tu deber como cuñado, y levanta descendencia a tu hermano.
Rut 4:5 LBLA
5 Entonces Booz dijo: El día que compres el campo de manos de Noemí, debes adquirir también a Rut la moabita, viuda del difunto, a fin de conservar el nombre del difunto en su heredad.
c) Una cuestión que va más allá de la muerte.
Con esto, los saduceos pretendían burlarse de la vida más allá de la muerte, pues ellos eran materialista, pensaban que Jesús no les daría una respuesta y quedaría desacreditado y encima darían un golpe a sus adversarios los fariseos
Aunque podemos ver el tema del matrimonio como cuestión, que también, aquí la enseñanza es que Jesús como Dios tiene poder más allá de nuestras fronteras mentales, tiene poder más allá de lo que vemos, tiene poder más allá de la muerte.
Por lo tanto, como vamos a ver ahora, la ensañanza de Cristo sobre la vida eterna, debe llenar nuestro corazón de gozo y esperanza, porque lo que vemos hoy es vanidad todo pasa, hasta nuestro matrimonio. Pero Dios es eterno, y vamos al cuentro cara a cara del Dios eterno.

2. LA RESPUESTA DE CRISTO: DIOS DE VIVOS (24-27)

Marcos 12:24–27 LBLA
24 Jesús les dijo: ¿No es esta la razón por la que estáis equivocados: que no entendéis las Escrituras ni el poder de Dios? 25 Porque cuando resuciten de entre los muertos, ni se casarán ni serán dados en matrimonio, sino que serán como los ángeles en los cielos. 26 Y en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el pasaje sobre la zarza ardiendo, cómo Dios le habló, diciendo: «Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob»? 27 ╔l no es Dios de muertos, sino de vivos; vosotros estáis muy equivocados.
Jesús confrontan las doctrinas fundamental y erróneas de los saduceos.
Pues, los saduceos sólo reconocían la torah, el pentateuco, y Cristo precisamente usa estos libros para confrontarlos.
a) Los saduceos no se enteraron de nada (falta de fe)
Es curioso que eran de los más sabios entre los hombres, conocían la torah mejor que los fariseos mismos, pero se quedan en lo superficial y material, no entendieron nada, ¿sabes por qué? Porque les faltó fe.
Ellos cayeron en estos errores porque se desviaron de la revelación de Dios, buscando respuestas materialistas «lógicas para la cabeza del hombre» se olvidaron de la fe.
Esto es un peligro para nosotros, podemos llenar nuestra cabeza de teología y doctrina, pero olvidarnos de la fe.
¿Sabes una buena forma de medir esto? El tiempo o las veces que pasas orando, si esta es menor o lo ves como segundo plano a las demás disciplinas bíblicas estás caminando al precipicio. Si, necesitas leer la BIblia, buenos libros, pero a la vez necesitas orar. No caer tampoco en el peligro contrario.
Pero volviendo al tema, los saduceos le faltaba fe y creer a Dios lo que ha revelado, poder leer la Biblia con los ojos de la fe.
Justo la semana pasada Andrés nos hablaba que Cristo está en toda la Biblía, esto es saber leer la Biblia, hacerlo con los ojos de la fe. Nos ayudará a valorar toda la revelación de Dios al completo.
“¿No habéis leído?”, dice Jesús. ¡Por cierto que los que tratan de basar sus argumentos en las Escrituras (Dt. 25:5, 6) deben conocerlas! Deben conocer las Escrituras en su totalidad, no sólo un pasaje que aplican en forma errónea. Es verdad que los saduceos no tenían el Nuevo Testamento, el cual una y otra vez menciona de forma explícita o implícita la resurrección de Cristo mismo, o de su pueblo, o incluso de todos los muertos.
el Antiguo Testamento no carece de referencias sobre la resurrección corporal. Los más claros, tal vez son Sal. 16:9–11 (interpretado por Pedro en Hch. 2:27, 31) y Dn. 12:2. Dignos de consideración son también Job 14:14; 19:25–27; Sal. 17:15; 73:24–26; Is. 26:19; Ez. 37:1–14; Os. 6:2; 13:14 (cf. 1 Co. 15:55).
Jesús les dijo:

24 Jesús les dijo: ¿No es esta la razón por la que estáis equivocados: que no entendéis las Escrituras ni el poder de Dios?

No lo entendían porque no tenían fe.
Isaías 29:13 LBLA
13 Dijo entonces el Señor: Por cuanto este pueblo se me acerca con sus palabras y me honra con sus labios, pero aleja de mí su corazón, y su veneración hacia mí es solo una tradición aprendida de memoria,
El reto de los saduceos fracasa porque no entienden dos cosas: Las Escrituras y el poder de Dios.
Y la importancia de toda Escritura
2 Timoteo 3:16–17 LBLA
16 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.
Se necesita fe y un corazón humillado y entregado a Dios.
b) Cristo enseña sobre la eternidad
Marcos 12:25 LBLA
25 Porque cuando resuciten de entre los muertos, ni se casarán ni serán dados en matrimonio, sino que serán como los ángeles en los cielos.
Este cersículo es importante, porque la Biblia no da muchos datos de como será el cielo, alguna simbología, pero aquí Cristo da detalles muy claro sobre este asunto.
Este pasaje molesta a algunos cristianos hoy en día, los cuales temen que las relaciones profundas y significativas con sus esposos/as, cuidadas durante años, no continúen en la eternidad. Pero esto es leer demasiado en las palabras de Jesús. Aunque no hay necesidad de procreación en la eternidad y por lo tanto del matrimonio en su forma actual, podemos asumir que todas las relaciones en presencia de Dios serán mucho más profundas de lo que hemos experimentado en esta vida. En otras palabras, nuestras relaciones con nuestros esposos/as y familiares serán sin duda más íntimas, no menos, en la eternidad.
Juan 17:20–26 LBLA
20 Mas no ruego solo por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno. Como tú, oh Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 La gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno: 23 yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a mí. 24 Padre, quiero que los que me has dado, estén también conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, la gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo. 25 Oh Padre justo, aunque el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y estos han conocido que tú me enviaste. 26 Yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer, para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos.
La oración sacerdotal nos habla mucho de como será este asunto en el cielo. Que todos seamos uno, una unión mística más profunda que la unión de amor y sexual que tenemos con nuestros conyuges.
Obviamente esto no implica que en el cielo no nos vayamos a reconocer y sepamos quien es nuestro conyuge y familiares. Pero nos amaremos todo de una manera que hoy no podemos comprender, porque estaremos glorificados delante del rostro de Dios, y Dios es amor.
1 Corintios 13:12 LBLA
12 Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido.
Y es importante tener esto claro y no ideas preconcebidas de como será la vida eterna.
Algunas personas, influidas por las descripciones de la cultura popular, temen que el cielo sea un aburrido flotar sobre las nubes tocando el arpa. No obstante, la Biblia enseña que el infinitamente creativo Dios del universo, que nos ha dado sólo una pequeña muestra de su genio creativo con este planeta tan maravillosamente diverso, está preparando algo mucho más grande de lo que nuestra mente humana puede ni siquiera imaginar. Eso no suena aburrido en absoluto.
c) Dios es un Dios de vivos, no de muertos (concepto de salvación)
Marcos 12:26–27 LBLA
26 Y en cuanto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el pasaje sobre la zarza ardiendo, cómo Dios le habló, diciendo: «Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob»? 27 ╔l no es Dios de muertos, sino de vivos; vosotros estáis muy equivocados.
Cuando Dios se apareció a Moisés en la zarza, nombra a Abraham, Isaac y Jacob, que ya habían fallecido en su cuerpo de carne. Pero DIos se refiere a ellos como vivos. Pues los justos en el Señor viven eternamente.
Por eso los cristianos nunca se dicen adiós por ultima vez.
Esto era una gran confrontación para los saduceos que negaban esto.
Por eso Jesús dice, estáis muy equivacados.
Nosotros, espiritualmente estabamos muertos hasta que Cristo vino anuestra vida y trasformo nuestro corazón, ahora estamos vivos, y entonces ¿Por qué debemos morir?
1 Corintios 15:53–57 LBLA
53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 54 Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Devorada ha sido la muerte en victoria. 55 ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, oh sepulcro, tu aguijón? 56 El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley; 57 pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Los cristianos, debemos desecharnos de todo recuerdo y eco del pecado, para estar delante del Dios Santo.
d) En Cristo somos resucitados, es un pleno amor.
1 Corintios 15:51–52 LBLA
51 He aquí, os digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final; pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
Hermanos, esto es una excelente noticia, Dios de vivos, la muerte ha sido vencida, Cristo muriendo, mató a la muerte y resucitando nos dio vida.
Si aun no tienes esta esperanza, hoy es el día que en tu corazón puede ser lleno de esta paz, gozo y esperanza.
Porque tiendo a Cristo lo tienes todo.
Romanos 8:35–39 LBLA
35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Tal como está escrito: Por causa tuya somos puestos a muerte todo el día; somos considerados como ovejas para el matadero. 37 Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
conclusión
Por lo tanto Dios es el que vivifica, Dios es el Dios de Vivos.
¿Sabes? No me procupa lo que habrá en el cielo, no me procupa el trance, aunque la muerte siempre da respeto, no me preocupa en lugar donde estaré porque se que estaré y estaremos delante dle rostro de Dios.
Allí, viviremos con Él, en la vida eterna será para que todos nosotros disfrutemos como nunca nates lo hemos hecho y nunca nos hemos imaginado.
No temás, manada pequeña, Dios le ha placido daros el reino.
Lo que tengo seguro, que nada nos podrá separar del amor de Dios, y cada día es un paso más a la eternidad con Él.
La autoridad de Cristo está por encima de la muerte, y la muerte ha sido vencida esa victoria ha dada Dios a sus hijos.
Por lo tanto, ten fe, esto e slo que muchas veces nis hace falta, fe, fe, fe en su palabra y Cristo. Aquél que Creo todo con su Palabra también con su Palabra te llevará a la vida eterna.
Si te falta fe, pidesela a Dios, que el no te lo va a negar,
Que Dios bendiga su Palabra,.
ORACIÓN FINAL
Señor Dios Padre celestial, te pedimos que nos concedas la fe para creer en ti también en los días malos, que siempre tengamos la certeza que tu estás presente por medio de tu ES y en coomunión con el Hijo. Que podamos seguir caminando por este mundo con la esperanza de la vida eterna, sabiendo que allí tú todo lo llenas, y que gozaremos en la eternidad contigo, amado Dios. Te lo pedimos en nombre de tu hijo, nuestro Señor Jesucristo que vive y Reina por los siglo de los siglos amén.
Que la gracia del Señor Jesucrito, el amor del Padre y la comunión del ES esté con vosotros. Amén. Bendigamos al Señor, demos gracias a Dios.
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